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Guindos se negó a renovar a Elvira Rodríguez en la CNMV tras el caso Soria
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UN HOMBRE DE CONFIANZA DEL MINISTRO PRESIDIRÁ LA INSTITUCIÓN

Guindos se negó a renovar a Elvira Rodríguez en la CNMV tras el caso Soria

Luis de Guindos nunca avaló la designación de Elvira Rodríguez, que llegó a la CNMV hace cuatro años por decisión directa y personal del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy

Foto: Luis de Guindos y Elvira Rodríguez, en una imagen de archivo. (EFE)
Luis de Guindos y Elvira Rodríguez, en una imagen de archivo. (EFE)

Entre todas la mataron y ella sola se murió. La CNMV entrará en estado vegetativo a partir de mañana mismo, cuando Elvira Rodríguez y Lourdes Centeno dejen vacíos sus respectivos sillones en la presidencia y vicepresidencia del organismo encargado de velar por el buen funcionamiento, ahí es nada, de los mercados de valores. El Gobierno no se ha atrevido a forzar la máquina legislativa para cubrir una laguna inaudita en la Ley del Mercado de Valores, que impide a un ministro en funciones relevar a los altos cargos del organismo regulador y le permite incluso no renovarlos siquiera con carácter interino en sus respectivos puestos de responsabilidad.

La versión oficial garantiza la escrupulosidad y el más riguroso respeto a la legislación vigente en un momento excepcional de la vida política en España que, por otra parte, demuestra la subordinación de la Comisión de Valores al Gobierno de turno. La supuesta independencia del organismo regulador como entidad sometida al control del Parlamento queda claramente en entredicho, porque si bien el poder ejecutivo se mantiene inestable y prendido con alfileres, no se puede decir lo mismo del poder legislativo, constituido con plena eficacia tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado.

A partir de esta consideración, pueden entenderse con mayor fundamento las motivaciones internas, incluido el factor humano, que obligan ahora a conectar la respiración asistida a la CNMV durante los próximos meses, hasta que exista un Gobierno en condiciones de nombrar un nuevo grupo de leales comisionados a su entero servicio. Quizá la experiencia sirva para adecentar el local y garantizar los cambios legales necesarios que impidan una repetición del bochorno que la situación actual genera ante los inversores y mercados internacionales. Es en estos casos donde se demuestran de modo fehaciente las consecuencias nefastas de una España desgobernada a punto de cumplir su primer año de vida.

El PSOE y C's se oponían a la renovación para otro mandato de cuatro años, pero aceptaban una prórroga de carácter provisional para los próximos tres meses

La presidenta saliente de la Comisión de Valores alertó de la que se venía encima antes del verano. Por desgracia para ella y su vicepresidenta, el grito de socorro fue mal entendido por unos, como si se tratara de un reclamo personal, en tanto que otros desoyeron la profecía con la convicción de que Elvira Rodríguez había sido atacada por un repentino síndrome de Casandra. La realidad ha superado los peores temores, porque la imposibilidad de Mariano Rajoy para sacar adelante su investidura este verano ha situado a la CNMV a la intemperie del Ministerio de Economía y de su titular, Luis de Guindos, con todo lo que ello entrañaba para el destino profesional de la antigua ministra de Medio Ambiente con Aznar.

El máximo representante de la política económica nunca observó con agrado la designación de Elvira Rodríguez hace ahora cuatro años. Guindos se resistió en aquel entonces a facilitar un nombramiento que solo pudo llevarse a cabo gracias a la intercesión directa y personal de Mariano Rajoy como máximo responsable no ya del Gobierno, sino también de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos. Fue en el marco de este último organismo colegiado donde el presidente decidió tomar cartas en el asunto de la CNMV para romper una lanza en favor de su nominada, sin dejar resquicios a la mejor opinión que pudiera albergar el tutor ministerial del organismo supervisor de la bolsa.

placeholder El exministro de Industria José Manuel Soria. (EFE)
El exministro de Industria José Manuel Soria. (EFE)

Rajoy, ocupado en otros menesteres y con los poderes claramente recortados por la propia ley que regula al Gobierno en funciones, no ha podido ahora echar el capote que necesitaba Elvira Rodríguez, aunque solo fuera para prorrogar su cargo presidencial con un mero carácter transitorio. La extensión temporal del contrato exigía una normativa con rango de ley que requería el acuerdo previo con el PSOE y Ciudadanos, por lo que el ministro de Economía ha encontrado en sus rivales parlamentarios el argumento perfecto que no pudo esgrimir en septiembre de 2012 y que justifica la teórica incapacidad para liderar el organismo regulador a un dirigente con un claro pasado político.

