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Goirigolzarri no motiva a ocho de cada 10 empleados de Bankia con su plan salarial
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según una encuesta interna de clima laboral

Goirigolzarri no motiva a ocho de cada 10 empleados de Bankia con su plan salarial

Una encuesta interna refleja que el 80% de los empleados del banco público no está motivado y que el esfuerzo por conseguir la retribución variable no merece la pena

Foto: El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (c). (Reuters)
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri (c). (Reuters)

José Ignacio Goirigolzarri se ha llevado una sorpresa inesperada. El presidente de Bankia siempre ha asegurado que el verdadero activo del banco nacionalizado eran sus empleados, a los cuales consideraba contentos después de que este año hubieran recuperado algunos de los beneficios salariales que les fueron quitados tras el rescate de la antigua Caja Madrid y Bancaja con 22.000 millones de dinero público. Sin embargo, una reciente encuesta interna pone de manifiesto la desmotivación de los 13.500 trabajadores de la entidad financiera.

Los responsables de Bankia encargaron a finales de 2015 un sondeo para conocer de primera mano el estado de ánimo de los empleados del banco controlado por el Gobierno, una vez que Goirigolzarri autorizó el pago de la retribución variable y las aportaciones a los planes de pensiones de la plantilla, beneficios que habían estado en suspenso durante dos años, entre 2012 y 2014. Pero las conclusiones de este informe de clima laboral han dado unos resultados que han sorprendido a la cúpula del banco.

En primer lugar, porque la encuesta apenas fue completada por cerca de 8.000 de los 13.500 trabajadores de Bankia, es decir, por escasamente el 60% del universo al que iba dirigida. La abstención fue del 40%, muy por encima de la media de, por ejemplo, las últimas elecciones generales (26,7 y 31% en 2015 y 2011). Un dato elevado que, según distintas fuentes, ha demostrado el escaso interés de los empleados por atender a una investigación interna de la entidad.

En segundo lugar, porque los resultados expresan el descontento de la plantilla en relación al salario que reciben y el esfuerzo que les exige la dirección de Bankia para conseguir los resultados comerciales. Así, a la pregunta sobre el nivel de motivación, el 80% respondió de forma negativa, por lo que solo un 20% aseguró estar ilusionado con su trabajo. En cuanto a la cuestión de si merecía la pena el esfuerzo requerido para conseguir la retribución variable, nueve de cada 10 dijeron que no.

Una respuesta que es una continuación de la pregunta sobre si los objetivos comerciales son alcanzables, una consulta que fue rechazada por el 75% de los que completaron la encuesta. En este sentido, el sistema de recompensa para la promoción y el desarrollo profesional puesto en marcha por Goirigolzarri no convence a ocho de cada 10 empleados, lo que, por tanto, redunda en el nivel de motivación.

Para los responsables de Bankia, estas respuestas son comprensibles porque los niveles de retribución fija y variable de la plantilla son muy inferiores a los de otros bancos de la competencia. Una situación derivada de la austeridad salarial impuesta por el Estado tras la nacionalización de las antiguas cajas madrileña y valenciana, como reflejan los 500.000 euros que percibe el propio presidente, muy lejos de los 8,5 millones de Ana Botín (Santander), los 3,7 millones de Francisco González (BBVA) o los 1,1 de Isidre Fainé (CaixaBank). Además, entienden que los empleados vienen de unos años muy duros tras varios ajustes que supusieron el despido de más de 6.500 empleados y la movilidad de cerca de otros 7.000, que fueron trasladados de oficina ante el riesgo por su integridad física y el cierre de sucursales.

Imposible conciliar

Para los sindicatos, esta encuesta refleja que los esfuerzos por fomentar la competencia interna y el individualismo, con abuso de la coyuntura laboral y social, han terminado por arruinar el espíritu de equipo y la colaboración, dos actitudes básicas para el éxito de cualquier proyecto. Una coyuntura que ha llevado a sobrecargas de trabajo para elevar la venta de productos por empleado, que ha tenido consecuencias en la conciliación familiar y personal, un deseo que el 82% de los trabajadores considera imposible.

La conclusión de la encuesta del clima laboral ha sido un jarro de agua fría para Goirigolzarri, que desde que llegó trató de cuidar a la plantilla y explicarle con claridad la coyuntura del banco, en quiebra técnica, rescatado por el Estado y con los clientes en pie de guerra por haber perdido gran parte de sus ahorros con la salida a bolsa y las preferentes. Muchos de los afectados fueron los propios empleados y sus familiares, muchos de los cuales han reclamado judicialmente su dinero a la entidad.

José Ignacio Goirigolzarri se ha llevado una sorpresa inesperada. El presidente de Bankia siempre ha asegurado que el verdadero activo del banco nacionalizado eran sus empleados, a los cuales consideraba contentos después de que este año hubieran recuperado algunos de los beneficios salariales que les fueron quitados tras el rescate de la antigua Caja Madrid y Bancaja con 22.000 millones de dinero público. Sin embargo, una reciente encuesta interna pone de manifiesto la desmotivación de los 13.500 trabajadores de la entidad financiera.

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