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El Estado y los acreedores de Isolux pierden el 85% del dinero al hundirse a bono basura
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la quita será similar a la de abengoa

El Estado y los acreedores de Isolux pierden el 85% del dinero al hundirse a bono basura

Isolux se ha convertido en otro dolor de cabeza para sus accionistas financieros, la mayoría postizos, y sus acreedores, los cuales van a perder la mayoría

Foto: Sede de Isolux Corsán
Sede de Isolux Corsán

Isolux se ha convertido en otro dolor de cabeza para sus accionistas financieros, la mayoría postizos, y sus acreedores, los cuales van a perder la mayoría del dinero invertido y prestado. Tras la información adelantada por El Confidencial el pasado miércoles sobre el rescate al que será sometido el grupo de infraestructuras, el valor de sus bonos se han hundido un 30% en dos días, hasta cotizar a poco más de 15 céntimos por cada 100 prestados, mientras que los seguros de impago para proteger la inversión se han disparado hasta máximos históricos.

La cotización de las dos emisiones de renta fija emitidas por Isolux en 2014 por 850 millones de euros para financiar su crecimiento cayeron un 20,26 y un 22,96% el pasado miércoles, como reacción a la noticia sobre la solicitud de ayuda a los acreedores lanzada por la compañía. Un desplome que siguió este jueves al dejarse otro 13,53 y 12,41%, respectivamente, debido a la venta masiva por parte de los inversores institucionales. Un derrumbe que ha reducido el valor de estos bonos a apenas 15,87 y 16,12 céntimos.

La reacción de los CDS (credit default swap), o seguros de impago con lo que los inversores se protegen de posiciones de riesgo, fue totalmente inversa. Para cubrir un euro en títulos de Isolux, los brokers de seguros exigían pagar 9.619 euros, tras dispararse un 23 y un 25% el precio de la prima entre el miércoles y el jueves. Actualmente, protegerse de una suspensión de pagos de la compañía presidida por Luis Delso cuesta casi lo mismo que que había que pagar en septiembre del pasado año por protegerse de Abengoa, que finalmente fue expulsada de este mercado de seguros al no haber inversores dispuestos a pagar tales precios.

Isolux ha comenzado las negociaciones con los bancos acreedores y con los bonistas para que acepten un canje de deuda por capital, una operación que va ir acompañada de una quita y de una posterior inyección de capital mediante una ampliación. O lo que es lo mismo, una reestructuración financiera integral, que supondrá una dilución muy significativa para los accionistas. Según distintas fuentes, la pérdida para los acreedores va a rondar entre el 75 y el 85% de lo prestado, ya sea a través de préstamos como de bonos.

La reestructuración financiera integral supondrá una dilución muy significativa para los accionistas

La compañía controlada por Luis Delso ha demorado la presentación de sus resultados, que estaba prevista para este jueves, al 13 de mayo, decisión que no ha hecho más que alimentar las dudas sobre su solvencia y su capacidad de pago. Porque Isolux ha ido retrasándose en los pagos a los proveedores, algunos de los cuales ya le han demandado ante los tribunales nacionales e internacionales de arbitraje. Una situación que se traducirá probablemente, según fuentes financieras, en una nueva rebaja de su rating, ya inmerso en la calificación de bono basura desde hace meses.

La agencia Fitch ya había puesto en cuarentena a la compañía, después de que en diciembre de 2015 le bajó su nivel de solvencia desde ‘B+’ a ‘B’ y en febrero de este año de ‘B’ a ‘B-’.Ayer, directamente la puso en 'CC'. O lo que es lo mismo, el correspondiente a una empresa con una débil fortaleza finanaciera, con un nivel de cumplimiento de sus obligaciones financieras baja, con unos factores de riesgo muy elevados y una alta probabilidad de impago.

La última agencia en castigar a la empresa española ha sido Standard & Poor´s. Tenía nota de ‘B-’, con perspectiva negativa. Sin embargo, en la tarde este viernes ha decidido rebajarle un escalón hasta 'CCC-', lo que sitúa la calificación de la empresa al borde de la quiebra. Según la firma americana, "la perspectiva negativa refleja la alta probabilidad de una reestructuración sin un desarrollo positivo en los próximos seis meses".

Las dos agencias estaban esperando la presentación de los resultados de Isolux para revisar de nuevo la salud financiera de Isolux, que, según las mismas fuentes, sufrirá otra nueva rebaja a la espera de que los acreedores acepten el plan de salvamento.

Caixabank, el más dañado

Un plan que pasa por la aceptación de la quita por parte de Santander, Caixabank, Sabadell y Popular, como principales bancos financiadores, y de los bonistas. En cualquier caso, el más perjudicado será el banco con sede en Barcelona, puesto que además de prestamista es accionista con el 27% del capital. Una participación envenenada y heredada de la absorción de Banca Cívica, que la entidad presidida por Isidro Fainé ha intentado vender sin éxito en los últimos meses para intentar recuperar el mayor dinero posible.

Otro de los dañados será el propio Estado, que también está sentado en su capital. El actual accionariado de Isolux Corsán está dominado por Construction Investments, dueño del 52,02% del capital. Esta empresa está controlada a su vez por Delso y Gomis, así como por Carmen Ramírez del Molino. El resto del capital de Isolux lo componen Hiscan Patrimonio (23,8%) –controlado por CaixaBank–, Inversiones Corporativas (11,74%) –controlado por el Fondo de Garantía de Depósitos para Entidades de Crédito–, Cartera Perseidas (10%) –controlado por CaixaBank y otros bancos como Unicaja, Banco Mare Nostruc e Ibercaja–, y Charanne (2,4%), de Luis Delso y José Gomis.

Isolux se ha convertido en otro dolor de cabeza para sus accionistas financieros, la mayoría postizos, y sus acreedores, los cuales van a perder la mayoría del dinero invertido y prestado. Tras la información adelantada por El Confidencial el pasado miércoles sobre el rescate al que será sometido el grupo de infraestructuras, el valor de sus bonos se han hundido un 30% en dos días, hasta cotizar a poco más de 15 céntimos por cada 100 prestados, mientras que los seguros de impago para proteger la inversión se han disparado hasta máximos históricos.

Luis Delso
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