Wanda tiene un problema: cómo vender el Edificio España sin perder 200 millones

El emblemático rascacielos propiedad del grupo chino Wanda no encuentra comprador. Medio mundo (inmobiliario) ha visto ya el cuaderno de venta del Edificio España. El otro medio, ni siquiera ha perdido el tiempo. Hace seis meses, la consultora JLL recibió en el encargo de gestionar la operación, que de manera informal ya estaba en el mercado algún tiempo antes. Y hasta la fecha, los intereses del vendedor y de potenciales compradores no han estado cerca de coincidir en ningún momento.

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Aunque existen ofertas, Wanda sigue atrapado entre el precio que pagó al Banco Santander, nada menos que 265 millones de euros, una cantidad imposible de igualar, y el veto administrativo, tras la llegada de Ahora Madrid al mando del Ayuntamiento, para que se transforme la estructura del rascacielos, aún bajo el compromiso de reconstruir la fachada principal. Estos dos factores, según varios inversores consultados, son escollos casi insalvables para que la operación llegue a cuajarse.

Wanda sigue atrapado entre el precio que pagó al Santander, 265 millones, y el veto administrativo para que se transforme la estructura del rascacielos

El pasado mes de junio, el responsable inmobiliario de Wanda, el francés Laurent Fischler, se desplazó hasta Madrid para supervisar el proceso de venta, pero sobre todo para tratar de desbloquear las relaciones con el Ayuntamiento de Madrid. El gigante chino sabe que está condenado a perder dinero, otra cosa es cuánto. Consciente de que varias de las ofertas no llegan a los 50 millones de euros, el reto de perder menos de 200 millones se antoja complicado. Estas son las claves de la operación:

• Complejidad técnica

El rascacielos es un cascarón vacío. Los trabajos de reforma iniciados por Banco Santander antes de ejecutar su venta a Wanda y los posteriores del grupo chino han condicionado la viabilidad del edificio.

Según un inversor interesado, el Edificio España está en "situación técnica de derribo". Cualquier otra alternativa complica hasta tal extremo la operación que los costes resultarían inasumibles.

• Trabas administrativas

El Ayuntamiento de Madrid se resiste a aceptar las peticiones de Wanda. El proyecto de rehabilitación incluye el derribo de las fachadas, un requisito determinante para ofrecer garantías al posible comprador.

El equipo del concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, insiste en cumplir la protección del Edificio España calificada por la Comisión de Patrimonio. En este punto, por tanto, el bloqueo es máximo.

• Ofertas muy bajas

Aunque existe interés entre los inversores y muchos han estudiado la operación (Hines, Axa, Platinum, Emperador…), la realidad es que tantos condicionantes hacen el proyecto casi inviable.

En este punto, los inversores saben de la posición de debilidad del vendedor. Wanda asume que perderá dinero y ese es el caldo ideal para los compradores oportunistas. A la vuelta del verano se verá.