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La extrema derecha busca un nuevo Sáenz de Ynestrillas para aglutinar el voto 'ultra'
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LA POLICÍA TEME QUE LA INMIGRACIÓN Y LA CRISIS ECONÓMICA ACTÚEN DE DETONANTES

La extrema derecha busca un nuevo Sáenz de Ynestrillas para aglutinar el voto 'ultra'

La extrema derecha española sigue estando fragmentada y dividida en pequeños partidos casi residuales, pero en los últimos meses las Fuerzas de

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La extrema derecha busca un nuevo Sáenz de Ynestrillas para aglutinar el voto 'ultra'

La extrema derecha española sigue estando fragmentada y dividida en pequeños partidos casi residuales, pero en los últimos meses las Fuerzas de Seguridad del Estado han detectado diversos intentos de aupar a un líder que sea capaz de aglutinar ese movimiento, ahora disperso, que aboga por la supremacía de la raza blanca, el rechazo al inmigrante y la unidad nacional. El objetivo es hacer un frente común para concentrar el voto ultra bajo unas mismas siglas, pero la falta de un líder carismático al estilo de Ricardo Sáenz de Ynestrillas, hoy caído en desgracia, ha frenado, por ahora, el proyecto.

La extrema derecha en su conjunto apenas rozó los 70.000 votos en las pasadas elecciones generales, un 0,3% del total. La ausencia de un partido y de un líder con el tirón suficiente para reagrupar el voto ultra ha impedido hasta la fecha que ese espacio ideológico cuente con representación política, más allá de un puñado de concejales en la Comunidad de Madrid, Cataluña, Extremadura y la Comunidad Valenciana. Pero el aumento imparable de la inmigración y la galopante crisis económica pueden ser el caldo de cultivo para que la ultraderecha supere su tradicional fragmentación, alimentada por las rencillas personales entre los cabecillas de las distintas facciones, según las fuentes policiales consultadas por El Confidencial.

De la miríada de partidos que pueblan la extrema derecha, dos son ahora los más activos, según esas fuentes: Democracia Nacional, liderada por Manuel Canduela, y España 2000, encabezada por José Luis Roberto. Su ideología, en la que el rechazo a la inmigración ocupa un lugar central, ofrece pocas dudas. El lema de Democracia Nacional es "ante un puesto de trabajo, los españoles primero"; y en su declaración de principios señala que "cada día más y más zonas de España se convierten en inhabitables para los españoles, que se ven rodeados de extranjeros que, además de robarles el trabajo, alteran profundamente el orden social y la seguridad ciudadanas". España 2000, por su parte, se define como un partido "patriótico con vocación populista", y anuncia en su programa: "Ningún inmigrante mientras haya un solo español en paro".

El tercer partido en discordia es Alianza Nacional, con presencia en 11 comunidades autónomas, pero especialmente arraigado en la Comunidad Valenciana. El próximo sábado, precisamente, ha convocado una manifestación en la la localidad de Torrente (Valencia) bajo este inequívoco lema: "Basta de inmigración. Por la justicia y el orden, limpiemos Torrente".

En 2005, Manuel Canduela ya protagonizó un intento de impulsar una plataforma que aglutinase los activos de Democracia Nacional y los de otras dos formaciones con implantación en toda España: la Falange, presidida por Fernando Cantalapiedra, y Alternativa Española, liderada por Rafael López Diéguez, yerno del histórico caudillo de Fuerza Nueva, Blas Piñar. Pero el proyecto, que perseguía concurrir a las elecciones municipales de 2007 bajo unas mismas siglas, fracasó desde sus primeros balbuceos.

Las fuentes consultadas aseguran que hubo una tentativa posterior de reorganización de la extrema derecha en torno a la figura de José Luis Roberto y su España 2000, también malograda por los recelos que su líder, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne (Anela), la patronal de los prostíbulos, despierta en muchos sectores ultras.

"Después de Blas Piñar, el único líder que tuvo capacidad de liderazgo en la extrema derecha fue Sáenz de Ynestrillas", sostienen las fuentes policiales consultadas, "pero tuvo muchos problemas con la justicia y con las drogas, y perdió toda posibilidad".

Ynestrillas, hijo del comandante asesinado por ETA en 1986, fue absuelto por falta de pruebas del asesinato del parlamentario de HB Josu Muguruza, cometido en Madrid en 1989. Pero en 1997 acuchilló en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón a un pequeño traficante que se negó a venderle cocaína, por lo que fue condenado a siete años de prisión. Hace tres años obtuvo el tercer grado penitenciario, y ahora ejerce la abogacía -acabó la carrera de Derecho mientras estaba en la cárcel- y escribe un blog en internet.

El último movimiento para tratar de encumbrar a un líder de la extrema derecha fue detectado hace poco más de un año, y su protagonista es el catalán Ernesto Milá, actual número dos de España 2000, a donde llegó tras abandonar las filas de Democracia Nacional. Milá, según las fuentes consultadas, ha entablado contactos con Plataforma per Catalunya, un partido encabezado por el ultraderechista Josep Anglada, que en las últimas elecciones municipales obtuvo 18 concejales en Cataluña, y con Iniciativa Habitable, una formación liderada por el ex falangista Manuel Leal y que aboga en su programa por la "preferencia de los ciudadanos de origen español frente a los inmigrantes en las políticas de ayudas sociales y exenciones tributarias".

La extrema derecha española sigue estando fragmentada y dividida en pequeños partidos casi residuales, pero en los últimos meses las Fuerzas de Seguridad del Estado han detectado diversos intentos de aupar a un líder que sea capaz de aglutinar ese movimiento, ahora disperso, que aboga por la supremacía de la raza blanca, el rechazo al inmigrante y la unidad nacional. El objetivo es hacer un frente común para concentrar el voto ultra bajo unas mismas siglas, pero la falta de un líder carismático al estilo de Ricardo Sáenz de Ynestrillas, hoy caído en desgracia, ha frenado, por ahora, el proyecto.