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El ranking del absentismo en el Congreso: Txiki Benegas y Michavila, los diputados más vagos
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AÚN NO HAN PRESENTADO UNA SOLA INICIATIVA PARLAMENTARIA

El ranking del absentismo en el Congreso: Txiki Benegas y Michavila, los diputados más vagos

El absentismo parlamentario no es, ni mucho menos, exclusivo de España. En Italia, el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, harto de las continuas

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los diputados más vagos
El ranking del absentismo en el Congreso: Txiki Benegas y Michavila, los diputados más vagos

El absentismo parlamentario no es, ni mucho menos, exclusivo de España. En Italia, el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, harto de las continuas ausencias de sus señorías, ha decidido esta misma semana cortar por lo sano y abochornar a los más holgazanes publicando sus nombres en internet. Su homólogo español, José Bono, no tiene intención, al menos por ahora, de copiar la iniciativa, aunque ya ha expresado públicamente su malestar por la imagen recurrente e indecorosa de un hemiciclo semivacío. Pero no resulta complicado confeccionar un ranking de los diputados más vagos: basta con echar un vistazo a discursia.com, una web privada, o rastrear en la página oficial del Congreso para comprobar que son muchos los que se disputan tan dudoso honor. Pero dos destacan por encima de los demás: Txiki Benegas en el bando socialista y José María Michavila en la bancada del PP.

Ambos fueron distinguidos en varias ocasiones durante la pasada legislatura con el premio anual "desconocido en el Parlamento" que otorga la Asociación de Periodistas Parlamentarios: Michavila por dos veces (2004 y 2006) y Benegas en tres, aunque en calidad de finalista (2004, 2005 y 2007). Su escasísima o nula actividad en la Cámara Baja -aunque no fuera de ella- les garantiza, un año tras otro, un puesto fijo entre los nominados. Y en este 2008 que está a punto de acabar han sufrido una recaída en su gandulería.

Desde que arrancó la presente legislatura, el pasado mes de abril, Benegas y Michavila han sido dos diputados mudos. En 23 semanas de actividad parlamentaria, ninguno de los dos ha abierto la boca en los 18 plenos celebrados en el hemiciclo. Pero no sólo eso. Ni al socialista ni al popular se les conoce una sola iniciativa parlamentaria, si exceptuamos la batería de preguntas escritas que Michavila formuló en mayo al Gobierno, todas relativas al grado de ejecución "de los proyectos financiados con cargo al llamado 1% cultural" en cada una de las provincias españolas.

El repaso a la actual hoja de servicios de ambos en el palacio de la Carrera de San Jerónimo resulta desolador: ni preguntas orales, ni escritas, ni solicitud de informes, ni petición de comparecencias, ni intervenciones en pleno o en comisión... Por si fuera poco, Benegas y Michavila tampoco se prodigan demasiado en su asistencia a los plenos o a las comisiones de las que forman parte. En la pasada legislatura, el que fuera ministro de Justicia con José María Aznar fue el diputado del PP más sancionado por sus reiteradas e injustificadas ausencias, y en ésta lleva el mismo camino.

Otro tanto cabe decir de Benegas, cuya única aparición destacada en los medios de comunicación, el pasado mes de octubre, no fue precisamente por su dedicación a las tareas parlamentarias, sino por las duras palabras que dirigió a su ex compañera de partido y hoy diputada de UPyD, Rosa Díez, durante una sesión de la Comisión Constitucional, de la que ambos forman parte. Díez cuenta en su blog personal que se acercó a Benegas para preguntarle si iba a ser el ponente del PSOE en la subcomisión parlamentaria que debe estudiar la reforma de la Ley Electoral, y que éste le respondió: "Como persona me cuesta hablar contigo".

Aferrarse al escaño    

Benegas es, junto a Alfonso Guerra, el único diputado que ha ocupado un escaño de forma ininterrumpida desde la legislatura constituyente de 1977. Fue secretario de Organización del PSOE con Felipe González, pero su influencia en el partido cayó en picado tras la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a la Secretaría General, en 2000, y con él una nueva generación de dirigentes más jóvenes y alejados de la vieja guardia socialista.

Sus compañeros del Partido Socialista de Euskadi (PSE) quisieron jubilarlo antes de tiempo y enviarlo al Senado, pero Benegas siempre ha defendido su acta de diputado con uñas y dientes. Lo hizo en 2004, cuando Eduardo Madina lo desplazó al número tres de la candidatura por Vizcaya, y volvió a hacerlo este año, cuando sólo la intervención personal del vicesecretario general del PSOE, José Blanco -que mantiene una buena relación con Benegas-, evitó que éste fuera excluido de las listas electorales por sus viejas rencillas con la dirección del partido en el País Vasco.

Cuando concluya la actual legislatura, Benegas estará a punto de cumplir 64 años. Tal vez ésta sea la última. O tal vez no. Pero su pasividad en el Congreso -que contrasta con su prolífica actividad como escritor- no le ayudará, desde luego, a conservar el escaño.

Michavila es bastante más joven -tiene 48 años-, pero su actividad extraparlamentaria es mucho más frenética que la de Benegas. Tal vez eso explique su apatía en el Congreso. El diputado por Valencia -que fue, paradójicamente, secretario de Estado de Relaciones con Las Cortes en el primer Gobierno de Aznar- es miembro del Comité Ejecutivo del PP, trabaja como abogado, es representante de los cantantes Alejandro Sanz y Shakira, entre otros, y está a punto de crear una empresa para gestionar patrimonios familiares.  

Nota de rectificación

El Gabinete de Prensa del Grupo Parlamentario Popular ha remitido a la redacción de El Confidencial la siguiente puntualización: "Les escribo estas líneas en nombre de la dirección del Grupo Parlamentario Popular para solicitarles que rectifiquen una información equivocada que hoy publica El Confidencial.com. En ella se afirma que el señor Michavila está entre los diputados más vagos de la Cámara y que no acude a los plenos. Basta abrir la misma página web (www.discursia.com) que citan ustedes como fuente de su noticia para comprobar que este diputado asiste a  todas las votaciones, aparece entre los treinta diputados “más trabajadores” de esta legislatura y supera en más del doble la media de iniciativas parlamentarias de los diputados en esta legislatura. Les ruego, en consecuencia, que procedan a rectificar esta información errónea e injustificada.

El absentismo parlamentario no es, ni mucho menos, exclusivo de España. En Italia, el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, harto de las continuas ausencias de sus señorías, ha decidido esta misma semana cortar por lo sano y abochornar a los más holgazanes publicando sus nombres en internet. Su homólogo español, José Bono, no tiene intención, al menos por ahora, de copiar la iniciativa, aunque ya ha expresado públicamente su malestar por la imagen recurrente e indecorosa de un hemiciclo semivacío. Pero no resulta complicado confeccionar un ranking de los diputados más vagos: basta con echar un vistazo a discursia.com, una web privada, o rastrear en la página oficial del Congreso para comprobar que son muchos los que se disputan tan dudoso honor. Pero dos destacan por encima de los demás: Txiki Benegas en el bando socialista y José María Michavila en la bancada del PP.