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El BCE vigilará con lupa el modo en que la banca gestione sus créditos fallidos
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A finales de marzo se habrá establecido una nueva normativa

El BCE vigilará con lupa el modo en que la banca gestione sus créditos fallidos

En la práctica, esto supondrá que los bancos deberán reportar a Frankfurt sus estrategias y previsiones respecto a sus activos problemáticos, lo que reducirá su margen

Foto: El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en su última visita a España. (EFE)
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en su última visita a España. (EFE)

El BCE vigilará con lupa el modo en que la banca gestiona sus activos problemáticos, con una nueva normativa que entrará en vigor a partir del segundo trimestre del año 2017. Para ello, ya se ha hecho llegar a los bancos una guía de cómo deberán comportarse con este tipo de créditos fallidos y el modo en que se acabarán sacando estos activos problemáticos de su balance. Este nuevo marco legal obliga no sólo a todos los bancos españoles sino al conjunto de la banca europea. Este tipo de fallidos incluye préstamos impagados pero también carteras de adjudicados y exposiciones de alto riesgo.

En la práctica, esto supondrá que los bancos deberán reportar a Frankfurt sus estrategias y previsiones, con lo que el organismo que preside Mario Draghi podrá obligar a los bancos a rectificar sus planes de actuación, cuestionará la credibilidad de los mismos, influirá en las fórmulas de gestión e incluso podría indicar aquellos casos en los que la mejor alternativa sea una fusión bancaria, para aquellas entidades con un alto volumen de créditos fallidos o a punto de entrar en mora. A partir de 2017, por tanto, a la banca le va a tocar gestionar sus carteras de fallidos con el aliento del BCE pegado al cogote.

El BCE comienza su guía haciendo un llamamiento a la banca a reducir su cartera de créditos fallidos, tanto desde la óptica de gestión como desde una perspectiva macroprudencial. También se apunta a que la guía ha de servir a los bancos para saber lo que pueden esperar a partir del 1 de abril del próximo año.

La guía del BCE no es vinculante, lo cual deja cierto margen para los directivos bancarios, pero “las desviaciones deben ser explicadas”. Es decir, tutela detallada de los pasos que las entidades financieras vayan dando para evacuar esos préstamos y activos poco solventes. En todo caso, el BCE advierte en que sus recomendaciones que éstas no son vinculantes pero que “en caso de incumplimiento de sus principios pueden desencadenarse medidas de supervisión”.

Bancos estrechamente vigilados

A partir de ahora, los bancos van a estar estrechamente vigilados. De manera periódica deberán reportar al BCE las perspectivas de estas carteras, las opciones estratégicas que se manejan y el impacto en el capital, entre otras opciones. También deberán trasladar a la máxima autoridad monetaria los objetivos a tres años sobre cómo se van a reducir la morosidad y también los planes a un año en el mismo sentido.

Cada año los bancos deberán tener una estrategia de gestión de fallidos y un plan operativo al respecto. Pero como la misma será enviada al BCE, éste podrá pronunciarse al respecto y las sugerencias de Draghi son órdenes para los bancos. Entre los aspectos de nueva supervisión se pide crear departamentos independientes con el objetivo de “eliminar potenciales conflictos de intereses con la concesión de préstamos”.

Segmentación de carteras

Entre las nuevas obligaciones de los bancos que aparecen en la guía se incluye la segmentación detallada de créditos vencidos. También cómo se van a gestionar los mismos, los niveles de quita que puedan llegarse a aplicar en los dos años siguientes, entre otras amplias obligaciones.

La guía recomienda políticas prudentes en la gestión de fallidos. Entre ellas, “definir criterios para exposiciones que requieran una evaluación individual de las provisiones”, “un enfoque conservador para la estimación de flujos de efectivo futuros y colaterales” y “evitar el arbitraje y la discrecionalidad indebida en el enfoque de métodos y parámetros”. Por tanto, aunque en teoría no sea así, en la práctica el margen de gestión de la banca en esta área de actividad se estrecha.

Tasadores externos, evitar conflictos de intereses y seguir criterios de máxima prudencia en las valoraciones marcan la nueva doctrina para fallidos

Por último, se pide a los bancos que apliquen sobre sus carteras de fallidos valoraciones de tasadores externos y que las valoraciones de las carteras se hagan en función del valor de mercado, no sobre el coste descontada la provisión. El BCE insta a la banca a “llevar a cabo una política de ventas activa para las propiedades terminadas”, es decir, desprenderse de los activos recibidos como garantía del impago.

Las garantían vinculadas deberán incluirse en una base de datos. Y en aquellos casos en que se haya producido la imposibilidad de vender los activos adjudicados con descuentos de liquidez apropiados, también se debe dejar constancia ante el BCE.

El BCE vigilará con lupa el modo en que la banca gestiona sus activos problemáticos, con una nueva normativa que entrará en vigor a partir del segundo trimestre del año 2017. Para ello, ya se ha hecho llegar a los bancos una guía de cómo deberán comportarse con este tipo de créditos fallidos y el modo en que se acabarán sacando estos activos problemáticos de su balance. Este nuevo marco legal obliga no sólo a todos los bancos españoles sino al conjunto de la banca europea. Este tipo de fallidos incluye préstamos impagados pero también carteras de adjudicados y exposiciones de alto riesgo.

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