Electrodomésticos Miró despide a toda su plantilla y queda al borde de la desaparición

A la tercera llegó la caída. La cadena de electrodomésticos Miró se dispone a despedir a sus 339 empleados. Así se lo ha hecho saber el director de la cadena, Mateo Buzzi, a los trabajadores a través de una carta a la que ha tenido acceso 'Economía Digital'. La manera de proceder será a través de un ERE del que solo se podrán salvar aquellos empleados que estén trabajando en tiendas que sean vendidas a terceras empresas.

A partir del 8 de septiembre, la dirección de la compañía ha citado a los sindicatos para negociar las condiciones de los despidos. Ahora, la empresa espera poder vender la mayor parte de su negocio posible a terceros, para que así el empleo se vea lo menos afectado posible. 'Economía Digital' señala que Miró ha establecido negociaciones con Worten, pero no llegaron a buen puerto.

Como ya informó El Confidencial en mayo, el grupo catalán de distribución de electrodomésticos estuvo a punto de solicitar por tercera vez en cinco años el concurso de acreedores ante sus sangrantes tensiones de tesorería, que llevaron a su principal accionista, el fondo suizo Springwater, a no poner en marcha el plan de inversiones al que se había comprometido cuando sacó al grupo de la liquidación hace más de 18 meses.

El grupo catalán estuvo a punto de solicitar por tercera vez en cinco años el concurso de acreedores ante sus sangrantes tensiones de tesorería

En esos momentos, Miró estaba inmerso en un ERE que afectaba a un 25% de su plantilla, alrededor de 110 trabajadores, pero la situación ahora afecta a la totalidad de empleados del grupo.

Situación insostenible

Pese a los intentos por reflotar la compañía, con la inyección de dos millones de capital nuevo, en mayo Martin Gruschka, responsable de Springwater, admitió que Miró tenía un grave problema de desabastecimiento. “La compañía ha perdido la confianza de los proveedores, que nos exigen pagarles los productos por adelantado, cuando nuestros competidores los abonan a los 20 días de la compra”, explicaba. Una situación que ha provocado la falta de suministro a las tiendas y, en consecuencia, que los clientes dejen de entrar.

Miró volvió a cerrar con pérdidas en 2015, aunque Springwater prefirió en su día no dar detalles de las cuentas. Solo reconocía que en los últimos tres años había registrado números rojos de 300 millones de euros, una situación muy difícil de corregir. El fondo suizo, que también ha pedido el preconcurso de acreedores para Unipapel, admitió en mayo a El Confidencial que la cadena de electrodomésticos podría llevar el mismo camino, como ahora parece suceder.