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La pugna de franquiciados contra Mango se extiende a Francia: 'Inflaron las expectativas'
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DEMANDA CONTRA EL GIGANTE TEXTIL

La pugna de franquiciados contra Mango se extiende a Francia: 'Inflaron las expectativas'

Le presentaron una cifra de negocio engañosa y cortaron las entregas en cuanto las cosas se pusieron feas. Jerôme no es el único que ha llevado a la firma a los tribunales por incumplir el contrato

Foto: Una pareja de franquiciados de Madrid también ha demandado a la firma por incumplimiento del contrato. (Reuters)
Una pareja de franquiciados de Madrid también ha demandado a la firma por incumplimiento del contrato. (Reuters)

Estafado. Así se siente Jerôme (nombre ficticio) tras haber apostado por Mango como oportunidad para invertir. Este francés ya tenía experiencia como franquiciado en otras firmas y conocía los entresijos del modelo de negocio. Por eso se dejó convencer por el gigante textil español cuando le ofrecieron abrir una tienda bajo su nombre comercial al sur de Francia. No tardó en darse cuenta de que le habían vendido unas expectativas de ventas que no se correspondían con la realidad, tal y como figura en la demanda contra Punto Fa SL, empresa titular de las franquicias explotadas bajo el nombre comercial de Mango. Un tribunal de Francia falló a favor de Jerôme, aunque el proceso sigue en curso porque la firma ha recurrido la sentencia después de tres años de litigio judicial.

“Las cuentas de explotación previstas garantizaban una cifra que permitía cubrir sobradamente los gastos de la tienda. La rentabilidad estaba asegurada”, reza el documento al que ha tenido acceso El Confidencial. Para asegurarse de que todo estaba correcto, y sin dudar de la buena fe de Mango, Jerôme solicitó las cuentas de resultados de las dos tiendas más próximas, pero la firma no atendió su petición hasta un mes después del inicio de la relación contractual. Aquí comenzaron los problemas porque “la cifra no se correspondía en absoluto con lo acordado”. Para intentar paliar el enfado de Jerôme, Mango ofreció un margen de beneficios suplementario, cubrir los costes de una parte del mobiliario y un esfuerzo económico por su parte si el negocio iba mal.

El francés decidió seguir adelante con el negocio, aunque su confianza se había deteriorado. “Me mintieron. Inflaron las perspectivas de venta hasta un 40%”, cuenta. Su caso no es aislado, como ya adelantó este diario. Una pareja de franquiciados de Madrid también ha presentado una demanda en la que acusa al gigante textil de arruinarlos por incumplir el contrato en numerosas ocasiones. A partir de ese momento, más afectados de distintas partes del mundo han alzado la voz para dar a conocer su situación, como es el caso de Jerôme. La decisión del tribunal francés asegura que Punto Fa SL ha contribuido a agravar las pérdidas del franquiciado al interrumpir las entregas de mercancía. Esto ocurrió unos meses después de la puesta en marcha de la tienda, cuando la cifra de negocio no era suficiente para cubrir los costes y la deuda ascendía a más de 100.000 euros.

¿Qué dice Mango?

La compañía prefiere ser "cauta" y esperar al fin del proceso judicial antes de hacer comentarios al respecto. "Los casos están en manos de un juez y hasta que no haya sentencia definitiva, no los valoraremos", han dicho fuentes de la empresa tras ser consultadas por este periódico. Sí han destacado la amplia experiencia del gigante textil en este ámbito. "Tenemos más de 1.000 franquicias en todo el mundo. Lamentablemente, hay casos puntuales donde este tipo de situaciones se producen, pero estamos convencidos de que hemos hecho las cosas bien", zanjan. Mango es la segunda empresa exportadora del sector textil español por detrás de Inditex; cuenta con más de 2.000 tiendas en 105 países.

"Siempre hay casos puntuales, pero estamos convencidos de que hemos hecho las cosas bien"

“La interrupción de las entregas no permitió al franquiciado mantener una actividad normal, pese a que este siguió en todo momento las indicaciones del franquiciador” y aportó la garantía bancaria correspondiente, lo que causó pérdidas y acabó con toda posibilidad de mejorar la cuenta de resultados, reza la sentencia. Mango ofrece a sus asociados un servicio de asistencia para la comercialización de los productos, integrado por un equipo de supervisores que aconsejan, visitan las tiendas y se aseguran de que estas responden a su concepto de marca. La sentencia dictamina que la firma catalana no ha respetado el contrato y no ha cumplido con su deber de asistencia y asesoramiento al franquiciado. Jerôme asegura que ha perdido 400.000 euros en total. Una cifra similar calcula Javier, un consultor andaluz con amplia experiencia en el mundo de las franquicias que sufrió problemas similares con la firma.

