Ferrovial pierde la gran concesión gasista de Latinoamérica por 4.400 millones

Ferrovial se ha quedado con la miel en los labios. La constructora propiedad de la familia Del Pino ha perdido la puja por adquirir el 55% del Gasoducto Sur Peruano (GSP), el mayor proyecto actual de infraestructuras en Latinoamérica. La brasileña Odebrecht Latinvest, propietaria de esta participación, se ha decantado por la oferta conjunta presentada por la estadounidense Sempra y la argentina Techint, según indican fuentes próximas a las negociaciones en las que estaban implicados bancos como BBVA y el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Aunque oficialmente todavía no se ha hecho pública la decisión de Odebrecht, que ha tenido que abandonar la construcción de este gasoducto por sus problemas financieros derivados de varios casos de corrupción, fuentes próximas a Ferrovial dan por hecho la pérdida de la operación, que hubiera supuesto la mayor inversión de los Del Pino en Latinoamérica. Según estas fuentes, el hecho de que Enagás ya tuviera el 25% del capital de GSP no ha jugado a favor de la constructora madrileña, ya que el Gobierno de Perú prefería que esta ingente obra no dependiese en gran medida de la salud financiera de empresas de un mismo país.

Para Ferrovial, se trataba de una operación estratégica, porque el gasoducto es una concesión a 30 años vista con un presupuesto de 5.000 millones

El proyecto del Gasoducto Sur Peruano consiste en la construcción de una infraestructura energética desde la reserva de Camisea en el Cusco (sureste) hacia la costa del Pacífico, en un trayecto de 1.134 kilómetros. Se esperaba que entrase en funcionamiento en la primavera de 2019, pero las obras van con retraso por el escándalo de Odebrecht -su presidente fue condenado a 19 años de cárcel- y la paralización de la concesión del crédito de 4.200 millones de dólares por parte de 20 bancos internacionales. Entre ellos, destacan BBVA, Sumitomo Mitsui Banking, Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ, Mizuho Bank, Crédit Agricole, Natixis,Société Générale, el Instituto de Crédito Oficial, Bank of Nova Scotia, Citigroup, Intesa Sanpaolo, DNB ASA e ICBC Standard Bank.

Para Ferrovial, se trataba de una operación estratégica, porque el Gasoducto Sur Peruano es una concesión a 30 años vista con un presupuesto de 5.000 millones de dólares, de los que 4.300 deben de provenir a través de bancos o de emisiones de bonos. Las entidades bancarias que el pasado año otorgaron un adelanto de 600 millones de dólares se habían negado a prestar más dinero mientras Odebrecht siga en el capital, por lo que urgieron al Gobierno de Lima a buscar una solución y cambiar al accionista principal.

La constructora propiedad de la familia Del Pino ha perdido la puja por adquirir el 55% del GSP, el mayor proyecto actual de infraestructuras en Latinoamérica

El contrato, que ya tenía la financiación asegurada, despertó el interés de Ferrovial, pero también el de la australiana Macquarie y el fondo canadiense Brookfield. Finalmente, a falta de confirmación oficial y de los ajustes legales de última hora, ha sido el consorcio formado por Sempra y Techint el que se ha impuesto en la subasta. Ambas compañías ya habían pujado en 2014 cuando se lanzó la licitación, pero perdieron ante el músculo del gigante brasileño, el mayor constructor de Latinoamérica hasta su caída a los infiernos por corrupción.

A la espera del anuncio público, en Ferrovial cunde el desánimo, porque hasta el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, dio por hecho a finales de la semana pasada que “entre el jueves o viernes, Odebrecht se puso de acuerdo con el comprador, Sempra, en Nueva York”. La construcción del gasoducto tiene un avance de obra de un 35% y se prevé que entre en funcionamiento en 2019.