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Ganar no es suficiente: las alianzas definirán los gobiernos de Galicia, País vasco… y España
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EL PNV CASTIGARÍA A ZAPATERO SI EL PSOE GOBIERNA EN EUSAKDI

Ganar no es suficiente: las alianzas definirán los gobiernos de Galicia, País vasco… y España

Ganar no es suficiente. Los partidos que obtengan un mayor número de votos en Galicia y País Vasco podrán celebrar la victoria la noche del 1

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Ganar no es suficiente: las alianzas definirán los gobiernos de Galicia, País vasco… y España

Ganar no es suficiente. Los partidos que obtengan un mayor número de votos en Galicia y País Vasco podrán celebrar la victoria la noche del 1 de marzo y reivindicar su derecho a conformar gobierno, pero es muy probable que queden relegados a la oposición. La capacidad para tejer alianzas pesará tanto como el resultado en las urnas, un complicado juego de pactos que incidirá directamente en la gobernabilidad de todo el Estado, dada la exigua mayoría con la que cuenta el PSOE en el Congreso.

De acuerdo con los sondeos publicados, el PP ganará en Galicia, pero su única oportunidad de alcanzar el poder es logrando la mayoría absoluta, ya que PSOE y BNG están dispuestos a reeditar un gobierno bipartito. En el País Vasco, el PNV parte con muchas opciones de imponerse en las urnas, pero si socialistas y ‘populares’ suman más escaños que las formaciones nacionalistas, se verá obligado a abandonar el poder.

El caso vasco es el que más variables presenta, y el que más preocupa en la sede central del PSOE. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha conseguido salvar las últimas grandes votaciones en el Congreso gracias a los votos del PNV y el BNG. Pero ese respaldo podría llegar a su fin si Patxi López se convierte en el nuevo lehendakari, condenando a la soledad a los parlamentarios socialistas. “Veremos qué sucede, nosotros llevamos un año trabajando sin pactos estables y, en cualquier caso, lo importante es lograr unos buenos resultados en el País Vasco”, señalaron fuentes de la dirección del Grupo Socialista.

Para estas fuentes, el origen del problema radica en “las dos almas del PNV” y en la figura de Juan José Ibarretxe, por lo que, si el actual lehendakari abandonara la primera línea política, cualquier acuerdo en Vitoria o Madrid sería posible. No obstante, desde el PSOE reconocen que al PNV le resultaría prácticamente imposible distinguir entre sus intereses en el País Vasco y en Madrid, porque su prioridad es “su posición territorial”.

El PSOE, en busca de socios

La previsión de que el Gobierno pierda su principal apoyo parlamentario ha despertado expectativas en el resto de grupo políticos. En el PP reconocen que ya han preparado diversos análisis al respecto para orientar su estrategia de acoso al Ejecutivo, mientras que el resto de partidos esperan recobrar su influencia a la hora de marcar la agenda política. Es el caso de ERC, que maniobrará con el objetivo de acercar al PSOE a sus posiciones en materias como aborto o laicidad. Sin embargo, fuentes de Izquierda Unida se mostraron escépticas ante la posibilidad de que los socialistas vuelvan a girar a la izquierda para pactar habitualmente con el grupo que conforman IU, ERC e ICV, como sucedió la pasada legislatura.      

Otro elemento que determinará las posibilidades de los socialistas para encontrar socios será la evolución de la crisis económica. Y es que, como señaló un portavoz parlamentario de la oposición, “es difícil que un partido se quiera abrazar a un Gobierno en un contexto económico tan duro, porque te puede arrastrar con él”.

La campaña electoral en el País Vasco ha estado marcada por el cruce de acusaciones entre partidos sobre los pactos a los que llegarán los rivales tras el 1 de marzo. Así, el candidato del PP, Antonio Basagoiti, ha reprochado a López que pretenda pactar con el PNV, mientras que Ibarretxe ha utilizado el argumento de un  presunto acuerdo entre PSOE y PP como arma electoral. Zapatero ha reiterado que López será el próximo lehendakari, pero existen precedentes en que los intereses de Ferraz se han impuesto sobre la posibilidad de gobernar una autonomía.

Precedentes autonómicos

El caso más reciente es el de Navarra, donde en 2007 el PSOE rechazó formar Gobierno con Nafarroa-Bai, y se abstuvo para posibilitar un nuevo Ejecutivo de Unión del Pueblo Navarro (UPN), entonces marca electoral del PP en la región. Tras los últimos comicios municipales y autonómicos se avivó el debate sobre si siempre debía gobernar el más votado. Mariano Rajoy ofreció un pacto para que gobernara la lista con mayor respaldo electoral, algo que también hubiera favorecido al socialista Juan Fernando López Aguilar, que finalmente quedó al margen del Gobierno en Canarias, constituido por Coalición Canaria y PP.

El PP suele ser el partido más perjudicado por las alianzas del resto de fuerzas políticas, habitualmente más proclives a unirse para desalojar a los ‘populares’. Pero Cataluña también es un caso paradigmático, ya que el partido más votado, CiU, lleva desde 2003 en la oposición. Aunque, en este caso, un pragmático Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, supo combinar durante la pasada legislatura el respaldo puntual a Zapatero con la oposición de su partido al tripartito en Cataluña. Un hecho que contrasta con la relación de ERC e ICV con el PSOE, con quien comparten Gobierno en Cataluña, pero a quien no suelen apoyar en Madrid.      

Así, resulta imposible anticipar de qué color serán los gobiernos de Galicia y País Vasco, pero dos cosas parecen seguras: que Zapatero y Rajoy supervisarán personalmente los posibles acuerdos con otras formaciones; y que el triunfo en las urnas puede ser tan efímero como el cava descorchado en las celebraciones del 1 de marzo.

Ganar no es suficiente. Los partidos que obtengan un mayor número de votos en Galicia y País Vasco podrán celebrar la victoria la noche del 1 de marzo y reivindicar su derecho a conformar gobierno, pero es muy probable que queden relegados a la oposición. La capacidad para tejer alianzas pesará tanto como el resultado en las urnas, un complicado juego de pactos que incidirá directamente en la gobernabilidad de todo el Estado, dada la exigua mayoría con la que cuenta el PSOE en el Congreso.

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