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Raúl González, pillado en un pleito millonario de energías renovables
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Raúl González, pillado en un pleito millonario de energías renovables

El exfutbolista del Real Madrid tiene que pagar una importante suma de dinero a unos socios tras llevar a liquidación una empresa en la que puso a su madre de administradora

Foto: El exfutbolista Raúl González, durante los actos de celebración de un título de Liga del Real Madrid. (EFE)
El exfutbolista Raúl González, durante los actos de celebración de un título de Liga del Real Madrid. (EFE)

Raúl González disfruta en Nueva York de su retiro dorado como exfutbolista y embajador de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en Estados Unidos. Pero en España, los problemas se le acumulan en el juzgado. Según documentación oficial, el exjugador del Real Madrid tendrá que pagar al menos siete millones de euros, más unos intereses de casi el 20%, a unos inversores con los que compartió una aventura en las energías renovables que ha acabado en la quiebra.

La empresa de Raúl González que ha terminado en causa de disolución es Europa Scar Sport, una compañía que en 2014 reconoció tener una deuda superior al valor de sus activos. Ante ese desequilibrio económico, a mediados de ese año, el deportista decidió dejar caer esta sociedad creada a mediados de los años noventa, cuando aún era la estrella del Real Madrid. En los años de éxitos futbolísticos, esta empresa llegó a tener unos fondos propios de 25 millones y un balance de 49 millones ganados en el terreno de juego.

Meses antes de proceder a la liquidación, el '7' del club blanco renunció a su cargo de administrador solidario y nombró a su madre, María Luisa Blanco, como única responsable. Su progenitora, ama de casa de profesión y sin especial conocimiento de asuntos financieros, fue designada posteriormente (octubre de 2014) por su hijo como liquidadora de Europa Scar Sport, con el aparente fin de que, en caso de reclamaciones de los acreedores, la responsabilidad no recayera sobre el futbolista. En ese momento, el jugador que más ha vestido la camiseta del Real Madrid estaba dejando el Al-Sadd Sport Club de Qatar para fichar por el Cosmos de Nueva York, donde ha acabado su excelsa carrera deportiva.

El exfutbolista del Real Madrid dimitió como administrador en favor de su progenitora meses antes de declarar la sociedad en concurso de acreedores

El problema para Raúl es que los socios con los que compartía inversión en energías renovables le han reclamado vía judicial una supuesta deuda que llevó a Europa Scar Sport a la quiebra y que ahora amenaza con hacerle un roto a su bolsillo. Se trata de la familia Naranjo, cinco hermanos que se reparten la sociedad Aurantia 2003. Según documentación oficial, esta empresa, antes llamada Sufi y relacionada con la trama Gürtel de financiación ilegal al Partido Popular, demandó a Europa Scar Sport en marzo de 2012. Le reclamaba una deuda de 6,9 millones de euros, más el pago de unos intereses al 19,52%, que Aurantia debía a Credit Suisse.

Aunque Raúl González presentó un recurso, el Juzgado de Primera Instancia número 84 de Madrid dio la razón a Aurantia 2003, si bien dejó claro que “la responsabilidad de ESS sería siempre subsidiaria, pues quien primero debe responder es Cadmos”, según expone la propia empresa de Raúl González y su madre en su última memoria anual disponible al público.

Su madre fue nombrada posteriormente liquidadora, con el aparente fin de que, en caso de reclamaciones, la responsabilidad no recayera sobre el futbolista

¿Pero qué era Cadmos Energías Renovables, su nombre completo? Otra empresa compartida por el exjugador del Real Madrid —tenía casi el 20%— con la familia Naranjo, dedicada a la fabricación de paneles solares, que también entró en concurso de acreedores y posteriormente en liquidación. Pero no era una compañía cualquiera, sino una sociedad que llegó a tener como consejera a Mónica Ridruejo, una experta financiera a la que José María Aznar nombró directora general de Radio Televisión Española. Más tarde, fue diputada en el Parlamento Europeo y consejera de empresas como Vodafone Spain.

Subvenciones de la Junta de Andalucía

A su vez, Cadmos Energías Renovables era el mayor accionista de Gadir Solar, otra empresa de la familia Naranjo que asimismo entró en situación concursal pese a haber recibido suculentas subvenciones —se calcula que unos 28 millones de euros— de la Junta Andalucía, dentro del plan de reindustralización de la bahía de Cádiz. Sus 186 trabajadores de la fábrica de Puerto Real fueron despedidos, lo que provocó una gran polémica en la zona.

Raúl y su progenitora presentaron un recurso de apelación para tratar de anular una cláusula del pacto de socios que les evitara hacerse responsables de la deuda. Pero la Audiencia Provincial de Madrid desestimó esta petición a principios de 2015. En esos meses, vencía el préstamo que Credit Suisse había concedido a la familia Naranjo a través de Aurantia 2003, la cual no podía hacerle frente. Al reclamársela el banco suizo, al que persiguió el juez Ruz en busca de la fortuna de estos empresarios, los Naranjo se la requirieron al exfutbolista.

La última memoria anual de Europa Scar Sport asegura que ”si la sociedad finalmente tuviera que hacer frente al pago del 100% del importe reclamado, el efecto patrimonial de este hecho supondría aumentar el patrimonio neto negativo del balance, que, según las cifras existentes a 31 de diciembre de 2014, pasaría de -2.797.039,71 euros a -9.971.400,79 euros, aumentando el total del pasivo en el mismo importe”.

El Confidencial ha realizado numerosos intentos para ponerse en contacto con Raúl González Blanco y sus representantes con el fin de conocer su versión de los hechos. Sin embargo, estos han declinado hacer ninguna valoración. Los representantes de la familia Naranjo tampoco han querido hacer comentario alguno sobre esta información.

Raúl González disfruta en Nueva York de su retiro dorado como exfutbolista y embajador de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en Estados Unidos. Pero en España, los problemas se le acumulan en el juzgado. Según documentación oficial, el exjugador del Real Madrid tendrá que pagar al menos siete millones de euros, más unos intereses de casi el 20%, a unos inversores con los que compartió una aventura en las energías renovables que ha acabado en la quiebra.

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