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Franquiciada de Yves Rocher: "Me quitaron la tienda por estar embarazada"
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querella colectiva contra la firma de cosméticos

Franquiciada de Yves Rocher: "Me quitaron la tienda por estar embarazada"

Casi medio centenar de franquiciadas acusan al gigante francés de coacciones, amenazas y 'mobbing' en su puesto de trabajo. También denuncian falsedad documental, apropiación indebida y estafa

Foto: Una de las tiendas de Yves Rocher. (ErasmusOfParis, Wikipedia)
Una de las tiendas de Yves Rocher. (ErasmusOfParis, Wikipedia)

“Una persona que tiene obligaciones externas no puede rendir”. Es lo que le dijeron a Teresa de Diego cuando Yves Rocher decidió rescindir su contrato de franquiciada de forma unilateral. Tras ocho años al frente de una tienda con altos rendimientos y premios, “le hicieron renunciar a todo su proyecto y vida por estar embarazada”. Así reza la querella colectiva presentada en el juzgado de instrucción de Vilanova i la Geltrú en 2013 y admitida a trámite. En un principio, eran ocho mujeres querellantes, pero hoy son 48. ¿De qué acusan a la firma francesa? "Estafa, delito informático, delito relativo al mercado, falsedad documental, apropiación indebida, usurpación del estado civil, coacciones, amenazas, maltrato psicológico y 'mobbing' [acoso laboral]", según figura en el documento al que ha tenido acceso este periódico.

Teresa llevaba toda la vida trabajando en Yves Rocher, hasta que en 2005 le ofrecieron entrar en una tienda de Vallecas (Madrid) como franquiciada. No tardó en superar las expectativas de venta y años más tarde le ofrecieron otro establecimiento en Leganés, con el que también logró un crecimiento espectacular. Incluso recibió un premio a la mejor evolución del año: regalos, viajes… y que la propia empresa llenase su tienda de productos. Pero las cosas se pusieron feas en una entrevista con responsables de la firma, relata esta madrileña. Lo que iba a ser una simple charla para explicar los entresijos del proyecto se convirtió en una hora de escrutinio a la premiada, o así lo asegura ella. Su barriga de siete meses puso incómoda a la directora financiera, que no cesaba de formular preguntas que poco o nada tenían que ver con los números. “¿De cuánto tiempo estás? ¿Es el primero? ¿Quieres tener más niños? ¿Estás casada?”.

“Una persona que tiene obligaciones externas no puede rendir”, le dijeron

La sorpresa de esta exfranquiciada fue mayúscula cuando unos días más tarde le comunicaron que estaba fuera del proyecto. “Me mandaron un burofax para decirme que me quitaban la tienda”. ¿Razón? “Se quedó encinta, motivo de alegría en todos los casos, si bien en el presente supuesto fue la causa o excusa para detonar la situación", indica la demanda. A partir de ahí comenzó la pesadilla para esta franquiciada: “Tuve un parto prematuro, inducido por el estrés. Estaba recién parida, con una depresión de caballo y sin derecho a paro porque era autónoma. Acabé separándome de mi pareja”. Y con pérdidas que ascienden a los 300.000 euros.

Yves Rocher: “No tenemos nada que decir”

Coacciones, amenazas, maltrato psicológico continuado y 'mobbing' son algunos de los supuestos delitos que figuran en la querella colectiva, pero hay más. Todas las querellantes culpan al gigante francés de su insostenible situación económica. “No tenemos nada que decir. No queremos interferir en el procedimiento judicial y no haremos valoraciones hasta que salga la sentencia”, precisan fuentes de la firma de cosméticos tras ser contactadas por este diario.

Según las afectadas, los episodios de acoso laboral eran continuados. Teresa se enfrentó a la tesitura de tener que despedir a una de sus empleadas -a pesar de realizar bien su trabajo- por orden de sus superiores. “Esta niña está gorda y la tienes que echar porque estamos vendiendo anticelulíticos”, asegura que le llegaron a decir. Una situación similar vivió Ana García tras entrar como franquiciada en una tienda de Zaragoza en 2009. “A mi hija tenían que hacerle un escáner en la cabeza y no pude acudir a una reunión”. Esta exfranquiciada asegura que la respuesta de una de las responsables fue “tú verás si es más importante tu hija o mantener el negocio”.

