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El Banco de España conocía el descontrol de Caja Madrid desde 2006 y no hizo nada
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NO HIZO NINGUNA INSPECCIÓN HASTA 2009

El Banco de España conocía el descontrol de Caja Madrid desde 2006 y no hizo nada

El informe de la inspección del Banco de España remitido a la Audiencia Nacional confirma que las prácticas de alto riesgo eran conocidas mucho antes de lo que se creía, desde 2006

Foto: El gobernador del Banco de España en 2006, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Efe)
El gobernador del Banco de España en 2006, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Efe)

"Respecto del problema de la calidad de datos, opinamos que se ha tardado excesivo tiempo en reaccionar ante el problema detectado ya en 2006. A pesar de las mejoras introducidas en 2008, el nivel de errores sigue siendo alto", asegura el informe del Banco de España requerido por el juez José de la Mata de la Audiencia Nacional en relación con una querella presentada contra Caja Madrid por la concesión de hipotecas y la sobretasación de pisos y desvelado el jueves por El Confidencial. Sin embargo, la cúpula del supervisor no tomó ninguna medida para corregir las prácticas que a la postre llevaron al hundimiento de lo que después sería Bankia; de hecho, ni siquiera le hizo otra inspección hasta 2009, fecha a la que corresponde el citado informe (consúltelo aquí).

[La Audiencia Nacional imputa a MAFO y Segura por el caso Bankia​]

La inspección anterior a la que entonces era la segunda caja de ahorros de España y una de las cinco mayores entidades del país se había realizado el 31 de marzo de 2006. Y a pesar de que ya había encontrado algunas de las deficiencias y prácticas de alto riesgo a las que hace referencia el informe de 2009, pasaron tres años en los que el entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), no tuvo ninguna inquietud por su situación.

Y no fueron tres años cualquiera: fueron la cúspide de la burbuja inmobiliaria y de crédito española, y en los que comenzó la crisis financiera mundial con el estallido de las hipotecas 'subprime' en EEUU (2007) y la quiebra de Lehman Brothers (2008). Pero ni los estratosféricos crecimientos del crédito promotor y las hipotecas de Caja Madrid, ni estos gravísimos acontecimientos internacionales movieron a los gestores del Banco de España a mandar una inspección a la entidad que presidía Miguel Blesa hasta marzo de 2009. Recuerden que, por aquellas fechas, José Luis Rodríguez Zapatero presumía de que España tenía el sistema financiero más sólido del mundo.

La inacción del BdE provocó la insolvencia

Alguna pequeña medida correctora sí se adoptó en Caja Madrid en ese período: el informe reconoce un frenazo a la concesión indiscriminada de hipotecas a extranjeros a través de los API (agentes de la propiedad inmobiliaria) que les vendían los pisos. En todo caso, la inspección de 2009 encontró que, a las prácticas de riesgo en la concesión de hipotecas y de crédito promotor para la construcción de vivienda -como dar préstamos "forzados" a clientes a pesar de que sabia que debía denegarlos- detectadas ya en 2006, se habían unido otras cuyo fin era no reconocer en sus cuentas el grave deterioro de la situación: reagrupar ("readecuar" lo llamaban en la entidad) todos los préstamos dentro de la hipoteca, refinanciar a los promotores insolventes o sobrevalorar los inmuebles que se adjudicaba porque las promociones no se vendían.

Pero este informe tampoco provocó ninguna consecuencia en la actitud del Banco de España hacia Caja Madrid, a pesar de que las cosas que describía eran gravísimas y estaban afectando seriamente no sólo a sus resultados reales, sino a su propia solvencia. Tal fue el deterioro de la situación a partir de ese momento que, a principios de 2010, otro equipo de inspección elaboró el famoso 'informe cero' (no tocado por los cargos políticos) en el que alertada directamente de la insolvencia de la caja, como informó El Confidencial en febrero.

La fracasada OPV y el rescate

Pero ni siquiera entonces la cúpula del BdE hizo algo al respecto. En vez de intervenir Caja Madrid, ya con Rodrigo Rato al frente, decidió que la mejor solución era acometer lo que entonces se llamó 'fusión fría' con cinco pequeñas cajas: Ávila, Segovia, Rioja, Canarias y Laietana. Y como estas entidades no aportaban suficiente tamaño para diluir los problemas de la caja madrileña, en junio de ese año se decidió integrar en la operación a la valenciana Bancaja para formar BFA (Banco Financiero y de Ahorros), que en marzo de 2011 cambió su nombre por Bankia y se convirtió en 'fusión caliente'. Y eso que otro informe de inspección había alertado de que Bancaja se encontraba en una situación muy similar a Caja Madrid.

A partir de ahí llegó la huida hacia delante que desembocó en la catastrófica salida a bolsa de julio de 2011, en la que los inversores perdieron prácticamente todo su dinero (que ahora ha tenido que ser devuelto en el caso de los minoristas tras una polémica sentencia del Tribunal Supremo). Fracasados todos los intentos de salvar la entidad cuando el daño no tenía remedio, y ante las presiones del FMI, Bankia tuvo que ser nacionalizada en mayo de 2012 y recibir el mayor rescate público de la Historia de España, 22.400 millones

"Respecto del problema de la calidad de datos, opinamos que se ha tardado excesivo tiempo en reaccionar ante el problema detectado ya en 2006. A pesar de las mejoras introducidas en 2008, el nivel de errores sigue siendo alto", asegura el informe del Banco de España requerido por el juez José de la Mata de la Audiencia Nacional en relación con una querella presentada contra Caja Madrid por la concesión de hipotecas y la sobretasación de pisos y desvelado el jueves por El Confidencial. Sin embargo, la cúpula del supervisor no tomó ninguna medida para corregir las prácticas que a la postre llevaron al hundimiento de lo que después sería Bankia; de hecho, ni siquiera le hizo otra inspección hasta 2009, fecha a la que corresponde el citado informe (consúltelo aquí).

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