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S&P cree que la resolución del Popular era inevitable y la liquidez sólo la aceleró
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Su capital 'fully loaded' eran muy bajos

S&P cree que la resolución del Popular era inevitable y la liquidez sólo la aceleró

La agencia de calificación cree que el banco tenía tal porcentaje de activos problemáticos que había perdido la capacidad para generar beneficios y fortalecer su capital

Foto: Sede del Banco Popular
Sede del Banco Popular

En la noche del martes 6 de junio el Banco Central Europeo determinó que el Banco Popular era inviable por los graves problemas de capital que tenía. La entidad había agotado todas las vías de financiación de emergencia del BCE (ELA) y el miércoles ya no podría haber abierto sus oficinas. Ante esta situación, el eurobanco determinó que la entidad española no era viable e inició el proceso de resolución del que se encarga la Junta Única de Resolucíon (JUR). Este es el relato oficial del BCE, pero la realidad es que el Popular difícilmente hubiese podido sobrevivir en solitario dada la cartera de activos fallidos (NPL) que tenía en su balance.

Para S&P la intervención del Banco Popular "parecía inevitable" y "los problemas de liquidez probablemente la aceleraron", explica Elena Iparraguirre, directora de Servicios Financieros de la agencia de calificación. La situación del banco era muy delicada y difícilmente hubiese conseguido cumplir con los requisitos de capital que se establecerán en los próximos años cuando empiece a funcionar la nueva normativa bancaria. Es cierto que había superado el requisito de capital 'phase in', pero la ratio de capital 'fully loaded' estaba por debajo del objetivo en el momento de la intervención.

Esto significa que la entidad hubiese necesitado elevar sus niveles de capital de forma apresurada, una capacidad que dudosamente le quedaba. La cartera de activos no productivos que superaba el 16% y una exposición al sector inmobiliario superior al 30% "iba a ser un lastre enorme para generar beneficios y, por lo tanto, para fortalecer el capital", señala Iparraguirre. Esto significa que el banco necesitaba capital ajeno para fortalecer su posición, ya fuese con una operación corporativa o una nueva ampliación de capital. Ninguna de las dos fue viable y, mientras el banco exploraba las posibles alternativas, se precipitó la fuga de depósitos y la caída del banco.

Estos problemas de liquidez fueron el desencadenante de la liquidación, pero, dados los problemas que se acumulaban en el balance, S&P cree que difícilmente se podría haber evitado esta situación. De hecho, la Junta Única de Resolución "ya estaba trabajando el sábado en un escenario de resolución", y eso que el banco todavía no había empezado a utilizar las líneas de liquidez de emergencia del BCE (ELA). La agencia de calificación aplaude la ejecución de la resolución, que fue muy rápida y se hizo sin extender las dudas al resto del sistema financiero. El resto de entidades no han sufrido fuga de depósitos ni problemas de liquidez, lo que indica que el mercado valora de forma positiva la operación.

La presión sobre los bancos medianos

La venta del Popular al Santander supone un paso en el proceso de consolidación bancaria que la agencia lleva años prediciendo. Pero es sólo un paso. Puede ser el primero. S&P considera que hay espacio para nuevas operaciones corporativas entre los bancos medianos, que son quienes tienen mayor presión sobre los márgenes. "Las instituciones medianas son quienes tienen más desafíos por demostrar que tienen un negocio sostenible", señala Iparraguirre.

Los problemas para estas entidades pueden multiplicarse cuando tengan que adecuarse a los nuevos mecanismos de resolución derivados de la regulación de la Unión Bancaria. "La JUR prefiere que la planificación de la resolucíon sea crear colchones de MREL (coeficiente de activos con capacidad de absorción de pérdidas) del 22%-24% de los activos ponderados por riesgo", indica Iparraguirre. Esto significa que las entidades tendrán que emitir instrumentos de deuda de alto riesgo y, por tanto, con un coste mayor para el banco.

"Implica que habrá muchas instituciones saliendo al mercado al mismo tiempo", explica la experta de S&P, y "las instituciones medianas y pequeñas que han estado fuera de mercado durante tiempo lo van a tener difícil". Este puede ser el futuro desencadenante de las operaciones corporativas que el Banco de España lleva años pidiendo para fortalecer al sector.

En la noche del martes 6 de junio el Banco Central Europeo determinó que el Banco Popular era inviable por los graves problemas de capital que tenía. La entidad había agotado todas las vías de financiación de emergencia del BCE (ELA) y el miércoles ya no podría haber abierto sus oficinas. Ante esta situación, el eurobanco determinó que la entidad española no era viable e inició el proceso de resolución del que se encarga la Junta Única de Resolucíon (JUR). Este es el relato oficial del BCE, pero la realidad es que el Popular difícilmente hubiese podido sobrevivir en solitario dada la cartera de activos fallidos (NPL) que tenía en su balance.

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