Es noticia
La banca ultima la financiación de la eólica que ganó a derribo la subasta de Soria
  1. Empresas
El 25% lo aportarÁ un socio internacional

La banca ultima la financiación de la eólica que ganó a derribo la subasta de Soria

Deutsche Bank y Santander, entre otros, negocian un crédito sindicado de más de 200 millones para los parques de Forestalia, cuestionada por ganar 300 MW sin prima estatal

Foto: Foto de archivo de rayos sobre un parque eólico durante una tormenta eléctrica. (EFE)
Foto de archivo de rayos sobre un parque eólico durante una tormenta eléctrica. (EFE)

Forestalia, la compañía que dejó en la cuneta a los grandes del sector eléctrico en la subasta de renovables de enero de 2016, está cerca de atar la financiación para poder poner en pie su proyecto antes de que acabe 2017. La firma aragonesa pujó al límite en el primer paquete de energía limpia que sacaba el Gobierno tras cinco años de moratoria verde. Tan al límite, que muchos pensaron que se pasó de frenada. Obtuvo un paquete de 300 MW de energía eólica, pero sin prima (retribución que paga el Estado por la inversión). A pesar de ello, grandes bancos, entre los que destacan Deutsche Bank o Banco Santander, estarían cerca de cerrar un préstamo sindicado que ronda los 200 millones de euros, lo que desatascaría la situación, tal y como ha podido saber este diario de fuentes cercanas a la operación. En las negociaciones, además, habrían estado implicados otros como BBVA, aunque no hay constancia de que vaya a adherirse al crédito.

Hasta ahora, actores del sector cuestionaban el proyecto, argumentando que la empresa aragonesa se había pillado los dedos, ya que tendría que construir un proyecto atado a la regulación de la subasta y los plazos que marca el ministerio... Pero con el hándicap de no contar con subvención alguna. ¿Cómo se entiende entonces? Los expertos apuntaban a las deficiencias del sistema marginalista de subasta, que hace que sea el último que entra en la adjudicación quien marque el precio de la ayuda estatal. Por ello, optar sin prima permitía colarse como uno de los más seleccionables a la espera de que fuera otro, con una oferta peor, quien determinara el monto de la ayuda para todos. "El efecto listillo", comenta un experto que conoce las entrañas del funcionamiento de la compleja subasta.

Foto: Los Samper comenzaron con el negocio de los cerdos, extendiendo su imperio a las renovables.

De hecho, este factor tuvo repercusión al más alto nivel. No en vano, el actual ministro, Álvaro Nadal, rectificó algunos puntos del concurso diseñado por su hermano Alberto, a la sazón secretario de Estado de Energía con José Manuel Soria al frente del ramo, de cara a los 2.000 MW que se subastarán antes de este verano. Ante las críticas de los que pensaban que la subasta de 2016 se prestaba a la especulación, Nadal triplicó los avales para asegurarse de que los adjudicatarios son capaces de llevar adelante los proyectos, e introdujo una serie de hitos temporales a cumplir para tener constancia de que todo se desarrolla conforme a los plazos. Además, la nueva subasta incluye unos límites para no poder pujar más allá de un techo establecido. Y es que el tiempo apremia al Ejecutivo, más que el posible ahorro por las pujas a derribo. España está lejos del objetivo aún pactado con Bruselas para 2020 y necesita tener la certeza de que los proyectos que ahora ven la luz estén funcionando en tiempo. Esta subasta será, por plazos, la última oportunidad para muchos antes de 2020.

Foto: El ministro español de Turismo, Álvaro Nadal, posa para los medios durante su visita al stand de España en la Feria de Turismo. (EFE)

Las cautelas del Ejecutivo para la nueva subasta acrecentaban las dudas sobre los vencedores de la celebrada en enero de 2016, que dejaron en fuera de juego a pesos pesados como Iberdrola, Gamesa, Gas Natural Fenosa o Enel. El grueso de la oferta había recaído en manos de los hermanos Samper, dedicados tradicionalmente al negocio cárnico y que habían extendido su actividad hacia la energía renovable en la última década. Grupo Jorge, propiedad de uno de los hermanos, se llevó 102 MW, pero el grueso eólico (300 MW) se lo llevó Forestalia, presidida por Fernando Samper. Los 98 MW restantes cayeron en manos de EDP, una de las grandes compañías eléctricas del país. Grupo Jorge ha descartado hablar con este diario.

Foto: El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal. (EFE)

Fernando Samper se había llevado un proyecto eólico de alrededor de 300 millones de euros, sin contar otros 108,5 MW de biomasa que también ganó. La primera reacción del grupo fue intentar vender el proyecto, según señalan fuentes del sector a este diario. La cuadratura del círculo, ya que difícilmente alguien podría desear un proyecto con todas las obligaciones pero sin ayudas públicas, apuntan estas fuentes.

No obstante, la empresa estaría cerca de cerrar el proyecto para que en 2020 los molinos estén a pleno rendimiento. Desde enero de 2016 y hasta el momento actual, Fernando Samper ha tenido que buscar el apoyo a través de distintas vías:

1. La multinacional extranjera

Forestalia asegura tener un socio capitalista y tecnológico que entrará a formar parte del proyecto con un 25% del mismo. No obstante, la empresa aún no ha confirmado su identidad. Se limita a comentar que se trata de una multinacional del sector energético extranjera. Esta aportaría 75 millones de los 300 que tiene que asumir la eólica.

