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Cabo Cope, el último reducto salvaje de la costa que quieren transformar en un resort de lujo
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Cabo Cope, el último reducto salvaje de la costa que quieren transformar en un resort de lujo

Existe un lugar en la costa española donde no hay ni rastro de turistas, touroperadores, agencias de viajes, inmobiliarias o algo que suene al turismo de

Foto: Cabo Cope, el último reducto salvaje de la costa que quieren transformar en un resort de lujo
Cabo Cope, el último reducto salvaje de la costa que quieren transformar en un resort de lujo

Existe un lugar en la costa española donde no hay ni rastro de turistas, touroperadores, agencias de viajes, inmobiliarias o algo que suene al turismo de masas que ha acabado por imponer el ladrillo a la naturaleza salvaje. Se trata de un tramo de 10 kilómetros de la costa murciana en la zona del Cabo de Cope, entre los municipios de Lorca y Águilas. Un extenso campo de 21 millones de metros cuadrados bañados por el Mar Mediterráneo y vigilados por la atenta mirada de una torre de defensa del siglo XV y un cabezo salvaje con forma de oso dormido rodeado de extensos terrenos donde otrora se cultivaban limoneros y patatas.

 

Precisamente es aquí, en la Costa virgen de Cope, donde los políticos del PP de la región de Murcia, Caja Madrid y una decena de empresarios murcianos y promotoras internacionales quieren urbanizar con 9.000 viviendas (chalés y dúplex), seis campos de golf, 20.000 plazas hoteleras (22 hoteles) y una marina interior para 1.500 puntos de amarres de embarcaciones. Un proyecto que, en opinión de los alcaldes de Lorca y Águilas, el gobierno regional del PP y los empresarios murcianos “permitirá dentro de 12 años la creación de más de 3.000 empleos y un verdadero motor para la zona cuando salgamos de la crisis”. En cambio, los ecologistas, el PSOE y los verdes se oponen a la urbanización de una zona que bordea el Parque Natural del Cabo de Cope. El proyecto está a la espera de que se pronuncie el Tribunal Constitucional en los próximos meses.

A la espera de esta decisión, tanto los alcaldes del PP de Águilas y Lorca como los promotores están convencidos de que saldrá adelante y que las obras se iniciarán el año 2021. El proyecto urbanístico definitivo, al que ha tenido acceso El Confidencial, ha contado con distintas modificaciones para reducir su impacto medioambiental en una zona virgen de urbanización. Actualmente, los terrenos donde se pretende edificar el proyecto Costa Cope se encuentran a unos 15 kilómetros al noreste de Águilas, junto a la pedanía de Calabardina y justo en frente del Cabo de Cope y su Parque Natural. El Gobierno murciano, que dirige el popular Ramón Luis Valcárcel, tiene que dar su visto bueno final después de la previsible aprobación en octubre por parte de los Ayuntamientos de Lorca y de Águilas, defensores de la urbanización y también gobernados por el PP. El Consorcio de Marina de Cope ya trabaja sobre el plan urbanístico aprobado por el Ayuntamiento de Águilas para adecuarse a la modificación prevista en la Actuación de Interés Regional Marina de Cope.

Tras estas aprobaciones administrativas serán los propietarios que comenzarán a buscar futuros inversores para edificar e instalar las infraestructuras hosteleras. “Nosotros también nos merecemos crear empleo de calidad y atraer turismo de lujo en nuestro litoral igual que lo han hecho en Cataluña, Valencia y Andalucía. El proyecto de Costa Cope será respetuoso con el medioambiente y aumentará la riqueza turística de Lorca y Águilas”, asegura un portavoz del Ayuntamiento de Águilas que prefiere quedar en el anonimato. El Consorcio de Marina de Cope, que preside el propio alcalde de Águilas, el popular Juan Ramírez Soto, ha modificado el proyecto inicial para aumentar los espacios reservados a zonas verdes y así conseguir a finales de año la aprobación del Gobierno regional. A pesar de la crisis inmobiliaria actual, y de las decenas de promociones en Almería y en Águilas con varios pisos sin vender, el alcalde aguileño considera que “a pesar de la crisis, los inversores están decididos a sacar el proyecto adelante”.

Un alcalde del PP que gobierna gracias a un tránsfuga

 

La urbanización de los terrenos próximos al Cabo de Cope es el proyecto estrella del alcalde de Águilas, del PP, Juan Ramírez Soto. Ramírez gobierna en su tercer mandato gracias a la mayoría que le da un concejal tránsfuga independiente: Clemente García. A pesar de que el PP de Madrid suscribió en junio pasado el Pacto Anti transfuguismo y debatió una decena de casos como el del alcalde de Águilas, el consistorio murciano permite proseguir a Ramírez Soto en el mandato. Este alcalde gobierna gracias a la mayoría que le otorga Clemente García y el PP, frente a los 9 concejales de la oposición: PSOE, Izquierda Unida-Los Verdes y el Movimiento Aguileño Socialdemócrata (MASD).

Promotores estadounidenses

 

Uno de esos promotores es la estadounidense Landmark y EDSA, que son los que quieren explotar la marina interior con 1.500 puntos de amarre frente al Cabo de Cope. También pretende construir zonas deportivas, equipamientos y centros comerciales y apartamentos y dúplex con calidades de lujo, un centro de megayates de más de 20 metros de eslora, un centro de congresos, dos hospitales y una planta desalinizadora. Por el proyecto de Costa Cope ya se han interesado en comprar parte de los 21 millones de metros cuadrados de terrenos a los campesinos de la zona Caja Madrid y empresarios murcianos que luego explotarán el proyecto. El alcalde de Águilas sostiene que “tengo muy claro que la protección medioambiental se respetará porque ha pasado del 32 al 47% y de todas formas el Cabo de Cope estará protegido porque así lo estipula desde 1993 el Plan General”.

No opinan lo mismo ni la oposición socialista de Águilas, los ecologistas ni los vecinos de Calabardina, que ven peligrar una zona natural para convertirse en un reducto de lujo del que sólo se beneficiarán los residentes del complejo. “En una zona donde escasea el agua, donde las comunicaciones por tierra y tren son complicadas, creemos que este proyecto estropeará uno de los parajes más bonitos del sureste de Murcia”, asegura Encarnación Sánchez, vecina de Calabardina y opositora al proyecto.

Existe un lugar en la costa española donde no hay ni rastro de turistas, touroperadores, agencias de viajes, inmobiliarias o algo que suene al turismo de masas que ha acabado por imponer el ladrillo a la naturaleza salvaje. Se trata de un tramo de 10 kilómetros de la costa murciana en la zona del Cabo de Cope, entre los municipios de Lorca y Águilas. Un extenso campo de 21 millones de metros cuadrados bañados por el Mar Mediterráneo y vigilados por la atenta mirada de una torre de defensa del siglo XV y un cabezo salvaje con forma de oso dormido rodeado de extensos terrenos donde otrora se cultivaban limoneros y patatas.