Urdangarín no asume ninguna responsabilidad y descarga toda la culpa sobre su socio

Tras prestar declaración durante 12 horas, Iñaki Urdangarín ha abandonado los juzgados de Palma poco después de las nueve de la noche rumbo al palacio de Marivent, la residencia estival de los Reyes, para reunirse con su esposa, la infanta Cristina de Borbón. A su salida, el yerno de Don Juan Carlos se ha limitado a decir que estaba "muy cansado", y que agradecía al juez José Castro que haya suspendido la sesión hasta mañana a las 9.30 horas.

Con la misma aparente parsimonia con la que llegó esta mañana, Iñaki Urdangarín ha abandonado a pie a las 21.20 horas los juzgados de Palma, protegidos por un gran despliegue policial, y se ha subido al mismo Opel Zafira -en el asiento del copiloto- que le condujo hasta allí 12 horas antes. Durante ese tiempo, y salvo un breve receso a mediodía para comer y otro aún más corto a media tarde, el ex jugador internacional de balonmano no ha asumido ante el juez Castro ninguna responsabilidad personal en la gestión del Instituto Nóos y el desvío de fondos públicos, y ha cargado todas las culpas sobre su antiguo socio, Diego Torres. 

En su declaración de la mañana el duque de Palma ha reconocido que Don Juan Carlos le pidió en 2006 que se desvinculara de sus negocios privados, pero ha respondido siempre con evasivas y generalidades cuando Castro le ha interrogado acerca del entramado societario montado en torno al Instituto Nóos, según han revelado a El Confidencial fuentes judiciales. Sin embargo, Urdangarín sí ha sido muy preciso al afirmar que no fue él, sino Torres, quien administró y gestionó los fondos captados por la entidad "sin ánimo de lucro", atribuyendo así a su ex socio toda la responsabilidad sobre los presuntos delitos que se le atribuyen.

El duque de Palma ha asegurado que su responsabilidad en la red de sociedades investigadas se limitó a haber sido presidente del Instituto Nóos, socio de Nóos Consultoría Estratégica al 50% con Torres y propietario de Aizoon S. L. junto a la infanta Cristina. Del resto de sociedades de la trama, según le ha dicho al juez, no era accionista ni gestor, y desconocía por completo las actividades que desarrollaban. En cuanto a su esposa, tal y como estaba previsto, la ha exculpado por completo de cualquier actividad delictiva, señalando que tenía un "papel testimonial" en la red societaria.

En coche y a pie 

Cinco horas antes, cuando faltaban menos de 10 minutos para las nueve de la mañana, un Opel Zafira de color azul, el mismo que Iñaki Urdangarín condujo anoche desde el aeropuerto de Palma -con la Infanta de copiloto- hasta el palacio de Marivent, se detuvo en el acceso exterior de los juzgados de la capital balear. Pese a que por "estrictas razones de seguridad" el duque de Palma estaba autorizado a acceder en vehículo hasta el interior del recinto, el yerno del Rey optó finalmente por recorrer a pie los escasos 30 metros que separan la calle del edificio judicial.

Su llegada despertó súbitamente a los cientos de personas, en su mayoría jóvenes, que habían tomado las calles adyacentes desde primera hora de la mañana. Convocados por la organización independentista Maulets, los Joves d'Esquerra Unida (Jóvenes de Izquierda Unida), Unidad Cívica por la República y la asamblea de estudiantes de la Universidad de Baleares, los congregados han irrumpido en gritos contra la monaquía y la corrupción. "Juan Carlos, si lo sabías ¿por qué te callas?", rezaba una de las pancartas. Otra se preguntaba: "La justicia no es igual para todos. ¿Dónde está la Infanta?". Y otra más proclamaba con sarcasmo, junto a la efigie del Rey: "Nóos llena de orgullo y satisfacción...".

Mientras su abogado y portavoz, Mario Pascual Vives, le esperaba junto a la verja desde unos minutos antes, Urdangarín ha descendido del utilitario, en el que ocupaba el asiento del copiloto, y se ha unido a él. Ambos han descendido entonces la rampa que conduce hasta la entrada trasera de los juzgados, en el patio del antiguo colegio La Salle, y han caminado juntos -el duque un metro por delante- esos 30 metros, que al yerno de Don Juan Carlos le han debido de parecerle interminables.

Solemne pero nervioso

Urdangarín ha recorrido ese breve trayecto hacia el cadalso judicial lentamente, con pasos firmes pero cortos, muy erguido y solemne, pero con el nerviosismo visiblemente reflejado en su rostro. Cuando apenas le separaban cinco metros de su destino final, el duque de Palma ha girado sobre sí mismo y se ha dirigido a las decenas de periodistas y cámaras de televisión que aguardaban en el patio, separados del yerno del Rey por un arrecife de vallas y bajo la atenta mirada de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que custodiaban el edificio y sus alrededores.

Con voz ligeramente aflautada, y sin admitir preguntas, Urdangarín ha soltado de carrerilla: "Comparezco hoy para demostrar mi inocencia, mi honor y mi actividad profesional (sic). Durante estos años he ejercido mis responsabilidades y he tomado decisiones de manera correcta y con total transparencia. Mi intención en el día de hoy es aclarar la verdad de los hechos. Estoy convencido de que la declaración de hoy contribuirá a demostrarlo. Muchísimas gracias a todos por su atención".

A las 11.30 horas de la mañana el juez Castro ha concedido un breve receso a todas las partes, aunque Urdangarín ha permanecido en el interior de los juzgados. Tras el descanso de mediodía, la sesión se ha reanudado a las 15.30 horas. Y está previsto que se prolongue hasta última hora de la tarde.