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Los dueños de las radiales fichan al 'rescatador' de Abengoa para cerrar un pacto
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los acreedores contratan a Houlihan lokey

Los dueños de las radiales fichan al 'rescatador' de Abengoa para cerrar un pacto

Los mayores acreedores de las autopistas quebradas han contratado a Houlihan Lokey, el rescatador de Abengoa e Isolux, para buscar una solución pactada con Fomento

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Íñigo de la Serna, el nuevo ministro de Fomento, ya sabe con quién se las tiene que ver para buscar una solución al problema de las autopistas de peaje en situación de quiebra. Según han confirmado fuentes financieras, los principales acreedores de estas vías de pago, que suman una deuda aproximada de 3.400 millones de euros, han contratado los servicios de Houlihan Lokey, el banco estadounidense encargado entre otros proyectos de alto riesgo del rescate de Abengoa, del de Codere y del AVE entre Barcelona y París.

Las mismas fuentes indican que Houlihan Lokey ha recibido el mandato de los fondos oportunistas King Street, Taconic y SVP Global, los tres mayores tenedores de deuda de estas nueve autopistas en quiebra y camino de la liquidación. A estas tres firmas se pueden unir en los próximos días las filiales distress de JP Morgan, Deutsche Bank y Goldman Sachs, lo que que supondría que entre las cinco acapararían cerca de la mitad de los 3.400 millones que los operadores de estas carreteras de pago -ACS, Abertis, Globalvia, Sacyr, Ferrovial, Acciona y OHL- reclaman al Gobierno.

A la citada cantidad hay que añadir, según Seopan, la patronal de las constructoras, unos 2.000 millones de euros, importe derivado de la inversión o equity realizada por las compañías concesionarias y los costes de las expropiaciones, todavía pendiente de pago. En total, la cifra que deberá asumir el Gobierno ronda los 5.500 millones, monto que irá contra el déficit del Estado y que comprometerá el cumplimiento de los objetivos impuestos por la Comisión Europea.

Foto: Un coche circula por la autopista de peaje R-3 en Madrid. (Reuters)

Estos fondos, también llamados coloquialmente buitres, han estado comprando la deuda a bancos españoles y extranjeros que, ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo con la anterior ministra de Fomento, Ana Pastor, actual presidenta del Congreso de los Diputados, decidieron vender sus préstamos con fuertes descuentos sobre el valor nominal. Caixabank, Sabadell e Ibercaja traspasaron parte de este riesgo -cerca de 500 millones entre las tres- por apenas un 10% del importe que habían prestado, lo que les supuso pérdidas de 450 millones.

Aunque la media de los descuentos aplicados a este tipo de transacciones, muchas realizadas por la banca extranjera que en su día puso su balance a un negocio que parecía seguro, es del 70%, los fondos oportunistas ya se están frotando las manos porque consideran que el Estado tiene que recomprarles las concesionarias al aplicarse la Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA). Por lo tanto, consideran que van a cobrar el 100% de la deuda, con lo que la plusvalía puede multiplicar por tres la inversión.

Houlihan Lokey es el mayor reestructurador de España, tras liderar los procesos de Abengoa, Isolux, Eroski, Panrico y Martinsa Fadesa, entre otros

El problema para estos fondos es cuándo y cuánto cobrarán de su deuda porque Fomento estima que lo que debe pagar el Estado por estas ocho vías en quiebra ronda más bien los 2.500 millones, menos de la mitad de lo estimado por Seopan. Ante tal disparidad de criterio, lo lógico es que las diferencias acaben en un tribunal, con una sentencia firme que tardará años en concretarse. Por este motivo, Taconic, King Street, SVP Global y el resto de fondos distress quieren alcanzar un acuerdo con el nuevo ministro que sea beneficioso para ambas partes.

Acuerdo más fácil que con la banca

El objetivo es pactar la cuantía de la factura y el momento del pago. Sobre el primer punto, los fondos buitres están dispuestos a tolerar una quita, aunque nunca del 50% como la que pretendía la anterior ministra de Fomento, cuando ofreció a los bancos una solución que incluía un bono a 30 años al 1% de interés. Respecto al segundo, los acreedores aceptarían un pago aplazado, de tal forma que el Gobierno pudiera digerir en las cuentas públicas el agujero que la nacionalización de las autopistas provocará en el déficit del Estado.

Al haber comprado la deuda con descuento, el acuerdo con Taconic, King Street, SVP Global -entre los tres manejan 36.000 millones de dólares en activos- será presuntamente más sencillo que con los acreedores originales, entre los que están Santander, BBVA, Popular, Bankia, Société Générale, Natixis, Deutsche Industrie Bank, ING y Bank of Tokyo-Mitsubishi, ya que la ganancia para los fondos está asegurada.

Pero Houlihan Lokey es un banco peleón. En España, ha llevado casos como los de Panrico (900 millones de deuda), Martinsa-Fadesa (7.000 millones), Codere (1.300 millones), Eroski (2.500 millones), Itevelesa (450 millones) o más recientemente Abengoa (9.000 millones), Isolux (3.000 millones) y TP Ferro, la empresa de ACS y la francesa Eiffage, que tiene la concesión del quebrado AVE entre España y Francia. A nivel mundial, entre las operaciones en las que ha intervenido destacan la bancarrota de Lehman Brothers (691.000 millones de dólares), Washington Mutual (327.900 millones), WorldCom (103.900 millones) y General Motors (91.000 millones).

Íñigo de la Serna, el nuevo ministro de Fomento, ya sabe con quién se las tiene que ver para buscar una solución al problema de las autopistas de peaje en situación de quiebra. Según han confirmado fuentes financieras, los principales acreedores de estas vías de pago, que suman una deuda aproximada de 3.400 millones de euros, han contratado los servicios de Houlihan Lokey, el banco estadounidense encargado entre otros proyectos de alto riesgo del rescate de Abengoa, del de Codere y del AVE entre Barcelona y París.

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