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El letrado de cabecera de Ron denuncia a Saracho y Del Valle por hundir el Popular
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CREMADES LoS ACUSA DE PONERSE BAJISTAS

El letrado de cabecera de Ron denuncia a Saracho y Del Valle por hundir el Popular

Una de las denuncias por la resolución del Popular es una reivindicación de la figura de Ángel Ron y un ajuste de cuentas con el mexicano Del Valle y con el sucesor de Ron, Saracho

Foto: Ángel Ron, en su última presentación de resultados como presidente del Banco Popular. (EFE)
Ángel Ron, en su última presentación de resultados como presidente del Banco Popular. (EFE)

Las múltiples demandas y querellas que se están presentando estos días por las pérdidas sufridas por los accionistas y bonistas del Banco Popular con su rescate se dirigen, en primer lugar, contra Ángel Ron, el presidente que llevó al banco a la inviabilidad y que colocó la ampliación de 2.500 millones con unas cuentas que cuestionan los afectados. Y después, contra Emilio Saracho, por su extraña gestión que no pudo salvar el banco. Pero hay una denuncia ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional, interpuesta al día siguiente del rescate, que hace un panegírico de la gestión de Ron y acusa a su sucesor y, sobre todo, al mexicano Antonio del Valle (el accionista que forzó su caída) de hundir el banco para enriquecerse con posiciones bajistas.

Esta denuncia es obra del abogado Javier Cremades, un nombre habitual en los litigios mediáticos contra los bancos, que no representa a ningún accionista sino a una asociación llamada Aemec (Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas) de la que él mismo es secretario general. Es decir, él se da a sí mismo el mandato de presentar la denuncia, por los delitos de uso de información relevante y administración desleal. Se da la circunstancia de que Cremades es amigo personal de Ron, al que su despacho ha llevado distintos asuntos en el pasado.

Esta denuncia construye una teoría de la conspiración ("un plan perfectamente urdido") según la cual Del Valle, accionista de referencia del Popular con un 4% del capital desde 2013, se dedicó a filtrar a los medios de comunicación informaciones negativas para el banco con el fin de hundir su cotización y enriquecerse con posiciones cortas (bajistas) a costa de los demás accionistas. Dentro de este plan, entrarían también la creación de tensiones en el consejo y la sustitución de Ron por Saracho, "viejo conocido del Sr. Del Valle por haber compartido puesto de trabajo de JP Morgan", con quien pretendía ejecutar sus "maliciosos" planes que obstaculizaba Ron. Por eso, no presentó ningún plan estratégico e hizo declaraciones como que el banco "estaba caro".

Foto: Ana Botín en la presentación de la compra del Popular. (EFE)

Respecto al anterior presidente, la denuncia no hace ninguna referencia a la gestión que llenó al Popular de activos tóxicos insuficientemente provisionados (la causa última del rescate), ni a la posible falsedad de las cuentas, ni a la ampliación de capital de 2016. Al contrario, sostiene que los ratios de capital en el momento de su destitución estaban 400 puntos básicos por encima de lo exigible, que las cuentas de 2016 estaban auditadas por dos firmas (PwC y EY, según Cremades, aunque en realidad solo lo estaban por la primera), que superó los "exigentes test de resistencia" y que tenía en marcha un plan de venta de activos, cuya "completa ejecución probablemente hubiera evitado la ruina acontecida".

Su conclusión es que "la causa de esta ruina no tiene su verdadero origen en la gestión del banco anterior al año 2016". Estos argumentos coinciden con los ofrecidos por el propio Ron en varias entrevistas concedidas a medios en los últimos días.

Ausencia de pruebas e incoherencias

Cremades no aporta ninguna prueba ni testimonio que apoye sus tesis, más que algunas publicaciones en prensa tan pintorescas como una de 'Hispanidad' (digital controlado por el Opus Dei, al que pertenecen Ron y Cremades) que asegura que "la agencia de detectives Kroll hizo entrega a la CNMW (sic) [de] informes sobre ataques bajistas a las acciones del Banco Popular por el Sr. Del Valle". A pesar de esta falta de evidencias, el escrito afirma que "la manipulación del valor de cotización llevada a cabo a través de la publicación de noticias negativas entorno (sic) al Banco no ofrece mayor duda".

Más allá de esto, Cremades incurre en algunas incoherencias importantes. La más obvia es que, si alguien tiene acciones por el 4% del capital de una empresa, si esas acciones bajan, pierde, no gana... Salvo que la posición bajista fuera superior a ese porcentaje. Es obligatorio por ley comunicar las posiciones cortas a la CNMV, que las hace públicas, y en ningún momento ha habido ninguna superior al 4% del capital, ni a nombre de Del Valle ni de sus sociedades. La denuncia reconoce desconocer cuáles eran esas supuestas posiciones.

"JP Morgan ha vendido con beneficios"

También sostiene que la intervención del Popular frustró esas "desmedidas ganancias", cuando habría sido justo al revés: con la amortización de las acciones, los grandes ganadores han sido los bajistas, que no tendrán que devolver las acciones tomadas en préstamo (los bajistas toman prestadas las acciones para poder venderlas en mercado, luego recomprarlas a un precio más bajo ganando la diferencia y devolverlas a su dueño) y obtendrán un beneficio del 100% al valer las acciones cero.

Es más, llega a asegurar que JP Morgan ha sido "finalmente colocadora de la operación de venta del banco y que presumiblemente le ha reportado enormes beneficios". Como es bien sabido, la subasta que dirigían este banco de inversión y Lazard quedó desierta, por lo que el BCE decidió la resolución del Popular y venderlo (el propio BCE) al Santander por un euro. Por tanto, JP Morgan no solo no ha ganado nada sino que su prestigio ha quedado seriamente dañado.

Las múltiples demandas y querellas que se están presentando estos días por las pérdidas sufridas por los accionistas y bonistas del Banco Popular con su rescate se dirigen, en primer lugar, contra Ángel Ron, el presidente que llevó al banco a la inviabilidad y que colocó la ampliación de 2.500 millones con unas cuentas que cuestionan los afectados. Y después, contra Emilio Saracho, por su extraña gestión que no pudo salvar el banco. Pero hay una denuncia ante la Fiscalía de la Audiencia Nacional, interpuesta al día siguiente del rescate, que hace un panegírico de la gestión de Ron y acusa a su sucesor y, sobre todo, al mexicano Antonio del Valle (el accionista que forzó su caída) de hundir el banco para enriquecerse con posiciones bajistas.

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