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Las frías relaciones de Blanco y Touriño tensan la campaña socialista en Galicia
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Las frías relaciones de Blanco y Touriño tensan la campaña socialista en Galicia

La falta de empatía entre José Blanco y Emilio Pérez Touriño es un secreto a voces en el PSOE. "En público se esfuerzan por guardar las

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tensan la campaña socialista en Galicia
Las frías relaciones de Blanco y Touriño tensan la campaña socialista en Galicia

La falta de empatía entre José Blanco y Emilio Pérez Touriño es un secreto a voces en el PSOE. "En público se esfuerzan por guardar las apariencias, pero en privado sus relaciones siempre han sido bastante frías", reconocen fuentes cercanas al número dos socialista. Esa tensión subió muchos enteros después de que el candidato socialista a la Xunta ignorase la recomendación de Blanco, el pasado verano, para adelantar las elecciones y evitar, así, el impacto en las urnas del previsible agravamiento de la crisis económica.

Blanco "no acaba de fiarse" de Touriño, añaden esas fuentes. De ahí que el vicesecretario general del PSOE haya instalado su cuartel general en Santiago de Compostela para tutelar personalmente la campaña electoral, alarmado por los últimos sondeos, que ponen al PP al borde de la mayoría absoluta. "Blanco le pidió que convocase las elecciones en octubre o noviembre, porque las encuestas que manejaba preveían un retroceso del PP de tres o cuatro escaños, pero Touriño se empeñó en agotar la legislatura, y ahora lo podemos pagar muy caro", apunta un veterano diputado socialista.

Las fricciones entre ambos por el control del partido en Galicia vienen de lejos, aunque Touriño ha logrado casi siempre imponer su criterio. Al menos hasta ahora. El pasado mes de julio, el secretario general del PSdeG exigió tener manos libres para conformar una Ejecutiva a su medida, sin interferencias del número dos socialista. Touriño ganó el pulso a Blanco y logró un respaldo aplastante en el Congreso regional: más del 97% de los votos.

"Touriño siempre ha reivindicado su autonomía respecto a la dirección del partido, pero se trata más de un gesto hacia sus propios militantes y hacia los nacionalistas, para aparentar que no recibe órdenes de Madrid, que de un desafío a Ferraz", sostiene un senador socialista gallego. "El rumor más extendido en el partido es que Rodríguez Zapatero hará ministro a Blanco en la próxima remodelación de Gobierno, y que en 2013 él será el candidato a la Xunta, sobre todo si el PP gana las elecciones del domingo y vuelve a gobernar", añade.

El pasado día 21, durante un mitin en Vigo, Zapatero alimentó la incertidumbre sobre el futuro político de Touriño. En presencia del candidato a la Xunta, el secretario general del PSOE afirmó: "Touriño ha sido presidente cuatro años. A partir del 1 de marzo otros cuatro... Y luego ya veremos". Esa frase ha sido interpretada en las filas socialistas como un claro aviso al líder del PSdeG, que se comprometió a permanecer sólo ocho años en el poder -dos legislaturas- pero luego se desdijo de esa promesa.

Reproches de Blanco

"En la Ejecutiva Federal ha sentado como un tiro que no adelantara las elecciones. Se le dijo que era mejor que no coincidieran con las vascas, que en primavera podría pagar los efectos de la crisis y del aumento del paro, que los sondeos indicaban que Núñez Feijóo no terminaba de despegar... Pero no hizo caso, y Blanco se lo ha reprochado en varias ocasiones", aseguran las fuentes consultadas.

Para evitar males mayores, el vicesecretario general del partido se ha instalado desde el inicio de la campaña electoral en la sede central de los socialistas gallegos, en la Rúa do Pino de Santiago de Compostela, lo que ha provocado un profundo malestar en Touriño y sus afines. Blanco fija cada día la estrategia electoral, supervisa los sondeos internos y establece su propia agenda de actos y mítines.

"El cambio de discurso de Touriño en los últimos días, marcando distancias con el BNG, es una decisión de Blanco", añaden las mismas fuentes. "El enemigo a batir sigue siendo el PP, pero puede que el mensaje de Núñez Feijóo de que Touriño es rehén de Anxo Quintana esté calando en una parte del electorado, porque las encuestas dan un resultado muy ajustado".

Ese cambio de estrategia impuesto por Blanco, que rompe el pacto tácito de no agresión entre Touriño y Quintana, se visualizó ya el pasado fin de semana, cuando el candidato socialista criticó a su socio de gobierno por el secuestro electoral de 700 ancianos, que fueron conducidos con engaños a un mitin del candidato nacionalista.

Días después, Touriño afirmó que no iba a "pasar por el aro" de la imposición lingüística del gallego que persigue el BNG. Y el pasado miércoles, el líder del PSdeG dijo que "cada uno debe ser consciente de las compañías y el transporte que elige", en respuesta a la comprometida fotografía en la que aparece Quintana junto al constructor gallego Jacinto Rey -beneficiado con contratos de la Xunta- en el yate de éste.    

La falta de empatía entre José Blanco y Emilio Pérez Touriño es un secreto a voces en el PSOE. "En público se esfuerzan por guardar las apariencias, pero en privado sus relaciones siempre han sido bastante frías", reconocen fuentes cercanas al número dos socialista. Esa tensión subió muchos enteros después de que el candidato socialista a la Xunta ignorase la recomendación de Blanco, el pasado verano, para adelantar las elecciones y evitar, así, el impacto en las urnas del previsible agravamiento de la crisis económica.