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Abengoa lanza un SOS: reúne de urgencia a los acreedores para evitar el colapso
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ante la dificultad para plasmar el acuerdo

Abengoa lanza un SOS: reúne de urgencia a los acreedores para evitar el colapso

Tras un fin de semana de largas negociaciones, bancos y bonistas han acordado verse las caras el miércoles para decidir si siguen adelanten o desisten del plan de rescate

Foto: Torre de la planta solar de Abengoa en Sanlúcar la Mayor. (Reuters)
Torre de la planta solar de Abengoa en Sanlúcar la Mayor. (Reuters)

Justo un año después de que Abengoa reconociese que era insolvente, al anunciar una ampliación de capital de 1.000 millones que aún no ha podido llevar a cabo, los acreedores se reúnen este miércoles 3 de agosto para decidir si firman el rescate de la compañía andaluza o si, tras doce meses de duras negociaciones, la dejan caer. Según fuentes próximas a las conversaciones, que se han extendido durante todo el fin de semana, es la dificultad de poner por escrito una estructura financiera novedosa que, como adelantó El Confidencial la semana pasada, genera muchas dudas en los fondos que deben aportar el dinero.

La operación, que lleva varios meses de retraso, pende literalmente de un hilo. Tras el acuerdo inicial consensuado a mediados de marzo para evitar la entrada en concurso, Abengoa ha sido incapaz de rubricar con la banca y los bonistas el plan de recapitalización que pasa por una quita del 75% sobre los 10.000 millones de deuda corporativa y la inyección de capital nuevo por hasta 1.200 millones, incluidos los avales. La transacción, presuntamente de manual, ha chocado con la oposición de muchos bonistas que se niegan a aceptar tal dilución y que prefieren que la empresa caiga definitivamente en concurso de acreedores y, en su caso, vaya a liquidación.

El grupo sevillano y los acreedores confiaban en haber por fin puesto en papel el acuerdo, tal y como anunció su actual presidente, Antonio Fornieles, en la junta general de accionistas celebrada el pasado 30 de junio. “A partir del plan de viabilidad revisado y la continuación de las negociaciones, hoy estamos en disposición de anunciar que Abengoa ha alcanzado un principio de acuerdo con el Comité de Coordinación de bancos y un grupo de bonistas e inversores sobre los principales términos de la reestructuración financiera”, señaló el primer ejecutivo en su discurso para tranquilizar a los accionistas y a los trabajadores.

Según reconoció la empresa, dicho acuerdo debía haber materializado durante el mes de julio para habérselo presentado al juzgado de lo Mercantil Número 2 de Sevilla que gestiona el preconcurso de acreedores el pasado 29 de julio como muy tarde. Pero Joaquín Fernández de Piérola, el consejero delegado de Abengoa, admitió el pasado viernes que “las negociaciones no avanzan al ritmo que desearíamos”, motivo por el cual el grupo no ha podido pagar ni las nóminas de julio al carecer de liquidez para atender los gastos más corrientes. Una situación que ha llevado a presentar, justo el día previo a las vacaciones, dos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en Abengoa Solar y Abengoa Solar New Tecnhologies.

Fuentes próximas a las partes confirman que esta semana, probablemente el miércoles, se convocará una reunión de urgencia para decidir si el rescate se puede llevar a cabo o si, por el contrario, se desiste y se condena a Abengoa al concurso definitivo de acreedores. “El dinero está, los costes de la financiación, pactados, pero los abogados de algunos bonistas no tienen claro que la propuesta pueda salir adelante sin numerosas impugnaciones que impidan poner en marcha la solución y sin asumir más responsabilidades contra los que se oponen”, explica uno de los bancos implicado en las conversaciones.

Ultimátum y adelanto de 100 millones

Las partes coinciden en señalar que esta semana es vital puesto que de demorarse aún más la ejecución del acuerdo correría grave riesgo el plazo -finaliza el 31 de octubre- dado por el juez para evitar el concurso. En el supuesto de que finalmente se rubricase el pacto antes del viernes, se iniciaría el periodo de adhesiones al plan de rescate, que al menos tiene que ser refrendado por el 75% de los acreedores. Unos apoyos que no será fácil conseguirlos en agosto, con los inversores de vacaciones, pero que son necesarios para que el juez Pedro Márquez valide el plan.

Esta semana se convocará una reunión de urgencia para decidir si el rescate se puede llevar a cabo o si se condena a Abengoa al concurso de acreedores

Dado que el juzgado de Sevilla estará cerrado por vacaciones, no se espera que Márquez se pronuncie ya hasta principios de septiembre. Condición también indispensable para que posteriormente se convoque en el menor tiempo posible una junta extraordinaria que valide la recapitalización, que supondrá de facto la pérdida del 95% del capital para los actuales accionistas. El último paso sería la inyección de dinero fresco, la cual asciende a 1.200 millones repartidos de la siguiente manera: 475 millones nuevos aportados por bonistas; otros 425 millones para refinanciar créditos a corto plazo concedidos en los últimos meses por 'hedge funds' que no van a participar en la segunda fase del rescate, 50 millones para pago de comisiones y 250 millones en avales a cargo de los bancos.

De alcanzarse un acuerdo esta semana, los fondos Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon Partners (Blackstone), D.E. Shaw, Elliot Management, Oaktree y Värde- adelantarían 100 millones a Abengoa como anticipo de los 900 millones globales para que la empresa pudiera pagar los sueldos de los cerca de 24.000 empleados y a los proveedores más urgentes. Muchos ya se han negado a suministrar mercancías a la empresa, que ya acumula cerca de 1.000 millones en impagos por este concepto. Una situación que torpedea más si cabe el día a día del grupo, que presentará pérdidas millonarias a finales de agosto cuando dé a conocer los resultados del primer semestre. Unos números cuya publicación habitualmente Abengoa hacía siempre en julio y que ha sido retrasada.

Justo un año después de que Abengoa reconociese que era insolvente, al anunciar una ampliación de capital de 1.000 millones que aún no ha podido llevar a cabo, los acreedores se reúnen este miércoles 3 de agosto para decidir si firman el rescate de la compañía andaluza o si, tras doce meses de duras negociaciones, la dejan caer. Según fuentes próximas a las conversaciones, que se han extendido durante todo el fin de semana, es la dificultad de poner por escrito una estructura financiera novedosa que, como adelantó El Confidencial la semana pasada, genera muchas dudas en los fondos que deben aportar el dinero.

Concurso de acreedores Accionistas Antonio Fornieles Joaquín Fernández de Piérola
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