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El SOS de un pequeño empresario catalán: "Nos están arruinando. No tenemos defensa"
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su facturación ha caído un 70%

El SOS de un pequeño empresario catalán: "Nos están arruinando. No tenemos defensa"

"No existe un boicot activo hacia nuestros productos, pero injustamente hay cansancio y rechazo hacia Cataluña"; este es el mensaje del obrador catalán de olivadas

Foto: Paté de aceitunas
Paté de aceitunas

Más allá de las grandes y medianas empresas que sí que tienen capacidad para trasladar su sede social fuera de Cataluña, hay muchos pequeños empresarios, negocios artesanales y familiares que están empezando a sufrir el rechazo del resto de España, su principal cliente, hacia sus productos por el mero hecho de ser catalanes o estar afincados en esa comunidad autónoma.

Es el caso de un pequeño obrador de olivadas -paté de aceitunas- de Barcelona que el viernes se vio obligado a hacer un llamamiento desesperado a sus proveedores y distribuidores en toda España ante lo precario de su situación. Y es que el negocio de R. R. y su pareja -no quieren dar muchos datos por miedo a posibles represalias de radicales independentistas contra su negocio- tiene todos los ingredientes para ser una de esas historias de éxito con reconocimiento mundial y, sin embargo, se encuentran a un paso de echar el cierre porque sus ventas en "el resto de España, porque Cataluña es también España" -explica a El Confidencial-, que representan el 70% de su facturación, se han desplomado.

[Lea la carta que ha enviado a sus clientes]

"Estamos en una situación extrema. Es una locura lo que está pasando y lo estamos viviendo con mucha indignación. Nos están arruinando y no tenemos defensa alguna los que somos pequeños empresarios y autónomos, ni podemos esperar ninguna ayuda o comprensión por parte del actual Gobierno de Cataluña", afirma mientras reconoce que debe dinero a proveedores, el alquiler y varios meses de cuota de autónomos a la Seguridad Social.

Foto: Empresas. (EC)

Y es que lejos de lo que pueda parecer, la historia de este emprendedor debería ser una histórica de éxito. No sólo por los premios que ha recibido, o porque cuatro de sus 'tapenades' se encuentran por segundo año consecutivo en la lista de los siete mejores patés de la Guía Repsol. O por ser la única olivada que se vende en el departamento Gourmet más antiguo de Europa, Dallmayr (Munich), ni por las invitaciones a las más prestigiosas ferias internacionales a las que han tenido que renunciar porque "no tenemos ya dinero ni para pagar las cuotas del coche"... Sino porque hace sólo dos años estaban registrando crecimientos superiores al 50% anual y que se frenaron en seco cuando comenzó a aumentar la tensión en Cataluña para desplomarse en los últimos meses con la radicalización del conflicto.

Deberíamos estar tranquilos porque somos unos de los mejores del mundo y sin embargo asistimos impotentes a nuestro final

"Deberíamos estar tranquilos porque somos unos de los mejores del mundo en nuestra categoría y sin embargo asistimos impotentes a nuestro final". A su parecer, "las ideas que tengas no deberían paralizar el trabajo bien hecho y no sólo nosotros estamos sufriendo, las grandes empresas se pueden ir pero yo se de una treintena de pequeñas bodegas familiares de Sant Sadurní, con nombres muy catalanes que no comparten tampoco lo que está ocurriendo en Cataluña y que están vendiendo cero porque ya no es que sea un boicoit activo, es que la gente se ha cansado y ha dejado de comprar productos catalanes ".

"Este mes de septiembre hemos vendido un 70% menos que el año anterior, estamos en una situación límite", afirma R.R. "Tenemos el mejor producto de su gama en Europa y nos estamos muriendo porque no nos compran", lamenta el empresario, que ha enviado una carta de "auxilio" a sus clientes, las tiendas 'delicatessen', pidiéndoles que promocionen "activamente" los productos catalanes.

"Tenemos el mejor producto de su gama en Europa y nos estamos muriendo porque no nos compran"

"Los emprendedores de Cataluña también tenemos derecho a la existencia, a pesar de nuestros malos gobernantes", señala, que ve "injusto" que por causas ajenas a las empresariales tenga que cerrar la compañía.

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Logotipo que encabeza su página web

De hecho, cuenta a El Confidencial la sorprendente respuesta que ha recibido por parte de establecimientos y proveedores a su llamamiento desesperados, entre los que se encuentran Mantequerías Bravo o el mismo Club del Gourmet de El Corte Ingles. "Hasta tal punto que uno de nuestros proveedores de tarros, una potente empresa de vidrio de Valencia a la que tenemos que pagar nuestros encargos por adelantado, nos acaba de mandar un palet y nos ha dicho que se lo facturemos a 60 días".

Sin embargo, no ha tenido la misma acogida en algunas tiendas dentro del territorio catalán, que han respondido a la carta de R.R. molestas por su contenido político y han cancelado el pedido que tenían hecho. "Creo recordar -explica uno de estos clientes en un correo- que tenemos un pedido de sets de mini olivadas pendiente. Siento decirle que cancelamos el pedido a nuestro pesar. Un cordial saludo".

Otras empresas alimentarias catalanas han sufrido en los últimos años un boicot en el resto de España a causa de la situación política, como es el caso de los productores de vino y cava Freixenet y Codorníu.

Las dos compañías temen que la tensión política que se vive por la deriva independentista de Cataluña agraven nuevamente la situación, a las puertas de la campaña de Navidad, la época de más ventas para ambas empresas.

Más allá de las grandes y medianas empresas que sí que tienen capacidad para trasladar su sede social fuera de Cataluña, hay muchos pequeños empresarios, negocios artesanales y familiares que están empezando a sufrir el rechazo del resto de España, su principal cliente, hacia sus productos por el mero hecho de ser catalanes o estar afincados en esa comunidad autónoma.

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