Cellnex marca perfil propio para desmarcarse de una OPA sobre Abertis

La operadora de telecomunicaciones Cellnex ha querido marcar perfil propio en la junta de accionistas que se ha celebrado este jueves en Barcelona para desmarcar el futuro de la empresa de la OPA que está preparando Atlantia sobre Abertis. Cellnex es una “spin off” de Abertis, y la empresa concesionaria controla todavía el 34% de Cellnex, por lo que una oferta sobre Abertis le afectaría directamente.

Pese a ello, ningún accionista ha preguntado sobre el tema en la junta. Y en la rueda de prensa posterior, ni el presidente de Cellnex, Francisco Reynés –a su vez consejero delegado de Abertis– ni el CEO de Cellnex, Tobías Martínez, han aceptado ninguna pregunta sobre la OPA que presuntamente lanzarán los italianos sobre Abertis en los próximos días.

Lo único que ha apuntado Reynés es que la actual estructura de gobierno corporativo de Cellnex, con mayoría de independientes en el consejo de administración, dota a a esta empresa del Ibex-35 de un espacio de gestión propio al margen de lo que pase en su accionariado. “Cellnex está vinculada a Cellnex, es un proyecto que tiene más de 65% del free flow. El “governance” se toman por el bien de todos los accionistas no sólo de algunos” y con esta sentencia Reynés ha zanjado cualquier debate añadido respecto a la operación del momento.

Cellnex capitaliza en bolsa 3.700 millones. Además de Abertis, otro accionista destacado es Criteria, el holding de participadas de La Caixa, que tiene el 5%. La empresa tiene unos ingresos de 707 millones anuales y un EBITDA de 290 millones. Como ha explicado en la junta Tobías Martínez “la compañía gestiona 21.000 torres un 30% más de emplazamientos en países como España, Italia, Francia y el Reino Unido, porque se ha buscado establecer una plataforma europea”.

Cellnex ya es el primer operador europeo y es el cuarto del mundo por detrás de los tres primeros grupos que son estadounidenses. La deuda neta del grupo es de 1.499 millones, que según Tobías Martínez “es perfectamente sostenible dado que esta deuda vence a siete años mientras que los contratos de alquiler de las torres tiene de media una duración de 14 años”.