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Miedo empresarial por la amenaza para el Mobile de otra huelga de metro en Barcelona
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El contrato obliga a la ciudad a que funcione el transporte público

Miedo empresarial por la amenaza para el Mobile de otra huelga de metro en Barcelona

El MWC es un pilar económico para la ciudad, con un negocio de 460 millones, la generación de 13.000 puestos de trabajo y un tercio del negocio anual de Fira de Barcelona

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

En sectores empresariales turísticos y del sector de telecomunicaciones catalanes, hay una profunda inquietud sobre el futuro del Mobile World Congress (MWC) y la amenaza que supone para la feria mundial de la telefonía el conflicto laboral en la TMB, el cual sigue sin resolverse ocho meses después de que acabase la última edición. Como principal imagen de la importancia del MWC, hay que recordar que supone para la ciudad un negocio de 460 millones, genera 13.000 puestos de trabajo y representa un tercio del negocio de Fira de Barcelona. Y todo eso se encuentra en riesgo por otra posible huelga del metro y los autobuses de la primera ciudad de Cataluña.

Entre las condiciones del contrato firmado entre el Ayuntamiento de Barcelona y GSMA, la entidad organizadora del evento, se encuentra “un nivel adecuado del funcionamiento del transporte público”, algo que se incumplió el año pasado, cuando los trabajadores de la empresa pública TMB hicieron huelga de metro y autobuses coincidiendo con los cuatro días del salón.

Portavoces del Ayuntamiento de Barcelona consultados al respecto han asegurado que la relación con GSMA es excelente, y se han remitido a la nota oficial de los organizadores el pasado mes de febrero asegurando que había sido la mejor de las ediciones. Entonces, el consejero delegado de GSMA, John Hoffman, quiso "agradecer a los visitantes, expositores, patrocinadores y socios por ayudarnos a hacer que la edición de 2016 del Mobile World Congress haya sido la mejor y más grande de la historia del evento".

Sin embargo, de puertas adentro, Hoffman montó en cólera por la huelga y sus efectos, y porque la puesta en marcha de la línea 9 del metro, otra de las condiciones del contrato, en la práctica sirvió para muy poco a los más de 100.000 congresistas.

Fuentes del sector de telecomunicaciones aseguran que la relación de los responsables del ayuntamiento con Hoffman es buena, y ponen de ejemplo que la semana pasada el alcalde en funciones, Gerardo Pisarello Ada Colau estaba de viaje en América Latina—, le entregó el premio de Amics de la Rambla.

Conflicto pendiente

A pesar de esto, también se reconoce que el conflicto de TMB está sin resolver y que el que los trabajadores hayan optado por dejar de hacer paros este otoño no quiere decir que las movilizaciones no se reactiven en el peor momento para Colau: cuando se celebre el MWC en 2017.

Fuentes empresariales han advertido de que GSMA podría alegar “incumplimiento de contrato” en caso de otra huelga de metro como la de la pasada edición, lo que supondría que el Mobile no se mantendría hasta 2023 en Barcelona, tal y como se negoció en su día.

Existe el riesgo de que el MWC se marche de Barcelona antes de 2023 a causa de la incapacidad para afrontar la resolución del conflicto en TMB

El MWC no se iría de un año para otro de Barcelona, pero los plazos de duración firmados con la capital catalana se reducirían como consecuencia del conflicto laboral. GSMA podría alegar que la feria está creciendo por encima de las posibilidades de la ciudad y marcharse de Barcelona antes de 2023. Eso daría una oportunidad a París, que, aliada con Orange, lleva años al acecho para quitarle este evento de carácter mundial a la capital catalana.

Estilo Colau

El estilo Colau ante los conflictos es no hacer nada. Y este ha sido el caso del pulso laboral en TMB. Ocho meses después del último MWC, TMB sigue en pie de guerra sindical y no se ha conseguido llegar a ningún acuerdo. El pasado 29 de septiembre, se rompieron las negociaciones sobre el convenio colectivo y desde entonces la situación es de calma tensa. Los hoteleros, la Fira y buena parte del empresariado temen que un segundo MWC con paros sea determinante para matar la gallina de los huevos de oro de la ciudad.

Otros puntos del contrato entre GSMA y el ayuntamiento se han cumplido, como el incremento de las medidas de seguridad o que la mayor parte de las plazas hoteleras se destinen a los congresistas. De hecho, pese a la sobreactuación del equipo de Colau contra el turismo, lo cierto es que se han aprobado 15.000 nuevas plazas hoteleras en la capital catalana, lo que complace a los organizadores del salón. Por tanto, el talón de Aquiles del tinglado es otra posible huelga en TMB que paralice metro y autobuses. Y esa espada de Damocles sigue pesando sobre el congreso de telefonía.

En sectores empresariales turísticos y del sector de telecomunicaciones catalanes, hay una profunda inquietud sobre el futuro del Mobile World Congress (MWC) y la amenaza que supone para la feria mundial de la telefonía el conflicto laboral en la TMB, el cual sigue sin resolverse ocho meses después de que acabase la última edición. Como principal imagen de la importancia del MWC, hay que recordar que supone para la ciudad un negocio de 460 millones, genera 13.000 puestos de trabajo y representa un tercio del negocio de Fira de Barcelona. Y todo eso se encuentra en riesgo por otra posible huelga del metro y los autobuses de la primera ciudad de Cataluña.

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