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Locos por ligarse a una 'startup': el nuevo reto de los despachos
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Locos por ligarse a una 'startup': el nuevo reto de los despachos

Pocas firmas están dejando escapar la oportunidad de subirse al carro de las 'startups'. Un mercado muy especializado que mueve millones y en el que coinciden grandes, medianos y pequeños

Foto: Interior de una incubadora de 'startups'. (Reuters)
Interior de una incubadora de 'startups'. (Reuters)

En el ecosistema de las 'startups' cada vez hay más trajes y corbatas. De un tiempo a esta parte, despachos grandes, medianos y pequeños han puesto sus ojos en estos proyectos tecnológicos que necesitan un empujón —legal y/o financiero— para poder despegar. El mercado se mueve y nadie quiere perder la oportunidad de apadrinar el próximo 'pelotazo'.

¿Cómo funciona el negocio? Generalmente, las firmas ofrecen a las tecnológicas asesoramiento legal y, en algunos casos, intermediación con potenciales inversores. “Cuando tratas con 'startups', lo más importante es entender su modelo de negocio, saber qué quieren hacer a medio y largo plazo”, explica a este diario Luis Gosálbez, socio de Metricson, una 'boutique' especializada en negocios tecnológicos y de internet.

Alejandro Touriño, socio director de Écija, identifica seis agentes presentes en este negocio: emprendedores, 'startups' consolidadas, firmas de 'venture capital', 'business angels' y las aceleradoras/incubadoras. “En todos los casos, es siempre necesario el trabajo de un abogado”, explica a este diario.

Generalmente, los despachos ofrecen a las tecnológicas asesoramiento legal y, en algunos casos, intermediación con potenciales inversores

Estas dos firmas son solo la punta del iceberg de una larga lista en la que se incluyen bufetes de renombre como Uría, Garrigues o Cuatrecasas, y en la que las 'big four' también se abren paso. En mayor o menor medida, las firmas legales están haciendo incursiones en este sector, muchas veces alejado de su tradicional 'core business'.

Hasta la fecha, el ejemplo más destacado es Cuatrecasas Acelera, una aceleradora nacida el año pasado de la mano de Telefónica para impulsar el 'legaltech'. Está pensada para pequeñas empresas ya en marcha que busquen consolidar su negocio o bien innovar en sus líneas de negocio. A finales de marzo, el bufete concluyó la primera edición con la participación de una decena de proyectos.

A la hora de ponerse a trabajar, Gosálbez explica que algunas firmas optan por entrar en el accionariado de las 'startups' para las que trabajan a cambio de una reducción en la factura. “Particularmente, nosotros creemos que es algo que puede generar conflictos de intereses”, indica. Una vez que las empresas están 'maduras', el despacho se desprende de su participación para obtener un beneficio.

En el ecosistema emprendedor, los fondos de inversión juegan un papel clave en las inyecciones de capital que necesitan estas empresas. “Los despachos pueden facilitar el contacto entre emprendedores y fondos, pero no siempre es bueno”, explica Gosálbez. Este abogado, con una amplia experiencia en el sector, cree que una de las herramientas que mejor funcionan es “el boca a boca entre inversores”. Por su parte, Touriño añade que “a veces, son los propios fondos los que te piden que les enseñes proyectos interesantes”.

España, territorio emprendedor

Según el informe 'Startup Ecosystem Overview', elaborado por la Fundación Mobile World Capital Barcelona (MWCB), España cerró el pasado año con 2.633 'startups', un 1% más con respecto al ejercicio previo. Además, ese mismo informe señala que Madrid y Barcelona forman parte de la lista de 10 ciudades europeas con mayor número de 'startups'.

“Aunque es un sector que ha crecido muchísimo en los últimos años, ya está empezando a tocar techo”, advierte Gosálbez. Una afirmación que casa con las cifras de inversión: si en 2015 se movieron 576,3 millones de euros, en 2016 esa cifra descendió hasta los 502,1 millones. Números gruesos para un mercado que pese a todo sigue muy vivo y en el que los fondos buscan pillarse los dedos lo menos posible: “Ahora se buscan operaciones grandes que, en definitiva, sean más seguras”.

Una tesis diferente es la que mantiene el socio director de Écija, quien cree que el sector todavía no se está consolidando. “Siguen saliendo proyectos nuevos muy interesantes”, señala. “Esto suele ir por modas, de repente hay un 'boom' de proyectos sobre 'big data', luego sobre 'blockchain', etc.”. Respecto a la reducción del riesgo, Touriño tampoco percibe que los fondos sean más conservadores en sus apuestas.

Algunas de las rondas de inversión más destacadas de los últimos años, todas ellas por encima de los 10 millones de euros, las han protagonizado empresas como Privalia, Whisbi (2013), Digital Origin, jobandtalent (2014), Wallapop, Cabify (2015), Hawkers o CornerJob (2016), por citar algunas de las más destacadas.

Una vez que las empresas se consolidan, muchas son adquiridas por compañías más grandes. El año pasado, Vente Privée compró Privalia por 500 millones de euros, MásMóvil hizo lo propio con PepePhone por 158 millones, e eBay se hizo con Ticketbis por 147 millones. Una vez más, el pez grande se come al pequeño… a golpe de talonario.

Y es que el negocio de las fusiones y adquisiciones sí que parece no tocar techo. Las cifras que maneja el MWCB valoran estas transacciones en algo más de 1.000 millones solo el año pasado, una cifra que no deja de crecer al tiempo que contrae el mercado.

En el ecosistema de las 'startups' cada vez hay más trajes y corbatas. De un tiempo a esta parte, despachos grandes, medianos y pequeños han puesto sus ojos en estos proyectos tecnológicos que necesitan un empujón —legal y/o financiero— para poder despegar. El mercado se mueve y nadie quiere perder la oportunidad de apadrinar el próximo 'pelotazo'.

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