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Alerta en la banca: el crédito al consumo empieza a entrar en mora de nuevo
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LAS ADJUDICACIONES DE INMUEBLES CRECEN AL 12%

Alerta en la banca: el crédito al consumo empieza a entrar en mora de nuevo

La reducción de la morosidad de la banca española se ha ralentizado e incluso los impagos están repuntando en algunos segmentos, en especial, en el crédito al consumo

Foto: Venta de un préstamo en una entidad bancaria.
Venta de un préstamo en una entidad bancaria.

La avaricia suele romper el saco. La banca española se ha centrado en los últimos años en dar crédito para finalidades distintas de la compra de vivienda, debido a la debilidad del mercado inmobiliario y, sobre todo, a que es mucho más rentable para ella; sobre todo, los préstamos al consumo (para comprar coches, electrodomésticos, viajes, etc.). El problema es que prestar dinero a todo el mundo tiene riesgos, y estos se están materializando en un repunte de la morosidad en este segmento. Con la agravante de que aquí no hay una garantía que mitigue el daño, como la vivienda en el caso de las hipotecas.

Este repunte es la primera señal de alarma en una tendencia a la reducción de la mora desde los máximos alcanzados en el año 2013. Según el 'Informe de estabilidad financiera' del Banco de España publicado este miércoles, "se observa que la desaceleración en la tasa de caída [de la morosidad] fue más acusada en el caso de los hogares y, de manera especial, en el crédito destinado a consumo, que experimentó una ligera subida en diciembre de 2016".

Así se puede ver en el gráfico siguiente, donde la morosidad del crédito no hipotecario a las familias (línea azul claro) es la única que crece por encima de cero; la mora de los demás segmentos reduce su desaceleración, pero sigue por debajo de cero. El supervisor advierte de que en este repunte puede influir la reclasificación como morosos de préstamos que antes se consideraban 'subestándar' (créditos que no estaban técnicamente en mora pero corrían elevado riesgo de entrar en ella; esta categoría ha desaparecido).

El propio Banco de España también identifica la causa del 'boom' del crédito al consumo que, a su vez, está provocando el repunte de su morosidad: "El aumento del empleo y de la renta, junto con el mayor atractivo en términos de rentabilidad para los bancos, explica esta evolución". Esta rentabilidad se aprecia muy claramente en el gráfico adjunto, donde la línea roja es el crédito al consumo, cuyo tipo medio supera el 8%, mientras que los préstamos a pequeñas empresas se sitúan por debajo del 4%, las hipotecas apenas superan el 2% y la financiación a grandes empresas ni siquiera alcanza esa cota.

La banca se sigue adjudicando inmuebles

El citado informe también hace mucho hincapié en el problema que suponen para la rentabilidad de los bancos los activos improductivos, es decir, el crédito moroso y los inmuebles adjudicados. "El aún elevado volumen de activos improductivos (dudosos y adjudicados) contribuye a incrementar la presión sobre la cuenta de resultados de las entidades, si bien es cierto que su progresiva reducción, consecuencia de la mejora en las condiciones macroeconómicas y las menores cargas por intereses asociadas a los niveles de tipos de interés reducidos, reduce la presión que, vía márgenes, tiene lugar en la cuenta de resultados de las entidades españolas", sostiene.

En este sentido, el BdE destaca también que la reducción de los inmuebles adjudicados sigue siendo muy lenta: "Se puede observar que, al igual que en 2015, las ventas de activos adjudicados, superiores a 12 millones de euros en 2016 (casi un 15% del 'stock' de adjudicados a finales de 2015), superaron a las entradas de nuevos adjudicados (12,3% del 'stock')". Es decir, aunque el saldo neto sea una reducción, las entidades financieras siguen adjudicándose inmuebles en pago de créditos incobrables, y a un ritmo nada desdeñable del 12%. Lo que pasa es que el ritmo de venta es superior y el saldo neto es una reducción.

El BdE también advierte del fuerte incremento de los costes y los riesgos legales de la banca española derivados del aumento de litigios, sobre todo relacionados con las cláusulas suelo. A este respecto, intenta matizar su actitud favorable a estas cláusulas en un informe remitido al Senado en 2010, asegurando que pedía que se extremara su transparencia y las buenas prácticas comerciales. Por último, insiste en sus tradicionales peticiones de mayor reducción de costes y de nuevas fusiones como vía para mejorar la eficiencia en un momento de márgenes deprimidos.

La avaricia suele romper el saco. La banca española se ha centrado en los últimos años en dar crédito para finalidades distintas de la compra de vivienda, debido a la debilidad del mercado inmobiliario y, sobre todo, a que es mucho más rentable para ella; sobre todo, los préstamos al consumo (para comprar coches, electrodomésticos, viajes, etc.). El problema es que prestar dinero a todo el mundo tiene riesgos, y estos se están materializando en un repunte de la morosidad en este segmento. Con la agravante de que aquí no hay una garantía que mitigue el daño, como la vivienda en el caso de las hipotecas.

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