Tanto en medios socialistas como en círculos cercanos a Albert Rivera, ha existido una evidente oposición a Elvira Rodríguez por su condición de antiguo alto cargo y diputada del Partido Popular. No obstante, uno y otro grupo parlamentario han asegurado que su rechazo estaba orientado a la renovación del mandato por otros cuatro años y no tanto a la posibilidad de asegurar una solución de emergencia que garantizase la funcionalidad de la CNMV durante los próximos meses. En definitiva, ni el PSOE, en medio de su crisis de identidad, ni C's, como aliado ocasional para la gobernabilidad del país, hubieran echado por tierra en el Congreso la convalidación de un decreto-ley que permitiese la continuidad provisional de las dos jefas de la CNMV.

El ministro de Economía ha preferido pecar de prudente para no provocar otro caso Soria que proporcionase carnaza política a los principales grupos de la oposición. Después de salir airoso de su comparecencia parlamentaria de mediados de septiembre, Luis de Guindos no tenía ganas ni motivos para tentar la suerte en defensa de una causa ajena y en la que poco le iba y menos le venía. Al final, la renovación de la cúpula directiva de la CNMV ni siquiera ha sido planteada por el Consejo de Ministros, siendo el único asunto excluido de la agenda de pactos económicos que el Gobierno va a someter a escrutinio del Congreso en las próximas semanas.

El decreto de reforma del Impuestos de Sociedades y la adaptación en 2017 del régimen de financiación autonómica constituyen dos objetivos prioritarios que requieren la puesta en marcha de nuevos instrumentos legislativos, previo apoyo mayoritario de sus señorías. Cualquiera de ambos mecanismos, quizá más el primero que el segundo, ofrecían una salida favorable para zanjar las urgencias que se han planteado en la Comisión de Valores. Por el momento, la única alternativa pasa por lo que la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, califica como 'solución administrativa' y que consiste en parchear el agujero creado en el organismo supervisor con la esperanza de que los últimos acontecimientos de la alta y depauperada política española permitan constituir un Gobierno más rápido que fuerte y con antelación suficiente para no repetir el esperpento a la vuelta de tres meses.

La CNMV actúa a través de su comisión ejecutiva, que a partir del miércoles perderá todo carácter operativo, al no disponer del quórum suficiente que exige la ley

Ni más ni menos este es el plazo del que va a disponer ahora la CNMV en su travesía por el desierto, hasta que cesen los dos consejeros natos que actúan como comisionados del supervisor por representación de sus respectivos cargos y que ya han anunciado su intención de cambiar de aires antes de fin de año. Dicho de otro modo, tras la salida de Elvira Rodríguez y Lourdes Centeno, el organismo supervisor queda cojo a partir de este jueves en su capacidad operativa, sin quórum para adoptar acuerdos en la comisión ejecutiva y dependiendo de un consejo de administración formado por cuatro comisionados de los que dos se encuentran en pública y reconocida expectativa de salida.

Tales son los casos de la secretaria general del Tesoro, Rosa Sánchez-Yebra, que se marcha en diciembre como vicegobernadora del Banco de Desarrollo del Consejo Europeo, y del subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, que hará lo propio en enero para presidir el Instituto de Estabilidad Financiero dentro de la estructura de mando del Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS). Ambos tendrán la misión de mantener las constantes vitales de un organismo en estado de coma y que desde esta misma semana será dirigido por el consejero más antiguo de la casa. El nuevo presidente en funciones es Juan Manuel Santos-Suárez, antiguo presidente de Avalmadrid, que fue promovido al máximo órgano de gobierno de la CNMV en mayo de 2014 por designio expreso del ministro de Economía. Lo que se dice, en pocas palabras, un hombre de la cuerda de Luis de Guindos.

Entre todas la mataron y ella sola se murió. La CNMV entrará en estado vegetativo a partir de mañana mismo, cuando Elvira Rodríguez y Lourdes Centeno dejen vacíos sus respectivos sillones en la presidencia y vicepresidencia del organismo encargado de velar por el buen funcionamiento, ahí es nada, de los mercados de valores. El Gobierno no se ha atrevido a forzar la máquina legislativa para cubrir una laguna inaudita en la Ley del Mercado de Valores, que impide a un ministro en funciones relevar a los altos cargos del organismo regulador y le permite incluso no renovarlos siquiera con carácter interino en sus respectivos puestos de responsabilidad.

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