2. El apoyo del Gobierno de Aragón

La compañía subraya el apoyo de Aragón para desatascar el proyecto, por lo que la Administración también ha puesto de su parte. En este sentido, cabe destacar que el Gobierno de Aragón ha declarado de interés regional 13 parques eólicos para el desarrollo de la infraestructura. Una decena de ellos estaría destinada a Forestalia. El grupo agradeció públicamente el apoyo del Gobierno de la comunidad autónoma donde se instalarán los molinos. El Ejecutivo regional destaca la fijación de puestos de trabajo que generarán en la zona (2.400 más los que se generen en la explotación, apuntan). Este impulso permite acelerar todos los trámites administrativos para desarrollar el proyecto, algo que alivia también al Ministerio de Energía, que quiere que todo este listo en 2020 y cumplir así con lo comprometido con sus socios comunitarios en materia renovable.

3. El aval de Caja Rural de Teruel

La compañía pone en valor el esfuerzo de Caja Rural de Teruel. La cooperativa de crédito dio un paso al frente y aportó los casi 10 millones de euros de aval que solicitaba el ministerio para cumplir con la adjudicación, según han confirmado a El Confidencial diversas fuentes cercanas a la operación.

4. Fondos propios

El propio grupo también ha tenido que arriesgar y poner alrededor de otro 10% del proyecto con recursos propios destinados a la parte preliminar, lo que supone una cantidad superior a los 30 millones de euros, tal y como ha podido saber este diario.

5. La clave: la financiación bancaria

Con todo, el grueso de la operación tenía que ser financiación bancaria, lo que obligaba a Forestalia a apalancarse por más de la mitad del total, es decir, una cantidad que ronda los 200 millones de euros. Este apartado, la madre del cordero, estaría a punto de concretarse. Este periódico ha podido saber de fuentes conocedoras de la operación que la compañía tendría muy avanzado un préstamos sindicado en el que participan algunos de los grandes bancos presentes en España. Estas fuentes destacan que Deutsche Bank lideraría la operación como banco agente del sindicado. En el mismo, también estaría presente Banco Santander. Dentro de las negociaciones para la financiación, habrían existido conversaciones avanzadas con BBVA. No obstante, tal y como destaca una fuente que prefiere mantenerse en el anonimato, el banco vasco actualmente no está en el mismo.

Tanto Deustche Bank como Santander y BBVA han rechazado hacer declaraciones sobre esta operación. Los principales implicados en el préstamo sindicado aportarían cantidades que oscilarían entre los 60 y los 90 millones de euros, apunta una fuente familiarizada con el préstamo. Por su parte, Forestalia tampoco ha querido comentar ningún detalle en lo que respecta a la financiación bancaria. En el momento actual, aún se estarían acordando los plazos del vencimiento del préstamo, así como las rentabilidades del mismo.

Los plazos

No obstante, la empresas ya se han aventurado a anunciar que para el otoño de este 2017 se iniciará la construcción de los primeros 90 MW adjudicados, y el resto irá entrando en construcción durante 2018 para que los parques eólicos funcionen ya en 2020, como exige el ministerio. Desde el propio ramo confirman que no hay constancia de que ninguno de los adjudicatarios haya renunciado a la construcción de los proyectos.

Un hito para las renovables

La operación, de confirmarse, sería un hito en lo que respecta al sector eólico, que obtendría respaldo para un proyecto sin subvenciones y que produce a precio de mercado. Empresarios del sector aseguran a este periódico que el gran hándicap con el que se encuentran actualmente es precisamente la financiación. Estos aseguran que las fórmulas de apoyo crediticio para proyectos que producen a precio de mercado y sin ayudas estatales aún están en una fase muy incipiente, ya que señalan la dificultad de que los bancos se arriesguen a cubrir las fluctuaciones del mercado eléctrico. Máxime cuando los futuros de OMIP, el indicador más fiable que existe en el mercado, apuntan una tendencia a la baja, cercana a los 41 euros/MWH entre 2017 y 2022. Ahora mismo, sostiene, empiezan a estudiarse fórmulas en que bancos y comercializadoras pacten un precio y repartir así el riesgo de volatilidad que existe en un mercado que depende de la cantidad de viento que haya.

No obstante, la banca podría empezar a adentrarse en un sector del que salió escaldada tras la reforma de 2013, cuando se redujo la rentabilidad por la vía legislativa. En el panorama actual de tipos de interés en mínimos históricos, podrían encontrar en proyectos como el de Forestalia la manera de mejorar la rentabilidad de sus recursos. El sector financiero pone sus ojos en la energía renovable de España de nuevo, mientras esta misma semana se produce la quiebra del mayor constructor de reactores nucleares del mundo, solo un día después de que EDP haya vendido Naturgas para recuperar la parte que no controlaba de su filial de renovables.

Forestalia, la compañía que dejó en la cuneta a los grandes del sector eléctrico en la subasta de renovables de enero de 2016, está cerca de atar la financiación para poder poner en pie su proyecto antes de que acabe 2017. La firma aragonesa pujó al límite en el primer paquete de energía limpia que sacaba el Gobierno tras cinco años de moratoria verde. Tan al límite, que muchos pensaron que se pasó de frenada. Obtuvo un paquete de 300 MW de energía eólica, pero sin prima (retribución que paga el Estado por la inversión). A pesar de ello, grandes bancos, entre los que destacan Deutsche Bank o Banco Santander, estarían cerca de cerrar un préstamo sindicado que ronda los 200 millones de euros, lo que desatascaría la situación, tal y como ha podido saber este diario de fuentes cercanas a la operación. En las negociaciones, además, habrían estado implicados otros como BBVA, aunque no hay constancia de que vaya a adherirse al crédito.

Banca Subasta Grupo Forestalia
El redactor recomienda