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Iberia contrata tripulaciones nativas de China y Japón para la conquista de Asia
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TRES VUELOS SEMANALES A TOKIO A PARTIR DE OCTUBRE

Iberia contrata tripulaciones nativas de China y Japón para la conquista de Asia

Iberia ha empezado a contratar tripulantes chinos y japoneses para incorporar a sus flotas de aviones de largo alcance que ya vuelan a Shanghái y en octubre llegarán a Tokio

Foto: Vuelo inaugural a Shanghái. (Iberia)
Vuelo inaugural a Shanghái. (Iberia)

Un mínimo de tres de los 18 tripulantes a bordo de cada vuelo a Shanghái y a Tokio serán de nacionalidad china y japonesa respectivamente, de acuerdo con la estrategia comercial diseñada por el equipo directivo de Iberia que preside Luis Gallego. El plan de internacionalización de la aerolínea española ha despegado con fuerza en esta segunda mitad de 2016 y tiene su primera y más destacada escala en lo que medios oficiales empiezan a denominar ‘la conquista de Asia’, una forma de poner en valor la nueva capacidad de la empresa para competir incluso con su teórica hermana mayor, British Airways.

El consejero delegado de International Airlines Group (IAG), Willie Walsh, ha demostrado que no se casa con nadie a la hora de asignar los papeles que deben interpretar las distintas unidades empresariales de su entidad corporativa. La casa matriz de British Airways e Iberia es consciente de los límites operativos que padece el ‘hub’ ubicado en el aeropuerto londinense de Heathrow. Las autoridades del Reino Unido llevan años debatiendo la necesidad de una tercera pista, que no termina de hacerse realidad, lo que está exasperando la paciencia de IAG sobre las posibilidades reales de expansión que tiene British Airways en sus tradicionales conexiones con el continente asiático.

El Brexit ha añadido un factor decisivo de incertidumbre que los responsables de Iberia, tanto en Londres como en Madrid, quieren aprovechar para poner a prueba la capacidad de la aerolínea española en misiones que hasta ahora parecían exclusivamente reservadas a su contraparte británica. En definitiva, Iberia dispone de una ventaja competitiva para arañar una porción del negocio de Bristish Airways, y no será Wals quien lo impida. La transformación experimentada por la compañía española y la rentabilidad adquirida en sus operaciones durante los dos últimos años constituyen un certificado de garantía para abordar el salto hacia rutas de largo alcance que hace poco tiempo parecían inalcanzables.

Los nuevos aviones A330-200 garantizan unos niveles de eficiencia y unos ahorros de costes que permiten a Iberia recuperar viejas rutas de largo alcance

La inauguración de la conexión directa con Shanghái el pasado 28 de junio no es más que el principio de una serie de estrenos que alcanzarán su momento estelar el próximo mes de octubre con la recuperación del vuelo a Japón, que ya se realizó de forma experimental hace tres décadas. Esta vez, el embarque de Iberia en Asia va en serio y la ruta a Tokio, al igual que la de China, tendrá una frecuencia de tres días a la semana, con la intención de alcanzar lo más pronto posible la masa crítica indispensable que permita optimizar el objetivo básico para toda aerolínea, que no es otro que el vuelo diario.

La determinación de IAG en la apuesta asiática de Iberia se pone de manifiesto en la política de recursos humanos que ha emprendido la aerolínea española. La contratación de 200 nuevos pilotos para compensar la salida de los 244 profesionales que se acogieron al ERE se ha complementado con la incorporación de tripulantes nativos de China y Japón para compartir junto a sus colegas españoles la atención de los nuevos servicios con destino al mercado asiático. El planteamiento de la compañía se vuelca en la denominada orientación al cliente, con procedimientos de gestión adaptados al perfil de una empresa renacida en el mercado global después de haber superado una descomunal crisis de supervivencia.

Tras los peores años de la reestructuración saldada en 2013 con el ajuste de plantilla de 3.141 trabajadores, la empresa abordó después otro expediente de regulación con carácter voluntario que está abierto hasta 2017 y que supondrá una reducción adicional de 1.427 trabajadores. La rotación deslizante de personal continuará con futuros recortes en el colectivo de tierra, hasta asegurar unos niveles de productividad que garanticen la puesta en marcha de nuevas rutas. Además de los vuelos a Shanghái y Tokio, Iberia ha establecido en mayo la conexión con San Juan de Puerto Rico y a principios de agosto hará lo propio con Johannesburgo.

Todos estos destinos forman parte de un ambicioso plan operativo basado en el largo alcance de la nueva flota de Airbus A330-200, cuyos niveles de eficiencia y ahorro de combustible aseguran los umbrales de rentabilidad que exige la plana mayor de IAG para todas sus filiales. Iberia está incorporando estos aparatos dentro de un calendario gradual que culmina a principios de 2018. Al final del programa, la compañía dispondrá de 13 nuevos aviones de largo recorrido que, unidos al reajuste de los costes operativos y de personal, estabilizan el vuelo regular de Iberia como genuina compañía española de bandera.

Un mínimo de tres de los 18 tripulantes a bordo de cada vuelo a Shanghái y a Tokio serán de nacionalidad china y japonesa respectivamente, de acuerdo con la estrategia comercial diseñada por el equipo directivo de Iberia que preside Luis Gallego. El plan de internacionalización de la aerolínea española ha despegado con fuerza en esta segunda mitad de 2016 y tiene su primera y más destacada escala en lo que medios oficiales empiezan a denominar ‘la conquista de Asia’, una forma de poner en valor la nueva capacidad de la empresa para competir incluso con su teórica hermana mayor, British Airways.

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