Ada Colau pone a prueba al sector de telecos con el nuevo concurso del Ayuntamiento

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, va a poner a prueba el sector de telecomunicaciones con el nuevo concurso de los servicios de internet y telefonía de la capital catalana. El sector se juega casi 18 millones, pero Colau quiere cambiar las reglas y utilizar la concesión para reducir la presión de las grandes multinacionales sobre las empresas de subcontratas, un conflicto en el que la propia alcaldesa se implicó antes de tomar posesión de su cargo.

Las ofertas se presentaron el martes. Compiten por el concurso Telefónica, Vodafone y Orange, entre otros. Ésta última se quedó fuera en la concesión que se hizo en 2013. Vodafone consiguió los servicios de voz y datos móviles. Telefónica tenía la parte del león: la telefonía fija y los datos. También había paquetes menores: Ono –ahora también Vodafone– tenía el acceso a internet centralizado; y BT la numeración especial.

El nuevo concurso se plantea en términos más cortos que el anterior: dos años con una prórroga de hasta 24 meses. Los 18 millones pueden parecer escasos en términos del sector en España, pero en el paupérrimo sector de las telecomunicaciones de Cataluña suponen un paste de lo más apetecible. La lucha de Orange es por entrar; la de Telefónica, por mantenerse. El problema es que es una administración que se ha mostrado muy hostil a las compañías –contra Telefónica especialmente– pero también contra el sector, escenificado en sus reservas contra el Mobile World Congress. Por tanto, se trata del concurso del morbo.

El concurso se plantea en términos más cortos que el anterior: dos años con prórroga de hasta 24 meses

No se prevé que las plicas se abran hasta principios de septiembre, pese a que las ofertas se han presentado hoy. Es el concurso más grande que va a gestionar el Ayuntamiento barcelonés bajo el control de Barcelona en Comú. Por tanto, para las grandes empresas de toda España también va a servir de termómetro de cómo se maneja la administración de Colau con la gran partida de las grandes empresas.

Ada Colau se marca como objetivo del concurso que los trabajadores de las empresas subcontratadas de las multinacionales de telecos trabajen en mejores condiciones. Pero el concurso es técnico y el reto que se encuentra detrás de todo esto es que, si como se dice en el sector, la idea es repartir más el pastel y dar entrada a empresas más pequeñas, es que con los nuevos ganadores todo siga funcionando como hasta ahora.

La parte del león

El paquete más jugoso para las empresas es voz y datos, el que ahora tiene Telefónica, que supondrá 5,8 millones anules, mientras que móviles representará un negocio de 1,8 millones, según han explicado fuentes conocedoras del concurso. Para estos lotes se espera que la mayoría de las grandes multinacionales hayan presentado oferta. Otros lotes como el de numeración especial –los teléfonos de los bomberos o de la Guardia Urbana, por ejemplo–, son menos relevantes desde el punto de vista económico.

Evidentemente que éste sea el precio de licitación, no quiere decir que el precio de adjudicación vaya a ser idéntico, sino que lo normal en los concursos públicos es que las ofertas sean por un volumen inferior.

Las empresas públicas

Además, que el montante previsto sea de 18 millones también dependerá de varios factores. Por ejemplo, puede ser inferior si se reducen los meses de prórroga previstos. O muy superior, hasta superar los 30 millones, en caso de que las empresas públicas municipales se sumen al concurso. Pero cada empresa pública es autónoma y puede sumarse o a su vez organizar su propio concurso. En este sentido, lo que haga Colau es un misterio, por la falta de tradición de Podemos en este sentido.

El primer teniente de alcaldía, Gerardo Pisarello, apuntó hace unos meses que, por primera vez, la oferta económica no sería lo más importante y que se tendrían en cuenta otros factores, como el anteriormente comentado de las condiciones sociales de los trabajadores de las subcontratas. Barcelona es uno de los pocos ayuntamientos que por lo saneado de sus cuentas puede permitirse esos lujos.