Dos tiendas cerradas: "Mi familia, rota"

Javier (nombre ficticio) ha vivido en sus propias carnes otro caso de "abuso e incumplimiento de contrato" por parte de la compañía que dirige Isak Andic. Junto a tres socios más, este economista andaluz se embarcó en la apertura de dos tiendas Mango en régimen de franquicia entre 2009 y 2010 en dos provincias vecinas del sur de España... y se vio obligado a cerrarlas en el verano de 2013 al no poder hacer frente a "costes inasumibles". Decidió demandar al gigante textil por daños económicos y morales. "Me ejecutaron el aval bancario, tuve que ampliar la hipoteca de mi casa al tener yo el 40% de un negocio que murió, y mi familia se quedó rota", cuenta el economista a este diario. En el auto del juzgado que admitió a trámite la demanda, y al que ha tenido acceso El Confidencial, la indemnización está escrita: Javier pide a Punto Fa SL 500.000 euros.

La textil fijó las estimaciones de facturación en 900.000 euros. El primer año alcanzó los 738.584 euros y el último bajó hasta 492.522

El economista denuncia -en los mismo términos que otros afectados como la pareja de franquiciados de Madrid- un "incumplimiento" total del contrato por parte de la matriz. Una de las cuestiones recogidas en la demanda de Javier se refiere a la "falta de información" que la franquicia estaba obligada a garantizar, y no lo hizo. "En ningún momento entregó un dosier con documentación sistematizada sobre todos los aspectos relacionados con la explotación del negocio". Además, y siguiendo la estela del resto de casos, Mango aseguró unas expectativas de venta muy altas, presentando una cuenta de resultados que no se correspondía con la realidad. La textil fijó las estimaciones de facturación anual de una de las tiendas en 900.000 euros. Según recoge la demanda, "el primer año alcanzó los 738.584 euros, el segundo la facturación fue de 549.636 y el tercero, bajó hasta 492.522 euros".

Según denuncia Javier en el escrito que ya está en manos del juez, también hubo "engaño" en los gastos relativos al personal de los negocios, que fueron un 30% inferiores a lo que recogía el convenio colectivo. Otra de las acusaciones que el franquiciado hace a Mango es de "competencia desleal". Especialmente sangrante fue para el economista la apertura de otro establecimiento de la misma marca -también en régimen de franquicia- a solo 3,5 km del lugar en donde él tenía uno de sus dos negocios. La nueva tienda era más grande (prácticamente el doble de metros cuadrados) y se situaba en un centro comercial más próximo al casco de la ciudad. Javier pidió reiteradamente que la apertura no se produjese "o que en su caso contara con la suya para amortiguar el perjuicio que sin duda sufriría", recoge el escrito jurídico.

El daño estaba hecho. Gracias a las tarjetas de compra y fidelización de Mango, Javier y sus socios pudieron verificar el traspaso de la clientela de una tienda a otra y vieron cómo sus ingresos caían en picado en favor del nuevo negocio. Además, y según manifiesta la sentencia, los problemas fueron todavía mayores. "Incluso el personal recibió ofertas para abandonar su puesto de trabajo e incorporarse a la nueva tienda" explotada por otro franquiciado. "Para él era muy ventajoso, pues se encontraba con un personal ya formado y con experiencia", asegura el texto.

Estafado. Así se siente Jerôme (nombre ficticio) tras haber apostado por Mango como oportunidad para invertir. Este francés ya tenía experiencia como franquiciado en otras firmas y conocía los entresijos del modelo de negocio. Por eso se dejó convencer por el gigante textil español cuando le ofrecieron abrir una tienda bajo su nombre comercial al sur de Francia. No tardó en darse cuenta de que le habían vendido unas expectativas de ventas que no se correspondían con la realidad, tal y como figura en la demanda contra Punto Fa SL, empresa titular de las franquicias explotadas bajo el nombre comercial de Mango. Un tribunal de Francia falló a favor de Jerôme, aunque el proceso sigue en curso porque la firma ha recurrido la sentencia después de tres años de litigio judicial.

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