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El Corte Inglés cambia de auditor: elige a EY tras alquilarle su edificio estrella
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relevará a deloitte tras 25 años

El Corte Inglés cambia de auditor: elige a EY tras alquilarle su edificio estrella

La junta general de accionistas del próximo domingo 28 someterá a votación el relevo de Deloitte, que en 2012 y 2013 advirtió de un grave error contable en las cuentas del grupo

Foto: Logo de EY en lo alto de Torre Titania.
Logo de EY en lo alto de Torre Titania.

El Corte Inglés celebra el próximo 28 de agosto su tradicional junta general de accionistas en un momento crucial para la firma. Una de las decisiones que se someterán a aprobación por parte del consejo será el cambio de auditor, propuesta por la que, si no hay cambios de última hora, EY (antigua Ernst & Young) relevará a Deloitte como supervisor de las cuentas de la empresa de grandes almacenes.

Fuentes financieras han confirmado que EY es el elegido por Cristina y Marta Álvarez Güil, las dos mayores accionistas de El Corte Inglés, para revisar los números del 'holding', que en los últimos 25 años había confiado a Deloitte el examen de su contabilidad. La selección de EY, consensuada con Dimas Gimeno, el actual presidente, llegará después de que la firma de consultoría y auditoría sea, desde finales de 2015, inquilina de Torre Titania, el antiguo Edificio Windsor.

Tras alcanzar un acuerdo para alquilar las 11 plantas de oficinas del rascacielos que El Corte Inglés reconstruyó tras ser devorado por las llamas en febrero de 2005, EY ha desplazado allí a 2.000 profesionales. Un espacio que anteriormente estuvo ocupado por Arthur Andersen y posteriormente por Deloitte, a una de cuyas empleadas se le atribuye la responsabilidad del misterioso incendio sobre cuyas causas se corrió un tupido velo.

La cercana relación entre EY y El Corte Inglés quedó plasmada simbólicamente cuando la sociedad de auditoría colocó el pasado mes de junio su inmenso logotipo en lo más alto del edificio, coronando la plaza de Azca, la zona financiera más importante de Madrid, que se ha quedado huérfana tras los traslados de BBVA a su nueva sede en Las Tablas, y KPMG y PWC al complejo de las Cuatro Torres del paseo de la Castellana. Un ejercicio de 'marketing' que ahora tendrá continuidad, al convertirse en, además de inquilino, auditor del grupo de distribución.

Perder la cuenta de El Corte Inglés va a suponer un golpe para Deloitte, que en los últimos años había multiplicado sus honorarios como asesor principal de la compañía. En el último ejercicio fiscal cerrado, el 2013-2014, la firma ingresó 1,67 millones por auditar las cuentas del 'holding' y 8,08 millones por otros servicios sin especificar. En el año anterior, cobró 1,78 y 5,56 millones, respectivamente, unas cantidades elevadas si se tiene en cuenta que, en el año 2012, Deloitte percibió 2,32 millones y apenas 1,5 millones por sendas actividades. En el ejercicio 2011, ingresó aún menos:1,88 millones por todo.

En los últimos meses, la firma presidida por Fernando Ruiz ha perdido las cuentas de BBVA, Santander, Bankinter, Repsol y Enagás. Unos contratos que se le han escapado tras la entrada en vigor de la nueva ley de auditoría, que obliga a cambiar de supervisor al menos cada 10 años, y después del escándalo por el caso Bankia, por el que Deloitte y uno de sus principales ejecutivos han sido imputados. El Ministerio de Economía le impuso una multa de 12 millones por “irregularidades continuadas muy graves” por vulnerar su deber de independencia.

La grave salvedad pasada por alto

Desde El Corte Inglés, se explica el cambio de Deloitte por EY porque la sociedad estaba facturando cuatro veces más por asesorías -especialmente fiscales- que por su labor de auditoría, lo que podía llevar a concluir que condicionaba su trabajo como celador de su contabilidad. Además, con esta decisión, el grupo de distribución de los Areces quiere dar un paso más en su adaptación a las normas internacionales más exigentes, pese a que, al no ser una entidad cotizada, no tiene obligación de cambiar de auditor.

En los dos últimos años, Deloitte no había puesto ninguna pega a las cuentas de El Corte Inglés. Pero en el ejercicio 2011-2012, la firma alertó con una salvedad muy grave sobre la salud financiera del 'holding'. La auditora advirtió de que la compañía había hecho una dotación de 722 millones que había apuntado contra reservas en lugar de contra la cuenta de pérdidas y ganancias, como obliga la normativa. Si El Corte Inglés hubiera seguido los criterios de Deloitte, el grupo hubiera entrado en números rojos por primera vez en su historia reciente. Ese año anunció ganancias de 171,5 millones. La llamada de atención fue repetida en el informe anual de 2013, pero Isidoro Álvarez, entonces presidente, hizo caso omiso. Pese a todo, Deloitte firmó las cuentas.

El Corte Inglés celebra el próximo 28 de agosto su tradicional junta general de accionistas en un momento crucial para la firma. Una de las decisiones que se someterán a aprobación por parte del consejo será el cambio de auditor, propuesta por la que, si no hay cambios de última hora, EY (antigua Ernst & Young) relevará a Deloitte como supervisor de las cuentas de la empresa de grandes almacenes.

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