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Sostenible y eficiente: así debe ser el nuevo modelo energético en España
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FORO EL CONFIDENCIAL-SABADELL

Sostenible y eficiente: así debe ser el nuevo modelo energético en España

Ni revoluciones constantes ni medidas improvisadas: España se ha propuesto definir una estrategia a largo plazo para avanzar hacia un nuevo modelo energético. Estos son sus ingredientes

Es la pregunta que se hacen todos los países: ¿hacia qué modelo energético debemos avanzar? ¿De qué manera pueden adaptarse los gobiernos a las nuevas tendencias energéticas y, a su vez, diseñar un plan de largo recorrido que siente las bases para las próximas décadas?

Esas son precisamente las preguntas a las que se propuso dar respuesta este lunes en el foro 'Hacia un nuevo modelo energético', organizado por El Confidencial y Banco Sabadell, que contó con la participación de Daniel Navia, secretario de Estado de Energía, José Folgado, presidente de Red Eléctrica de España, Antonio Llardén, presidente de Enagás, y David Noguera, director de Financiación Estructurada de Banco Sabadell.

El evento, además, contó con la presencia entre el público de personalidades empresariales de nuestro país como José Casas (Endesa), Julio Castro (Iberdrola), Manuel Fernández (Gas Natural Fenosa), Ignacio Araluce (presidente de Foro Nuclear) y los expresidentes de Red Eléctrica de España Luis Atienza y Pedro Mielgo, entre otros.

Objetivo: definir una estrategia

Para el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, "estamos en un momento de transición: no solo España, sino en todos los países europeos, que tendremos que ir tomando decisiones importantes a medio y largo plazo para seguir avanzando en la búsqueda de un nuevo modelo".

Según Navia, en esta transición "hay dos hitos fundamentales: por un lado, la Ley de Transición Energética y Cambio Climático, con la que tenemos que adaptarnos a los desafíos europeos; por otro, la planificación energética que conviene realizar y que llevaremos a cabo en toda Europa".

Ahora bien, este proceso de adaptación requiere ser desarrollado en torno a una estructura. Para José Folgado, son tres los ejes principales: “El ahorro y eficiencia energética, la movilidad sostenible y la generación de renovables", un trío de factores que, en su opinión, deben alinearse de manera conjunta para que nuestro país no se quede en cambios puntuales, sino que desarrolle una estrategia clara, definida y a largo plazo.

Adiós al carbón, hola a las renovables

En este nuevo planteamiento, se produce una llamativa dicotomía: la que enfrenta un método tradicional como el carbón con uno medianamente reciente como las energías renovables.

Antonio Llardén lo tiene claro: "Es fundamental que llevemos a cabo un proceso de descarbonización. Y no solo por las emisiones de CO2, sino también por la calidad del aire en las ciudades, que en muchos países emergentes está empezando a ser un tema de relevancia política". Sin embargo, "no todo son las renovables: hay que hacer un sistema mixto en el que el gas natural tenga protagonismo y se combine con las renovables".

Necesitamos iniciativas sostenibles por sí mismas, que no dependan de subvenciones

En cualquier caso, Folgado recuerda la cara y la cruz de las renovables: la cara, que "tenemos que aspirar a más y el Gobierno está facilitando esos recursos"; la cruz, que "las renovables apenas tienen coste y, cuantas más tengamos, más bajará el precio". Y este hecho, que en principio puede parecer inocuo, en realidad incide de manera directa en la sostenibilidad económica del nuevo modelo energético.

En definitiva, "tenemos que conseguir que todos estos proyectos sean bancables", asegura David Noguera. En su opinión, "que todas las iniciativas sean sostenibles por sí mismas hará que no dependamos de subvenciones públicas".

Un modelo sostenible y a largo plazo

Y es que hay una cosa en la que todos los agentes implicados coinciden casi al unísono: la no dependencia de ayudas gubernamentales y la supervivencia económica: "Cualquier iniciativa tiene que ser financieramente independiente, un negocio en sí mismo; si recibe ayudas, no será sostenible", asegura Noguera.

Para él, por tanto, no es una cuestión —ni mucho menos— de dinero: "Hace unos años que en el mundo hay mucho más dinero que proyectos. Lo que tiene que haber son planes y proyectos coherentes: será entonces cuando llegue el dinero".

En cualquier caso, las prisas no parecen buenas consejeras. Es por ello que tanto las empresas privadas como la propia Administración apuestan por proyectos sostenibles y a largo plazo: "Ya no nos podemos permitir hacer revoluciones permanentes del sistema energético español", asegura Daniel Navia.

Para el secretario de Estado, la fórmula perfecta será aquella que nadie quiera cambiar: "Tenemos que hacer una planificación que sea sostenible en el tiempo.Cuando las medidas de ahora sean coherentes, financieramente sostenibles y compartidas por todos, querrá decir que dentro de unos años lo querremos seguir manteniendo. Si hacemos revoluciones constantes, tendremos que ir haciendo cambios cada pocos años".

Es la pregunta que se hacen todos los países: ¿hacia qué modelo energético debemos avanzar? ¿De qué manera pueden adaptarse los gobiernos a las nuevas tendencias energéticas y, a su vez, diseñar un plan de largo recorrido que siente las bases para las próximas décadas?

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