CCM desaparecerá por completo este año: Liberbank comprará el 25% que le falta

Caja Castilla-La Mancha (CCM), la primera caja de ahorros que tuvo que ser intervenida por el Banco de España en la crisis financiera (marzo de 2009), desaparecerá por completo este año. Liberbank tiene intención de hacerse con el 25% de la entidad que no adquirió cuando fue privatizada y que sigue en manos de la Fundación CCM, aunque aún no sabe cuál será la fórmula para ello. De esta forma, podrá fusionarla con la matriz y CCM desaparecerá como sociedad independiente. Asimismo, también borrará su marca de las oficinas, donde quedará solo la de Liberbank.

Esta integración no era posible hasta ahora por el esquema de protección de activos (EPA, garantías otorgadas por las pérdidas del balance de CCM) que concedió el Fondo de Garantía de Depósitos a Liberbank para su adquisición por un máximo de 2.475 millones. Estas garantías vencieron el 31 de diciembre y se están liquidando, por lo que a partir de ahora la entidad es libre para proceder a la integración societaria. Fuentes de Liberbank explican que ya se había producido la integración informática y comercial, es decir, los productos que se venden en las oficinas de la antigua CCM son los mismos que en el resto del grupo.

La intervención de CCM en 2009 hizo saltar por los aires el discurso del Gobierno de Zapatero de que "España tenía el sistema financiero más sólido del mundo". Fue la primera víctima del estallido de la burbuja inmobiliaria y estuvo provocada por la negativa del auditor, Ernst & Young, de firmar las cuentas de 2008. La necesidad de solucionar el problema cuanto antes provocó que el Gobierno y el BdE montaran a toda prisa una subasta de la entidad en la que ofrecieron grandes ayudas a quien se quedara gratis con ella, lo que inauguró una fórmula que luego se aplicaría a la CAM, Banco de Valencia, Unnim, etc.

La Fundación CCM mantuvo un 25%

En esa subasta se vendió solo el 75% de la entidad que presidía hasta la intervención Juan Pedro Hernández Moltó. Dentro de los acuerdos con el FGD, la antigua CCM, posteriormente convertida en fundación, mantuvo un 25% de la nueva entidad absorbida por Cajastur con la intención de que pudiera mantener la obra social. De ahí que Menéndez no pudiera fusionarla y la tuviera que mantener como filial, en una estructura similar a la que tiene Caja España Duero en Unicaja. Y debía mantener el 'statu quo' hasta que no finalizara la vigencia de los acuerdos con el FGD.

Posteriormente, Cajastur se fusionó con Caja Cantabria y Caja Extremadura para formar Liberbank (y estuvo a punto de integrar a la CAM, pero Menéndez se echó atrás al percatarse de la magnitud de su agujero), con lo que el rebautizado Banco de Castilla-La Mancha pasó a ser filial del grupo fusionado. Y ahora quiere completar el proceso con la integración total. La Junta de Castilla-La Mancha de Emiliano García-Page, que en teoría controla la fundación, no ha puesto pegas a esta absorción.

Lo que no está decidido aún es cuál será la fórmula para ejecutar esta fusión. Las opciones son una recompra de ese 25% con dinero, un canje de acciones de Banco de Castilla-La Mancha por títulos de Liberbank (que cotiza en bolsa) o una ampliación de capital que diluya a la fundación. Menéndez tomará la decisión una vez que se liquide el EPA, cosa que espera que suceda en los próximos meses.