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Meliá y Telefónica afrontan más ajustes en Venezuela por el hundimiento del bolívar
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Meliá y Telefónica afrontan más ajustes en Venezuela por el hundimiento del bolívar

El nuevo sistema cambiario introducido por el Gobierno de Nicolás Maduro en marzo ha dado lugar a un desplome del 50% del tipo de referencia para las empresas españolas

Foto: El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. (EFE)
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. (EFE)

Siguiendo con la tradición de los últimos años, Venezuela anunció en febrero una nueva reforma cambiaria que cristalizó, a comienzos de marzo, en el Convenio Cambiario número 35. Dos meses después, el desplome del bolívar está siendo de tales proporciones que su hundimiento supera incluso los tipos de cambio más que prudentes aplicados por varias de las compañías españolas presentes en el país, como es el caso de BBVA o Mapfre, y deja muy atrás los recogidos por otras de esas empresas, como Telefónica o Meliá, que se verán forzadas a hacer más ajustes por esa evolución.

El nuevo marco cambiario establece dos sistemas distintos. Por un lado, el tipo de cambio protegido (Dipro), establecido para los bienes y servicios prioritarios y con un tipo de cambio rígido de 10 bolívares por dólar, con lo que suponía una devaluación del 37% frente a los 6,3 bolívares anteriores. Y por otro, el tipo de cambio de complementario (Dicom), vigente para las restantes transacciones y cuyo tipo de cambio vendría determinado por el mercado. Heredero del Simadi, que era uno de los sistemas cambiarios vigentes en Venezuela hasta este año, el Dicom partió de un cambio de 206 bolívares por dólar.

De 200 a 400, en un par de meses

Para la mayoría de las empresas españolas, el Dicom se convertía desde entonces en su auténtica referencia. Como el Simadi había finalizado 2015 en torno a los 200 bolívares, en apariencia las novedades anunciadas en marzo no traían consigo demasiadas novedades. Pero todo ha cambiado desde entonces. En apenas dos meses, esos 206 bolívares se han convertido ya en 420 bolívares por dólar. Es decir, se ha hundido un 50%. En euros, ha pasado de cerca de 230 bolívares a 477 bolívares por euro.

Esta realidad ya deja atrás incluso los ejercicios más prudentes realizados por las empresas españolas. Aunque a finales de 2015 Simadi estaba en torno a los 200 bolívares por euro, BBVA y Mapfre aplicaron unos cambios mucho más conservadores. La entidad presidida por Francisco González utilizó un cambio de 469 bolívares por euro y la aseguradora, otro de 425,8 bolívares por dólar. En ambos casos, entendieron que estos cambios reflejaban mejor la realidad cambiaria y económica del país, sobre todo para recoger la hiperinflación venezolana -para este año se espera una inflación próxima al 500%-.

Otras compañías no llegaron tan lejos. Telefónica y Meliá se mantuvieron más fieles a los cambios de Simadi e hicieron sus conversiones a cerca de 200 bolívares por dólar, según recogieron en sus informes anuales del pasado ejercicio. Al cierre del primer trimestre de 2016, la operadora ya deslizó esa posición hasta los 273 bolívares por dólar. Además, tras el drástico ajuste realizado a comienzos de 2015, cuando reconoció un impacto de 2.840 millones de euros en el patrimonio de la operadora, Venezuela ha quedado reducida a la mínima expresión en las cuentas de Telefónica, con lo que los ajustes serán ya de mucha menor magnitud que en los últimos años, en que la factura de las sucesivas devaluaciones venezolanas ha superado los 7.500 millones de euros para la teleco española.

En el caso de la cadena hotelera, en su informe anual de 2015 estimaba que "la aplicación de este sistema [Dicom] no tendrá impactos significativos en las cuentas consolidadas". Sin embargo, los acontecimientos están dejando atrás esa impresión y tendrá que realizar ajustes en sus valoraciones, después de que las devaluaciones ya hayan tenido un impacto superior a los 200 millones de euros en los dos últimos ejercicios.

Siguiendo con la tradición de los últimos años, Venezuela anunció en febrero una nueva reforma cambiaria que cristalizó, a comienzos de marzo, en el Convenio Cambiario número 35. Dos meses después, el desplome del bolívar está siendo de tales proporciones que su hundimiento supera incluso los tipos de cambio más que prudentes aplicados por varias de las compañías españolas presentes en el país, como es el caso de BBVA o Mapfre, y deja muy atrás los recogidos por otras de esas empresas, como Telefónica o Meliá, que se verán forzadas a hacer más ajustes por esa evolución.

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