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Su bosque se quema, señor Conde
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Su bosque se quema, señor Conde

El dibujante Perich puso la coletilla hace más de 30 años y el tiempo le ha dado la razón. El lema oficial de una campaña oficial

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Su bosque se quema, señor Conde

El dibujante Perich puso la coletilla hace más de 30 años y el tiempo le ha dado la razón. El lema oficial de una campaña oficial contra el fuego decía aquello de ‘Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema’, y al artista catalán no se le ocurrió otra cosa que añadir ‘...señor Conde’. Y no le faltaba razón al gran ilustrador porque la propiedad de los montes españoles continúa siendo un asunto privado. Tan privado como lo demuestra el hecho de que en sólo seis de los 27 países de la Unión Europea la titularidad pública de los bosques es inferior a la española.

Lo ha puesto de manifiesto la Encuesta sobre la Estructura de las Explotaciones Agrícolas que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE), en la que se detalla que mientras en la UE el 58% de la superficie forestal es privada, en España se alcanza el 68%. Portugal -el país europeo donde más incendios se registran (junto a España)- es donde el porcentaje de titularidad pública es menor (apenas el 10% del terreno arbolado), mientras que en el polo opuesto se encuentra Malta, donde la totalidad del espacio ocupado por masas arbóreas está en manos del sector público.

Por razones históricas (al proceder de economías centralizadas) los países del este de Europa están a la cabeza de las naciones con mayor superficie de titularidad pública, mientras que en el lado opuesto se encuentran los países nórdicos, Austria y Francia, curiosamente los territorios con mayor peso del sector público empresarial.

Según los datos del INE, la superficie forestal en España es equivalente a 26,3 millones de hectáreas, lo que supone el 51,9% del territorio español, pero esta cifra es engañosa, ya que en muchas ocasiones se trata de monte ralo con escasas plantaciones. De hecho, poco más de la mitad de esas 26,3 millones de hectáreas puede considerarse propiamente como bosque, entendido este concepto como agrupación de árboles en espesura. Es decir, aproximadamente la cuarta parte del territorio español está sometido de una manera más o menos clara a la presión del fuego.

Bosques fragmentados

Como dice el Plan Forestal Español -aprobado en 2002-, si hay algún dato característico de los montes españoles desde el punto de vista de la propiedad es la enorme fragmentación que presenta. Los datos del Catastro dicen que existen nada menos que 27,5 millones de parcelas forestales, sin tener en cuenta las del País Vasco y Navarra. El tamaño medio se limita, por lo tanto, a aproximadamente una hectárea, pero con una sensible diferencia: mientras que las parcelas de titularidad pública alcanzan las cinco hectáreas, las privadas apenas llegan a un 75% de una hectárea, es decir a 7.500 metros cuadrados.

Esta estructura minifundista del bosque español es, según algunos estudiosos del tema, una de las causas que explican el alto nivel de incendios que se registran anualmente en España. Ciertos informes han demostrado que los bosques comunales –en los que los propietarios del suelo son los vecinos de un municipio- son menos propensos al pasto de las llamas que los que tienen un solo propietario, habitualmente con escasos medios para procurar una explotación eficiente de los recursos naturales. Está comprobado que cuando una explotación no es rentable su propietario tiende a abandonarla, lo que alienta la posibilidad de incendios.

En este sentido, el Consejo Nacional de Bosques apuntó ya hace meses algunas soluciones que pasan por un cambio en la estructura de la superficie arbórea española. Entre las trece recomendaciones se encuentra la necesidad de asegurar la rentabilidad económica de las explotaciones forestales, algo que parece poco coherente con la existencia de pequeñas superficie sin ninguna viabilidad financiera, lo que contribuye a su exposición al riesgo. Estructuralmente, el bosque español está expuesto al fuego.

El dibujante Perich puso la coletilla hace más de 30 años y el tiempo le ha dado la razón. El lema oficial de una campaña oficial contra el fuego decía aquello de ‘Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema’, y al artista catalán no se le ocurrió otra cosa que añadir ‘...señor Conde’. Y no le faltaba razón al gran ilustrador porque la propiedad de los montes españoles continúa siendo un asunto privado. Tan privado como lo demuestra el hecho de que en sólo seis de los 27 países de la Unión Europea la titularidad pública de los bosques es inferior a la española.