Es noticia
Del 'talante'... a la soberbia: Zapatero desprecia las críticas internas y no reconoce un solo error
  1. España

Del 'talante'... a la soberbia: Zapatero desprecia las críticas internas y no reconoce un solo error

Ni el menor asomo de autocrítica por la derrota en las elecciones europeas. José Luis Rodríguez Zapatero ha tardado 72 horas en dar la cara tras

Foto: Del 'talante'... a la soberbia: Zapatero desprecia las 
críticas internas y no reconoce un solo error
Del 'talante'... a la soberbia: Zapatero desprecia las críticas internas y no reconoce un solo error

Ni el menor asomo de autocrítica por la derrota en las elecciones europeas. José Luis Rodríguez Zapatero ha tardado 72 horas en dar la cara tras la victoria del PP el 7-J, y cuando ayer, por fin, lo hizo, fue para atrincherarse en la defensa de su proyecto político, acallar las voces críticas que reclaman abrir un debate interno y, en definitiva, negarse a reconocer un sólo error en su estrategia.

Lejos de eso, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE presumió ayer de haber obtenido "un resultado muy digno" en las urnas, y advirtió con cierta arrogancia a su principal rival, Mariano Rajoy, que "para llegar a La Moncloa hay que ganar en la Carrera de San Jerónimo, no en Estrasburgo".

Los 21 eurodiputados del PSOE elegidos el domingo y convocados ayer en la sede socialista de la calle Ferraz escucharon disciplinadamente la arenga de un Zapatero que parecía afectado no ya por el síndrome del optimismo antropológico, sino más bien por la incipiente soberbia de quien pretende moldear la realidad a su antojo. "En 2007 el PP ganó las elecciones [municipales y autonómicas] por algo más de 100.000 votos, y todos los que habitualmente van por ahí aplaudiendo al PP dijeron que había un cambio de ciclo político, que el camino a La Moncloa se despejaba. Y resulta que llegaron las generales de 2008 y ganamos por más de un millón de votos al PP", recordó un desafiante Zapatero.

El sentido de su mensaje era más que evidente: el PP ha ganado estas elecciones de segunda, pero las que cuentan de verdad son las generales de 2012. Y ésas las va a volver a ganar el PSOE aplicando las recetas políticas de su líder. "Hemos tenido un resultado muy digno, cerca de un 40% de apoyo, que es una base muy sólida de respaldo a una tarea y a un proyecto", afirmó.

Definitivamente arrinconada la autocrítica -Zapatero elogió, incluso, la campaña electoral diseñada por la número tres del partido, Leire Pajín, muy criticada en privado por diversos dirigentes socialistas-, el presidente del Gobierno añadió: "Voy a hacer valer con toda mi determinación los más de 11 millones de votos que tuvimos para llegar al Gobierno de España en las elecciones de hace algo más de un año. Los voy a hacer valer con toda mi determinación porque es mi responsabilidad democrática y para mantener el orden de las cosas".

Críticos y descontentos

Todos los recados de Zapatero parecían ayer dirigidos, más que al PP, al consumo interno: a los críticos y los descontentos, que empieza a haberlos en las filas socialistas, aunque muy pocos se atrevan aún a expresar públicamente su creciente preocupación. El presidente del Gobierno les vino a decir que no piensa variar su estrategia ni abrir un debate de puertas adentro para analizar las causas no sólo de esta segunda derrota electoral en poco más de tres meses -Galicia y Parlamento Europeo-, sino también del evidente desgaste sufrido por el Ejecutivo y el PSOE en este primer tramo de la legislatura.

Si el pasado martes, durante la reunión del Grupo Parlamentario Socialista, algunos diputados del PSOE expresaron su malestar y su preocupación por la estrategia política mantenida hasta ahora por Zapatero, ayer varios dirigentes del partido consultados por El Confidencial manifestaron más claramente su "descontento" porque, a su juicio, "algunas cosas no se están haciendo bien".

"Negar la crisis económica fue un profundo error. Eso hizo que se actuase demasiado tarde y con medidas de eficacia limitada", se lamentaba una diputada socialista.

"Zapatero sigue controlando totalmente el partido, y por eso no se escuchan voces discrepantes, salvo los francotiradores de siempre. Pero eso no significa que no haya divergencias. Este partido siempre ha sido muy crítico, y aunque por disciplina nos callemos, hay mucha gente que empieza a estar desanimada", añadía un compañero.

"No sé si habremos entrado ya en el poszapaterismo, pero lo que sí es cierto es que esta legislatura se parece muy poco a la primera. Hemos perdido frescura, a veces nos ha sobrado arrogancia, y ahora estamos pagando en el Congreso algunos errores del pasado. Además, tenemos dos tremendos agujeros en Madrid y la Comunidad Valenciana que, si no somos capaces de taponar de una vez, nos van a seguir costando miles de votos y, tal vez, las próximas elecciones", sostenía un joven diputado.

Ni el menor asomo de autocrítica por la derrota en las elecciones europeas. José Luis Rodríguez Zapatero ha tardado 72 horas en dar la cara tras la victoria del PP el 7-J, y cuando ayer, por fin, lo hizo, fue para atrincherarse en la defensa de su proyecto político, acallar las voces críticas que reclaman abrir un debate interno y, en definitiva, negarse a reconocer un sólo error en su estrategia.