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Los primeros espadas del Ibex bajan la persiana del Consejo de la Competitividad
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EL CÉLEBRE 'LOBBY' ECHARÁ EL CIERRE EN FEBRERO

Los primeros espadas del Ibex bajan la persiana del Consejo de la Competitividad

El final del mandato de César Alierta como presidente del Consejo Empresarial de la Competitividad en febrero de 2017 supondrá también el cierre del célebre 'lobby' del Ibex

Foto: El presidente del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), César Alierta. (EFE)
El presidente del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), César Alierta. (EFE)

Se acabó lo que se daba. César Alierta e Isidre Fainé, principales impulsores del Consejo Empresarial de la Competitividad (CEC) junto al fallecido Emilio Botín, han decidido que el también llamado y casi más conocido como ‘lobby del Ibex’ eche el cierre de manera definitiva en los próximos meses. Según fuentes del propio grupo corporativo, la liquidación por cese del negocio tendrá lugar en febrero, una vez que termine el mandato del hasta hace unos meses presidente de Telefónica. La única duda es si no sería conveniente incluso formalizar la extinción del cónclave con una ‘última cena de despedida’ aprovechando las próximas fiestas navideñas y una vez formado, como se espera, el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy.

La buena reputación es aquello que se pierde detrás de una mala imagen, y el CEC llevaba un tiempo luchando contra una crisis de identidad derivada de su propia configuración, en un momento de recesión económica y enorme crispación social. La irrupción del populismo en España situó al 'lobby' de las principales sociedades cotizadas en el ojo del huracán con que las fuerzas políticas emergentes han edificado sus campañas de agitación y propaganda, tanto en la calle como en el Parlamento.

El certificado de defunción del CEC se emitirá con la designación de su actual director ejecutivo, Fernando Casado, como consejero de alguna filial de Telefónica en el mercado internacional. La marcha del ejecutivo nombrado por Alierta para llevar la tarea del día a día supondrá el punto y final de un colectivo que lleva más de un año en fase de letargo invernal. De hecho, Casado ha desconvocado una por una las reuniones que estaban programadas en las agendas de los distintos componentes, un total de 17 hombres y una mujer (Ana Botín), que forman parte del viejo ‘star system’ empresarial.

El ‘penúltimo’ de estos cónclaves estaba fijado para este miércoles pasado ,y al igual que el previsto para mediados de septiembre fue cancelado a instancias del todavía presidente del CEC. César Alierta tiene ahora otros empeños a partir de su labor social dentro de la denominada Fundación ProFuturo, proyecto integrado en la Fundación Telefónica, y que tiene por objeto promocionar la educación digital como base para el desarrollo económico de las regiones más desfavorecidas del mundo. Las buenas relaciones de Alierta con el papa Francisco han motivado esta nueva línea de actuación.

El director ejecutivo del CEC, Fernando Casado, será nombrado consejero de alguna de las filiales que tiene Telefónica en el mercado internacional

Desde un punto de vista formal, la suspensión del encuentro tiene su excusa perfecta en el actual clima de incertidumbre política que desde hace un año se vive en nuestro país. De hecho, el CEC empezó a mostrar su insolvencia y a dejar de reunirse dos días después de las fallidas elecciones del 20-D. El debate intenso que ahora se está produciendo para la inminente formación de un Gobierno estable hace si cabe más inconveniente cualquier manifestación de cuello blanco, pero lo cierto es que una vez constituido el nuevo Ejecutivo, lo que parece contraproducente es la existencia de un órgano de representación empresarial claramente orientado a un misión de 'lobby' e influencia sobre las principales instituciones del Estado.

El CEC fue bonito mientras duró o, cuando menos, durante sus primeros compases de funcionamiento, cuando Zapatero se agarró al clavo ardiendo de los grandes empresarios en aquellos célebres agasajos multitudinarios que se celebraban en el Palacio de la Moncloa. Después, con la llegada de Rajoy al poder, el CEC vivió de la inercia y amparado en una especie de respeto mutuo reverencial, que dio pasó a un distanciamiento paulatino cada vez que alguno de los más conspicuos dirigentes del Consejo trataba de decirle al jefe de Gobierno y a sus colaboradores cómo tenía que dirigir la política económica en la España de la crisis y la recesión.

El 'lobby' del Ibex ayudó al Gobierno a poner en valor los logros de la recuperación económica, pero la crispación social le ha dejado ahora herido de muerte

La mejor y más efectiva aportación del 'lobby del Ibex' fue reemplazar, 'de facto', a la CEOE como abanderado de las grandes empresas cuando la patronal estaba de capa caída hace cinco años. La salida forzada de Gerardo Díaz Ferrán abrió una herida en el equipo de Juan Rosell, quien tardó lo suyo en encontrar el pulso de una organización otrora santo y seña del movimiento empresarial en España. El CEC nació justo cuando la CEOE estaba pasando su peor racha, con un nuevo presidente al que muchos empresarios consideraban un 'parvenu' tan solo interesado con escalar la cima del propio índice bursátil como presidente de alguna sociedad cotizada de postín.

Los tiempos han cambiado y la necesidad de afrontar un nuevo marco de relaciones laborales tras la crisis ha revalidado la marca de los denostados agentes sociales. La CEOE y los sindicatos empiezan a salir del agujero, como elementos necesarios para recuperar la estabilidad del sistema económico. Pero todo ello sin incidir en privilegios de clase que puedan inflamar los ánimos de aquellos que apuestan por un estallido social para derribar cuanto antes a un Gobierno débil y ocasional. En este contexto, el CEC lleva tiempo herido de muerte, porque si algo sobra aquí y ahora, son chivos expiatorios con los que saciar los delirios de esa pulsión social que existe en la España actual por los autos de fe.

Se acabó lo que se daba. César Alierta e Isidre Fainé, principales impulsores del Consejo Empresarial de la Competitividad (CEC) junto al fallecido Emilio Botín, han decidido que el también llamado y casi más conocido como ‘lobby del Ibex’ eche el cierre de manera definitiva en los próximos meses. Según fuentes del propio grupo corporativo, la liquidación por cese del negocio tendrá lugar en febrero, una vez que termine el mandato del hasta hace unos meses presidente de Telefónica. La única duda es si no sería conveniente incluso formalizar la extinción del cónclave con una ‘última cena de despedida’ aprovechando las próximas fiestas navideñas y una vez formado, como se espera, el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy.

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