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El Corte Inglés regulariza los 1.500 millones de pagarés de sus empleados y jubilados
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El Corte Inglés regulariza los 1.500 millones de pagarés de sus empleados y jubilados

El grupo de distribución ha pedido varios informes para regularizar estos instrumentos de financiación contra el dinero de sus trabajadores sin supervisión de la CNMV

Foto: Exterior de uno de los centros comerciales El Corte Inglés.
Exterior de uno de los centros comerciales El Corte Inglés.

Tras arreglar parte de los 5.000 millones de deuda bancaria generada en plena crisis del consumo, El Corte Inglés se ha propuesto ahora dar salida a otro de los problemas financieros históricos. Se trata de qué hacer con los 1.500 millones que la compañía de distribución debe a sus empleados y jubilados, los cuales destinan parte de sus ahorros a financiar el propio grupo a través de pagarés. Una forma heterodoxa de obtener dinero de la propia plantilla que el grupo de grandes almacenes quiere corregir tras el cambio de auditor.

Según han confirmado fuentes de El Corte Inglés, Dimas Gimeno ha pedido un informe a Ernst & Young (EY) —el nuevo supervisor de sus cuentas, en sustitución de Deloitte— y a un despacho internacional de abogados para saber cuál debe ser el tratamiento contable de este atípico instrumento de crédito de la compañía con sus empleados en activo y con los jubilados. La conclusión a la que han llegado el presidente y el consejo de administración tras analizar el estudio es que esta fórmula de financiación no tiene cabida en una institución que ya se ha estrenado en los mercados de capitales con sendas emisiones de bonos y que debe adaptar su contabilidad y su gobierno corporativo a las más estrictas normas internacionales.

Fuentes oficiales de la compañía han confirmado que el grupo ha iniciado un estudio para comprobar si hay vías más eficientes para financiarse, sin que hasta el momento se haya adoptado ninguna decisión. No obstante, sostienen que los pagarés son totalmente legales y que los empleados los suscriben libremente porque confían en la solvencia y el futuro de El Corte Inglés. Además, agregan que otras compañías utilizan este instrumento, si bien en la actualidad ninguna empresa cotizada emite este tipo de producto de crédito contra los ahorros de los trabajadores.

Gimeno quiere resolver este asunto en los próximos meses, antes de que acabe el ejercicio fiscal 2016-2017, que ya va a ser auditado por EY. Para ello, la dirección de El Corte Inglés ha empezado a analizar las fórmula para sacar del balance del grupo estos 1.500 millones de euros en pagarés, con vencimiento a los 12 meses y que suelen ser renovados anualmente con el consentimiento del tomador. La compañía baraja externalizar este instrumento financiero, para que esté fuera de la órbita de El Corte Inglés, o cambiarlo por deuda puramente bancaria o procedente de inversores institucionales a través de emisiones de bonos.

Pese a ser un instrumento de ahorro y financiación, estos pagarés de El Corte Inglés no están supervisados por ningún organismo como la CNMV

El cambio no es fácil, porque el grupo de distribución paga un interés mucho más alto por captar dinero en los mercados de capitales —su última emisión de bonos la hizo al 3,875%— en comparación con el 1,5% con el que actualmente retribuye a los trabajadores que compran sus pagarés. Este tipo de emisiones, a diferencia de las que hace entre inversores institucionales, son privadas y sin documentos públicos registrados en ningún organismo regulador —CNMV— que supervise la seguridad del producto de ahorro.

Una vía cómoda, pero ya no rentable

Para las más de 100.000 personas de este colectivo, la suscripción de los pagarés ha sido siempre una buena inversión desde el punto de vista financiero, porque la compañía remuneraba con un tipo de interés muy superior al de mercado. De hecho, El Corte Inglés llegó a retribuirles con cerca del 4%, cuando el precio oficial del dinero estaba en el 2%. Actualmente, este tipo de vehículo de financiación camuflado de ahorro renta algo más del 1,5%, un rendimiento que más que duplica lo que los bancos ofrecen por cualquiera de sus mejores depósitos.

Por su parte, para la compañía de distribución, utilizar pagarés con el fin de financiarse era un camino fácil para obtener dinero fresco cuando la empresa no tenía estrecheces. Pero más aún cuando el sistema financiero se cerró y la banca advirtió de sus dificultades para hacer frente a la abultada deuda. De hecho, entre 2008 y 2014, El Corte Inglés pasó de tener apenas 800 millones en pagarés con empleados a 2.050 millones, lo que demuestra que explotó esta vía para al mismo tiempo repagar a las entidades financieras, a las que debía cerca de 5.000 millones.

Pero tras la reestructuración de la deuda bancaria y las emisiones de bonos, El Corte Inglés ha concluido que abonar esas retribuciones es caro y poco eficiente. De hecho, con las dos colocaciones de valores de renta fija por 1.200 millones en la bolsa de Dublín, ha reducido el volumen de sus pagarés a los 1.500 millones actuales.

Tras arreglar parte de los 5.000 millones de deuda bancaria generada en plena crisis del consumo, El Corte Inglés se ha propuesto ahora dar salida a otro de los problemas financieros históricos. Se trata de qué hacer con los 1.500 millones que la compañía de distribución debe a sus empleados y jubilados, los cuales destinan parte de sus ahorros a financiar el propio grupo a través de pagarés. Una forma heterodoxa de obtener dinero de la propia plantilla que el grupo de grandes almacenes quiere corregir tras el cambio de auditor.

Tipos de interés Dimas Gimeno Ernst & Young CNMV
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