Repsol se aprieta el cinturón por la caída del petróleo con una megaprovisión de 2.900 millones

El consejo de administración de Respol ha aprobado este miércoles la propuesta de cierre de resultados correspondiente a 2015, que va a suponer un esfuerzo de saneamiento de 2.900 millones de euros para pagar la factura del petróleo. La caída vertiginosa de la cotización internacional del crudo y del gas ha motivado una 'megaprovisión' que situará el resultado contable neto en pérdidas de 1.200 millones. La compañía considera que estos ajustes podrán revertirse en positivo dentro de las cuentas de resultados de los próximos ejercicios, cuando cambie el escenario de los precios.

La decisión de Repsol tiene en cuenta la eventual persistencia temporal de precios deprimidos, que ha superado las expectativas más pesimistas de los analistas del sector. La compañía ha adoptado criterios de máxima prudencia que van a traducirse en una intensificación de los planes de generación de sinergias derivadas de la integración de Talisman. En principio, la petrolera ha identificado en este capítulo cerca de 400 millones de dólares anuales, frente a los 220 millones estimados a la fecha de adquisición, habiendo materializado más del 50% del nuevo importe total.

Repsol pretende ampliar sus programas de eficiencia hasta un 50% de los objetivos cuantificados en el plan estratégico acordado con horizonte en 2018. El conjunto de sinergias y eficiencias previsto para el presente ejercicio se eleva a 1.100 millones de euros. Al mismo tiempo, la empresa se plantea una reducción del 20% adicional de la cifra de inversiones prevista para 2016, que alcanzará a finales de año los 4.000 millones de euros.

El resultado de la marcha de los negocios se refleja en el beneficio neto ajustado, que mejora en bases homogéneas de comparación en un 8% con respecto a 2014, hasta alcanzar cerca de 1.850 millones de euros. Más significativo si cabe es el resultado correspondiente al cuarto trimestre del pasado año, que se saldó con un beneficio de 450 millones, lo que representa un incremento superior al 20% respecto al mismo periodo del año precedente.

Al término de 2015, como consecuencia de los planes puestos en marcha y de la generación de los fondos procedentes de la actividad de los negocios, Repsol redujo su deuda neta en más de 1.000 millones de euros. El desapalancamiento experimentado en un escenario adverso de precios evidencia la capacidad de generación de caja y de retribución al accionista. Pese a la situación crítica del mercado del petróleo, la compañía ha mostrado la intención de mantener el dividendo que, en estos momentos, constituye el principal elemento de atracción para los inversores.

La evolución de los distintos segmentos de negocio evidencia el impacto sufrido por las actividades de Upstream (exploración y producción), que ha registrado un resultado negativo en el último trimestre de 270 millones. Las operaciones en Downstream (comercialización y distribución) han obtenido un beneficio de 490 millones de euros. La compañía ha compensado también los efectos negativos de los menores precios del crudo con un incremento de los márgenes de refino, que han alanzado un nivel histórico de 8,5 dólares por barril, casi el doble de lo alcanzado en 2014.

Los resultados de Repsol, una vez auditados, serán formulados por el consejo de administración en la reunión del próximo mes de febrero para su aprobación definitiva en la junta general de accionistas que la compañía celebra habitualmente en mayo.