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La banca europea pierde un tercio de su valor bursátil en un año con su futuro en duda
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fuerte castigo en el parqué

La banca europea pierde un tercio de su valor bursátil en un año con su futuro en duda

Los problemas se acumulan. Y las caídas en bolsa también. La capitalización de la banca refleja la incertidumbre que envuelve a la capacidad de las entidades de generar negocio

Foto: Sede del Deutsche Bank en Fráncfort./EFE
Sede del Deutsche Bank en Fráncfort./EFE

Son los bancos españoles. Y los italianos, por supuesto. Pero también los franceses y los alemanes. Es la rentabilidad. Y los estrechos márgenes, y los tipos de interés al 0% o por debajo, y la baja rentabilidad, y los costes, y la presión regulatoria, y la competencia tecnológica... Es el sector bancario, en definitiva, cuyo futuro cada vez se enfrenta a mayores amenazas y menores certidumbres. Y eso, en bolsa, tiene un precio. Como el que han pagado en el último año las grandes entidades de la Eurozona, las ocho presentes en el índice EuroStoxx 50, cuyo valor bursátil ha menguado en un 33% desde finales de marzo de 2015. En dinero, su capitalización ha adelgazado en 150.000 millones de euros, desde los 451.730 millones de hace un año hasta los 301.400 millones actuales.

En este intervalo, el mayor castigo lo ha sufrido el alemán Deutsche Bank, que capitaliza la mitad que a finales de marzo de 2015. Le sigue el italiano Unicredit, con un descenso del 44%. No anda lejos el español Banco Santander, cuyo valor bursátil ha bajado en un 40% en el último año. A continuación, otro español, BBVA, que vale un 35% menos. Y luego, ya con caídas en su capitalización situadas entre el 20% y el 30%, figuran el francés Société Générale (26,5%), el transalpino Intesa Sanpaolo (24,6%), el galo BNP (22%) y el holandés ING (22%).

La caída de la capitalización de los grandes del sector se refleja, a su vez, en un incremento del descuento con el que cotizan con respecto a su valor en libros. Hace un año, esas ocho entidades cotizaban de media a 1,07 veces su valor contable, es decir, con una pequeña prima; ahora, lo hacen a 0,71 veces. Deutsche Bank, Unicredit y Société están por debajo de las 0,5 veces; BNP y Santander se mueven entre las 0,60 y las 0,70 veces; y BBVA, Intesa e ING, entre las 0,80 y las 0,90 veces.

Para algunos expertos esta evolución y el hecho de que los bancos se encuentren por debajo de su valor en libros evidencian que el sector está barato; otros, en cambio, opinan que, al ser la banca una máquina en la que se compran y se venden expectativas, encuentran en estas caídas la expresión de un sector que debe reinventarse en tiempo real para aportar visibilidad a un negocio que, en la actualidad, no la tiene.

También en España

El panorama que se observa en los grandes de la banca europea se reproduce en la española. Las siete que forman parte del Ibex 35 cotizan de media a 0,78 veces su valor en libros, cuando hace un año lo hacían a 1,12 veces. En marzo de 2015, Santander, BBVA, CaixaBank, Bankinter, Sabadell y Bankinter cotizaban por encima de su valor contable; ahora, sólo Bankinter (1,48 veces) se mantiene en ese terreno. En los demás casos oscilan entre las 0,41 veces de Banco Popular y las 0,8 veces de BBVA y Bankia.

Con la Unión Bancaria de fondo, el BCE lo tiene claro: "Lo que nuestra economía necesita son bancos europeos operando en un mercado europeo"

Tanto este comportamiento como el de las entidades europeas comparten las mismas causas. Principalmente dos. La primera, la dificultad de ganar dinero con su negocio de siempre -captar y prestar dinero- en un contexto de tipos de interés en el 0% e incluso por debajo. Y la segunda, la obligación de cumplir con unas mayores exigencias de capital y de estructurar un balance que pueda hacer frente a un rescate propio ('bail-in').

A la espera de las fusiones

Combinando ambas variables, y añadiendo otras como la ausencia de demanda de crédito solvente, la necesidad de profundizar en el saneamiento de los balances o el desafío que suponen los nuevos competidores tecnológicos, se obtiene un resultado que complica la rentabilidad de las entidades. Tanto es así que fuentes del sector admiten que, pese a los esfuerzos y las mejoras de los últimos años, será inevitable que la banca protagonice una auténtica reconversión.

Esta reconfiguración del sector pasa por una consolidación que concuerde con un escenario de bajos rendimientos y mayores exigencias y en el que, por tanto, la auténtica clave de los beneficios puede depender de la reducción de los costes. Y que se adapte, además, a un entorno marcado por la Unión Bancaria, es decir, por un entorno caracterizado por unas normas de supervisión y resolución comunes que se vea rematado por fusiones no sólo entre bancos del mismo país, sino también transnacionales. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) sostiene que ahora se da el entorno adecuado para que comience el 'baile'. "Lo que nuestra economía necesita son bancos europeos operando en un mercado europeo", aseguró Benoit Couré, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, a comienzos de marzo.

Son los bancos españoles. Y los italianos, por supuesto. Pero también los franceses y los alemanes. Es la rentabilidad. Y los estrechos márgenes, y los tipos de interés al 0% o por debajo, y la baja rentabilidad, y los costes, y la presión regulatoria, y la competencia tecnológica... Es el sector bancario, en definitiva, cuyo futuro cada vez se enfrenta a mayores amenazas y menores certidumbres. Y eso, en bolsa, tiene un precio. Como el que han pagado en el último año las grandes entidades de la Eurozona, las ocho presentes en el índice EuroStoxx 50, cuyo valor bursátil ha menguado en un 33% desde finales de marzo de 2015. En dinero, su capitalización ha adelgazado en 150.000 millones de euros, desde los 451.730 millones de hace un año hasta los 301.400 millones actuales.

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