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Abengoa monta un comando de supervisión al estilo alemán para 'blindar' la gestión
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MODELO DUAL DE GOBIERNO CORPORATIVO

Abengoa monta un comando de supervisión al estilo alemán para 'blindar' la gestión

Los acreedores de deuda sénior tendrán derecho a nombrar 'observadores' que asistirán a los consejos de administración de la empresa matriz y de sus principales filiales

Foto: Torre y paneles solares de la planta Solúcar en Sanlúcar la Mayor. (Reuters)
Torre y paneles solares de la planta Solúcar en Sanlúcar la Mayor. (Reuters)

La gran banca, encabezada por el Banco Santander, y los fondos de inversión que se reparten el capital de la nueva Abengoa blindarán la gestión de la compañía con la constitución de lo que, en términos anglosajones, se conoce como un ‘advisory board’. Una especie de comité de supervisión que actuará con carácter consultivo, para apoyar la toma de decisiones del consejo de administración nombrado en la junta general del pasado día 22. Los futuros 'observadores' externos, que serán designados por los acreedores de deuda sénior según estándares habituales en procesos de reestructuración como el del grupo andaluz, no tendrán voto en el consejo, pero podrán asistir directamente a todas las reuniones del máximo órgano de gobierno de la compañía.

La medida trata de reforzar la estructura de gobierno corporativo siguiendo en cierto modo las directrices del modelo dual, que cada vez tiene más predicamento en el mundo anglosajón. El nuevo presidente de la compañía, Gonzalo Urquijo, quiere establecer un marco de colaboración y plena involucración en el proyecto de todos los acreedores. A tal efecto, los nuevos consejeros de representación estarán presentes no solo en Abengoa, sino también en las sociedades tenedoras de las participaciones de los activos de Atlántica Yield y A3T de México, que son las dos entidades que actúan como garantía de la nueva financiación.

La definición de dos escalones de mando y control de las sociedades cotizadas tiene su centro neurálgico de actuación en Alemania, donde el ordenamiento mercantil promueve una clara división de funciones entre los representantes de la propiedad y los responsables de la gestión. La separación de poderes se establece a partir de la creación de un consejo de vigilancia, nombrado a instancias de los accionistas y con participación de los sindicatos, que supervisa las actuaciones del consejo de administración y se reserva estatutariamente capacidad de decisión sobre aquellas materias que afectan a la situación patrimonial de la empresa.

Gonzalo Urquijo emplaza a todos los trabajadores para que se impliquen en la nueva etapa de Abengoa, que, según admite, "no estará exenta de dificultades"

En España, la gobernanza de las sociedades cotizadas tiende a preponderar el modelo monista, que concede al consejo de administración plenos poderes ejecutivos y reduce la única instancia de control a la junta de accionistas, que, por lo general, no tiene ninguna capacidad efectiva de decisión. Las asambleas generales solo sirven para ratificar las propuestas del máximo órgano de gobierno, que suele ser manejado a instancias del presidente en calidad de primer y soberano ejecutivo. El triste ejemplo de Abengoa, con la batalla librada por los antiguos consejeros para retirar los poderes a Felipe Benjumea, deja bien a las claras las consecuencias que puede deparar la excesiva concentración de poder en las llamadas sociedades bursátiles.

Los nuevos dueños de Abengoa, entre los que se incluyen gran parte de inversores institucionales de carácter internacional, están convencidos de que la historia no volverá a repetirse, pero en todo caso quieren aprovechar la experiencia padecida para hacer de la necesidad virtud con un sistema de gobierno corporativo especialmente garantista ante los mercados. Por lo demás, la actual diversificación del capital en distintas entidades financieras, con intereses no siempre coincidentes, impulsa también la adecuación de un marco funcional mucho más exigente que proteja los objetivos globales de la compañía y sirva para recuperar la reputación corporativa ante los distintos públicos objetivos.

Abengoa es un caso claro de estudio para las escuelas de negocios tras año y medio de muy intenso trabajo, con más de un centenar de reuniones del consejo

Los antiguos acreedores reconvertidos en nuevos socios no han querido vincularse directamente con la formación del consejo de administración, de ahí que el grupo de los ‘siete magníficos’ encabezados por Gonzalo Urquijo haya sido designado bajo la condición de independientes. Esta singularidad otorga especial relevancia también al futuro ‘advisory board’ que actuará como enlace real entre la propiedad y los administradores, asumiendo una labor sorda pero de enorme trascendencia que el refranero castellano traduce llanamente en “acercar el ojo del amo para engordar el caballo”.

El futuro consejo de supervisión tendrá una intensa tarea que realizar, cuando menos hasta que Abengoa recupere de manera definitiva el pulso empresarial. El camino no va a ser fácil, y por eso lo primero que ha hecho el nuevo presidente nada más tomar posesión del cargo ha sido enviar una carta de agradecimiento a todos los trabajadores, a quienes solicita también una implicación directa con la futura etapa de la compañía. Previamente, Gonzalo Urquijo trasladó al antiguo consejo de administración su reconocimiento por los servicios prestados durante los últimos y convulsos 18 meses, que a punto han estado de llevarse por delante a la empresa.

A lo largo de este último año y medio, el consejo de Abengoa ha marcado un récord digno del más popular libro Guinness, habiendo convocado casi un centenar de reuniones oficiales de trabajo, más o menos una cada cinco días, incluyendo vacaciones de verano de por medio. Con estos precedentes, la antigua empresa de la familia Benjumea puede servir a buen seguro de inspiración para el típico caso de estudio en cualquier escuela de negocios. De ahí también la importancia de apuntalar el gobierno corporativo, para que las conclusiones académicas deparen, a pesar de todos los pesares, un final que pueda resultar ciertamente edificante.

La gran banca, encabezada por el Banco Santander, y los fondos de inversión que se reparten el capital de la nueva Abengoa blindarán la gestión de la compañía con la constitución de lo que, en términos anglosajones, se conoce como un ‘advisory board’. Una especie de comité de supervisión que actuará con carácter consultivo, para apoyar la toma de decisiones del consejo de administración nombrado en la junta general del pasado día 22. Los futuros 'observadores' externos, que serán designados por los acreedores de deuda sénior según estándares habituales en procesos de reestructuración como el del grupo andaluz, no tendrán voto en el consejo, pero podrán asistir directamente a todas las reuniones del máximo órgano de gobierno de la compañía.

Gobierno Corporativo Felipe Benjumea
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