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Tecnología y espacios abiertos: las oficinas bancarias del futuro ya existen en España
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INICIATIVA DE CAIXABANK

Tecnología y espacios abiertos: las oficinas bancarias del futuro ya existen en España

Las nuevas oficinas bancarias están cambiando de modelo: ahora la tecnología juega un papel vital a la hora de atender al cliente. Te mostramos un ejemplo

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La revolución tecnológica puede tardar más o menos, pero acaba llegando a todos los sectores. Y el bancario no iba a ser una excepción. Los primeros cambios siempre son los más profundos y estratégicos, basados en establecer y reforzar una capa tecnológica que ayude a gestionar mejor cualquier tipo de labor.

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Sin embargo, un cambio de fondo también implica un cambio de forma. Por eso, de manera progresiva, la banca está empezando a abandonar la tradicional disposición de sus oficinas en beneficio de diseños mejor organizados y más orientados al cliente. No se trata de una cuestión meramente estética, sino de que el banco también sea capaz de habilitar un espacio de interacción satisfactoria con el cliente. Y en ese modelo se enmarcan las Oficinas A y Store.

Oficinas A: bienvenidos al futuro de la banca

Las Oficinas A y Store son la nueva iniciativa de CaixaBank a la hora de apostar por sucursales bancarias que vayan un paso más allá. En total, cerca de 100 oficinas abiertas, de horarios más amplios para beneficio del cliente (de 8:30 a 19:00) y con un alto grado de tecnologización.

En este tipo de oficinas abundan los espacios abiertos, donde el cliente puede ser atendido en el lugar que prefiera en función de sus necesidades. Dispone de una zona con mesas y sofás que favorecen un trato más de tú a tú o bien de una zona de atención especializada, con despachos para encuentros más confidenciales.

*Si quieres conocer la oficina por dentro, puedes hacerlo en este 'tour' virtual

La tecnología al servicio del cliente

Incidiendo en esa política de autogestión del servicio, las oficinas cuentan con cajeros de última generación ubicados en la oficina y en los dispositivos con acceso al servicio Línea Abierta; de esta forma, los empleados se centran en la gestión de las operaciones de clientes que requieran asesoramiento personal. En estas oficinas, se pretende dar respuesta a los comportamientos y necesidades de los clientes actuales y de aproximarse al mundo del comercio 'retail', buscando mejorar la experiencia de compra del cliente dentro de la oficina.

CaixaBank aspira con este nuevo modelo de oficina a reforzar el vínculo y la proximidad con sus clientes mediante un nuevo modelo de relación que fomenta la innovación, la transparencia y la proximidad. En este refuerzo, la tecnología tiene un papel fundamental: todos los empleados trabajan en movilidad, ya que cuentan con 'tablets' PC que utilizan en su interacción con los clientes, en cualquier punto de la oficina y fuera de esta, lo cual permite compartir contenidos, aumentando así la proximidad entre ellos.

Además, la firma digital, otra de las tecnologías desarrolladas en esta búsqueda de la transparencia entre cliente y empleado, permite la inmediatez en la contratación, en cualquier momento y lugar.

400 oficinas para un negocio de 120.000 millones

Tres años después de comenzar esta iniciativa, CaixaBank cuenta a fecha de hoy con cerca de 100 oficinas repartidas por toda la geografía española. El objetivo es tener abiertas 400 a finales de este 2017.

Las Oficinas A y Store están situadas en zonas comerciales céntricas de ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Valencia, Palma de Mallorca, Zaragoza, Bilbao, Pamplona, Burgos y Santiago de Compostela, entre otras.

La inversión y la apuesta son importantes, pero no es para menos: según los datos de CaixaBank, el volumen de negocio que gestionará cada una de estas oficinas estará en torno a los 300 millones de euros y 8.000 clientes.

Una iniciativa, en definitiva, por la que la banca ha decidido apostar de manera convencida. Porque si la revolución tecnológica y la digitalización de casi todos los servicios se llevan a cabo por las nuevas necesidades que exigen los ciudadanos, las oficinas y el trato a los usuarios también cambiarán en función de su máximo objetivo: los clientes.

La revolución tecnológica puede tardar más o menos, pero acaba llegando a todos los sectores. Y el bancario no iba a ser una excepción. Los primeros cambios siempre son los más profundos y estratégicos, basados en establecer y reforzar una capa tecnológica que ayude a gestionar mejor cualquier tipo de labor.

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