Comida por las deudas

Tras verse incapaz de asumir las abultadas deudas por inventario que Yves Rocher le exigía y recibir 'emails' con amenazas de ejecución del aval bancario cada día, Ana sufrió un ictus. “Los médicos me dijeron que fue por estrés. Llevaba meses sin comer ni dormir porque la tensión era brutal”, explica con la voz quebrada. En ese momento cortó para siempre con la multinacional francesa y consiguió una quita de 30.000 euros. Aún debe 124.000 euros y cifra las pérdidas totales en medio millón, a pesar de que asegura que las ventas aumentaron un 20% cuando entró como franquiciada a la tienda. Las 48 afectadas -todas mujeres- coinciden en que no están "en un supuesto derivado de la crisis económica sino en una manipulación absoluta. Yves Rocher obliga a renovar contratos y firmar reconocimientos de deuda, manipula el 'stock' desde la central, amenaza con quitar tiendas (…) Falsificaciones de domiciliaciones, falsos albaranes, manipulación de códigos de productos y obligación de promociones y regalos a cargo del franquiciado hacen imposible el cumplimiento del contrato y la obtención del margen pactado”, como señala la querella.

Si mi tienda iba tan bien, ¿por qué mi cuenta estaba en números rojos?

Cuando Ana se puso en guardia porque empezó a observar cosas que no cuadraban en el 'stock', descubrió que se acostaba con cinco productos en la tienda y “a la mañana siguiente había 10 en el inventario del ordenador”. Los responsables intentaron calmarla garantizando que se trataba de un error informático. “Han llegado a falsificar mi firma y me han pasado recibos de la luz de otras tiendas”, sostiene. No es la única que ha detectado irregularidades. “Si mi tienda iba tan bien, ¿por qué mi cuenta estaba en números rojos?”, se pregunta Teresa.

En el caso de Estrella Bermúdez, exfranquiciada de dos tiendas en los centros comerciales de Parque Corredor y Plenilunio (Madrid), las diferencias entre lo que había en existencias y lo que ponía en el sistema informático eran desorbitadas. “Los 'stocks' nunca cuadraban y tenemos pruebas de un perito informático”, sostiene. La estrategia de la firma es “divide y vencerás” a juicio del abogado que lleva en caso, David Perales. “Mantienen incomunicados a los franquiciados entre ellos y les lavan el cerebro” a través de un manual al que llaman 'la biblia'.

Con más de medio siglo de historia a sus espaldas, Yves Rocher tiene más de 15.000 empleados en los cinco continentes. Cuenta con 167 tiendas en España, país donde aterrizó en 1978. Al menos 122 eran franquicias a cierre de 2014, año en el que clausuró nueve establecimientos y abrió tres. Las querellantes solicitan 7,5 millones de euros "a efectos de asegurar las responsabilidades civiles derivadas del delito".

“Una persona que tiene obligaciones externas no puede rendir”. Es lo que le dijeron a Teresa de Diego cuando Yves Rocher decidió rescindir su contrato de franquiciada de forma unilateral. Tras ocho años al frente de una tienda con altos rendimientos y premios, “le hicieron renunciar a todo su proyecto y vida por estar embarazada”. Así reza la querella colectiva presentada en el juzgado de instrucción de Vilanova i la Geltrú en 2013 y admitida a trámite. En un principio, eran ocho mujeres querellantes, pero hoy son 48. ¿De qué acusan a la firma francesa? "Estafa, delito informático, delito relativo al mercado, falsedad documental, apropiación indebida, usurpación del estado civil, coacciones, amenazas, maltrato psicológico y 'mobbing' [acoso laboral]", según figura en el documento al que ha tenido acceso este periódico.

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