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Pedro Trapote pone a la venta Joy Eslava para convertirlo en una gran tienda de moda
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Pedro Trapote pone a la venta Joy Eslava para convertirlo en una gran tienda de moda

El empresario ha encargado un proceso formal de venta de la emblemática sala, animado por el disparado apetito que hay en el mercado por hacerse con este tipo de edificios

Un local singular y un momento singular. Es la combinación perfecta que ha decidido aprovechar el empresario Pedro Trapote con uno de sus locales más emblemáticos, la discoteca Joy Eslava. Ubicada en la cotizada calle Arenal de Madrid, entre la Puerta del Sol y Ópera, la famosa sala de fiestas acaba de salir a la venta con la vista puesta en transformarla en una gran tienda de moda ('flagship') o para restauración.

El empresario ha decidido abrir un proceso formal y ha encargado a una consultora que encuentre un comprador, según ha podido confirmar El Confidencial con fuentes del mercado, tras constatar el interés que existe actualmente en el mercado por este tipo de activos, sobre todo, en la capital.

Todas las grandes marcas de moda, como Inditex, Mango, Primark, H&M y Uniqlo, han revolucionado el centro de Madrid con su interés por grandes locales donde promover sus propias 'flagships'. Al mismo tiempo, los grandes fondos inmobiliarios, de pensiones y las aseguradores están deseosos de comprar este tipo de activos, ya que son uno de los pocos refugios que quedan para obtener rentabilidades atractivas en un momento de tipos cero y negativos.

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Y Joy Eslava cuenta con todos los ingredientes para hacer este combinado. De hecho, aunque en las últimas tres décadas este espacio ha sido conocido por tratarse de una de las discotecas más famosas de España, en realidad fue Trapote quien le dio este uso cuando la adquirió, en 1979, al empresario Luis Escobar Kirkpatrick, que hasta entonces había explotado el inmueble como teatro.

Edificio histórico

Fue en 1981, justo un día después del Golpe de Estado del 23-F, cuando abrió por primera vez sus puertas bajo su actual naturaleza y rápidamente se convirtió en uno de los locales de referencia de la Movida madrileña, éxito que ha extendido hasta nuestros días. Pero los orígenes de este edificio se remontan más de un siglo, hasta el año 1871, cuando Bonifacio Eslava, sobrino del músico Hilarión Eslava, levantó el inmueble como un café-teatro que a lo largo de los años fue evolucionando, acogiendo desde obras del género chico hasta la revista o el cabaret.

Con capacidad para 1.200 personas, el inmueble cuenta con cerca de 2.000 metros cuadrados, repartidos en tres plantas. Hace cinco años, Trapote ya barajó la posibilidad de alquilarlo a una gran firma de moda, proyecto que nunca terminó de cerrarse y que permitía a la empresa mantener la titularidad del inmueble. Ahora, en cambio, el planteamiento consiste en la venta, para tratar de aprovechar el exceso de liquidez que existe en el mercado y la falta de buenas oportunidades de compras.

De hecho, en el último año se han disparado el número de grandes operaciones de compra de edificios emblemáticos de la capital, sobre todo entre los situados en Gran Vía, Plaza Mayor y sus calles adyacentes, para transformarlos en los mejores escaparates de las principales firmas de moda o en restaurantes. El ejemplo más paradigmático, probablemente, fue la compra de la antigua sede de Prisa que realizó Amancio Ortega por 400 millones para alquilársela a Primark. Activum, fondo capitaneado por el ex Cerberus Brian Bettel, también adquirió el Mercado de Fuencarral con el objetivo de reposicionarlo y alquilarlo; Mango intentó hacer una jugada similar en el Palacio de la Música, aunque la imposibilidad de llegar a un acuerdo de precio con la Fundación Montemadrid terminó echando el proyecto por tierra.

El mundo de la resturación también ha protagonizado importantes operaciones, como la adquisición del número 44 de Gran Vía para abrir el establecimiento de la cadena de hamburgueserías Five Guys en Europa, y podría hacerse un hueco también en antiguos teatros como el Albéniz, que acaba de adquirir Mazabi, o el ya citado Palacio de la Música. Todo ello, sin olvidar el interés de grandes operadores internacionales, como Disney, que está buscando ubicaciones en el corazón de Madrid para abrir su tienda más importante de España.

Un local singular y un momento singular. Es la combinación perfecta que ha decidido aprovechar el empresario Pedro Trapote con uno de sus locales más emblemáticos, la discoteca Joy Eslava. Ubicada en la cotizada calle Arenal de Madrid, entre la Puerta del Sol y Ópera, la famosa sala de fiestas acaba de salir a la venta con la vista puesta en transformarla en una gran tienda de moda ('flagship') o para restauración.

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