¿Harta de ganar menos que ellos y del acoso sexual de su jefe? Aído le ofrece ayuda personalizada

Bibiana Aído está dispuesta a acabar con la discriminación de la mujer en el ámbito laboral, que por algo es la ministra de Igualdad. Y para ello ha encargado una campaña que incluye "asesoramiento personalizado" con el fin de poner coto a las diferencias salariales entre hombres y mujeres, al acoso sexual en la oficina o a las trabas para conciliar la vida profesional y la familiar.

El Ministerio de Igualdad acaba de convocar un concurso público para diseñar una campaña en favor de la igualdad de oportunidades en las empresas, cuyo presupuesto asciende a 522.000 euros. El objetivo de la campaña, sin dejar de ser loable, es un reconocimiento implícito del fracaso relativo de la Ley de Igualdad aprobada por el Gobierno en 2006, que casi tres años después de su entrada en vigor presenta grandes lagunas.

Un ejemplo: el pasado mes de mayo, la Comisión de Igualdad del Congreso aprobó por unanimidad solicitar al Gobierno que "intensifique e incremente" las visitas de la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social a las empresas para combatir la discriminación salarial de la que es víctima la mujer. La iniciativa, promovida por el PP y el BNG, reclamaba también que las empresas infractoras dejen de recibir las ayudas estatales y autonómicas que estuvieran percibiendo.

Según la última encuesta de estructura salarial, hecha pública el pasado mes de noviembre por el Instituto Nacional de Estadística, el salario de la mujer sigue siendo, por término medio, un 26,3% inferior al del hombre. Las mayores diferencias de sueldo se registran en Aragón y Asturias, y las menores, en Canarias y Extremadura. La diferencia también es evidente al comparar titulaciones similares: el salario femenino fue inferior en un 30% en todos los niveles de estudios, aunque hay más trabajadoras con estudios universitarios (26,8%) que trabajadores (17,2%).

La mayor discriminación salarial se detecta en el nivel de directora general, donde la mujer, con una retribución media anual de 63.794 euros, cobra un 24% menos que sus colegas masculinos, según revela el informe La mujer directiva: retribución y cuota de presencia en 2008, que ICSA Recursos Humanos y la escuela de negocios IESE presentaron el pasado mes de marzo.

Mujeres en los consejos de administración

Otro ejemplo: desde que el Gobierno rebajó las exigencias para que las empresas alcanzaran el 40% de representación femenina en los consejos de administración -fijando el límite en ocho años, en lugar de los cuatro inicialmente previstos-, tan sólo se ha llegado a avanzar del 4% en 2004 al 6% en 2008, según un reciente estudio del Observatorio de Gobierno Corporativo y Transparencia.

En España, los consejos de administración poseen la tercera proporción más baja de la Unión Europea en cuanto a presencia de mujeres se refiere. A la par se sitúan Italia (con un 6%) y Portugal (con un 5%). A la cabeza destacan Suecia, donde el 22% de los componentes de los órganos de administración de sus empresas son mujeres; Finlandia, con el 21%, y Reino Unido, con un 15%. También Dinamarca y Holanda tienen más representación que España, con un 13%.

De las empresas cotizadas, sólo FCC (dirigida por Esther Koplowitz) y La Caixa poseen cuatro consejeras en sus consejos. Con dos consejeras se sitúan Banco Santander, Repsol, Indra, Indítex, Iberdrola e Iberdrola Renovables. Mientras que Mapfre, Telecinco, OHL, Ferrovial, Endesa, Enagás, Banesto, Abertis y BBVA cuentan con una mujer en sus altos cargos. Ocho empresas, en cambio, no tienen presencia femenina: Técnicas Reunidas, Sacyr Vallermoso, Iberia, Grifols, Gas Natural, Gamesa, ACS y BME.

Conciliación y promoción profesional

La empresa que resulte adjudicataria del concurso convocado por Igualdad deberá prestar especial atención a la política salarial, el acoso sexual, la salud laboral, la conciliación de trabajo y vida personal y la promoción de la mujer a puestos de responsabilidad.

Para ello deberá desarrollar una página web que alojará material divulgativo sobre igualdad de oportunidades dirigido a empresarios, trabajadores y sindicatos; organizar sesiones informativas presenciales en los centros de trabajo, especialmente en las pequeñas y medianas empresas, o elaborar planes para la formación en igualdad de trato y oportunidades de los responsables de Recursos Humanos de las empresas, entre otros servicios.

La vigencia del contrato será, en principio, de un año y medio, y concluirá en noviembre del próximo año. Un periodo de tiempo que se antoja demasiado breve para tratar de acabar con un cáncer tan extendido en el tejido laboral.