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Campamento, Sareb, Barcelona World... los planes inmobiliarios que se quedan en el aire
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Las consecuencias del 20D

Campamento, Sareb, Barcelona World... los planes inmobiliarios que se quedan en el aire

Grandes proyectos urbanístico y operaciones inmobiliarias se han quedado atrapadas en el limbo surgido tras el 20-D, ya que necesitan el visto bueno del Gobierno Central, y éste es un interrogante

Foto: Plano de Operación Campamento
Plano de Operación Campamento

Incertidumbre. Es la palabra maldita para los inversores, los famosos 'mercados', que siempre quieren certezas para saber dónde meten su dinero, aunque se trate de terrenos pantanosos. Por eso, el escenario que se abre tras el 20-D está siendo castigado en bolsa y se espera que genere un frenazo de las inversiones, sobre todo las procedentes de fondos internacionales, a la espera de saber quién formará Gobierno, con qué apoyos y a qué precio.

Tanto si finalmente se erige un Ejecutivo conservador, como si toma el poder una alianza de izquierdas, la realidad es que va a haber cambios, y muchos. Este nuevo escenario ha cogido a mitad de partida a un importante número de desarrollos urbanísticos y de grandes proyectos inmobiliarios cuyo sujeto último, de una u otra manera, es el Gobierno central, planes que ahora están en el aire y, en algunos casos, en función del partido que termine llegando a la Moncloa, pueden darse por olvidados.

Entre los más conocidos está la denominada 'Operación Campamento', desarrollo en manos del Ministerio de Defensa, que es el titular de los terrenos y que prevé un mínimo de 80 millones con su venta. Según denunció el ministro Pedro Morenés en el Senado, el Ayuntamiento de Madrid ahora gobernado con Manuela Carmena ha ido retrasando la tramitación de las licencias necesarias para activar definitivamente la desinversión, lo que ha hecho que, al final, será el próximo inquilino de la Moncloa el que decida el futuro de estos terrenos.

En función de quién termine haciéndose con el poder, los casi 1,5 millones de metros cuadrados que se quieren subastar para levantar cerca de 11.000 viviendas, libres y protegidas, pueden tener un destino muy diferente al actual, tanto por la posible dilación del proyecto (si no cancelación), como por su más que probable modificación para adaptarla a los planes que tenga el nuevo Gobierno.

Un claro ejemplo de cómo influye un cambio de Ejecutivo en los proyectos urbanísticos es Operación Chamartín, el desarrollo más importante del norte de Madrid, que tenía todas las bendiciones de las tres Administraciones hasta que Ahora Madrid llegó al Palacio de Cibeles y lo puso bajo revisión. Además de haber pedido rebajar la edificabilidad del plan, el equipo de Carmena también ha dicho que quiere esperar a que haya un nuevo ministro de Fomento para que éste, como propietario último de los terrenos ferroviarios donde se va a desarrollar este proyecto, muestre su apoyo.

Tanto el PSOE de Pedro Sánchez como Ahora Madrid han mostrado su oposición a la Operación Chamartín en los términos actuales, lo que hace temer que si una alianza de izquierdas termina haciéndose con el poder central, este proyecto tenga prácticamente imposible salir adelante, al menos, con el plan con el que se la conoce actualmente.

Impacto en toda España

También en manos del próximo ministro de Fomento estará el proyecto Parque Central, la gran operación urbanística de Valencia pendiente de ejecutar. Consiste en soterrar, mediante un túnel, las vías ferroviarias que parten la ciudad en dos hasta las céntricas estaciones Joaquín Sorolla (AVE y larga distancia) y Norte (regionales y cercanías) para crear una gran espacio en el centro con un gran parque.

A Fomento le corresponde financiar el soterramiento y los túneles, mientras que una sociedad tripartita formada por el Ministerio, GVA y el Ayuntamiento se encarga de ejecutar el parque con cargo al aprovechamiento urbanístico de un grupo de nuevas edificaciones en parte del terreno liberado. Pero, a diferencia de Chamartín, en esta ocasión son las formaciones de izquierdas las que defienden agilizar el proyecto, celeridad que volvió a encontrar un freno hace pocas semanas, cuando la cartera todavía dirigida por Ana Pastor presentó un rediseño de la operación a la baja.

También en Valencia, el nuevo Ejecutivo jugará un papel fundamental en Marina Real, ya que el Estado tiene el 50% de la sociedad que gestiona este espacio portuario ganado a la ciudad con motivo de la America's Cup, mientras que el otro 50% se lo reparten Ayuntamiento y Generalitat. El Consorcio debe desarrollar los usos que se dan a este espacio, cuya asfixia económica le ha llevado, por ejemplo, a tener que ceder en concesión el emblemático edificio Veles e Vents a precio de saldo.

El nuevo titular de Hacienda también tendrá mucho que decir en este proyecto, ya que la sociedad tripartita tiene una deuda con el ICO de 420 millones de euros por las obras que se hicieron y que nadie quiere pagar. El ministro Cristóbal Montoro ha sido muy reacio a condonar -aunque en realidad el ICO está ejecutando avales y asumiendo los vencimientos-, postura que podría modificarse en función de quién ocupe su cargo en los próximos meses.

El nuevo responsable de Hacienda tendrá otra pelota en su tejado con BCN World, proyecto actualmente en el limbo debido a la oposición de formaciones como CUP y ERC, pero que podría ser definitivamente enterrado si las formaciones en contra de este plan logran con sus apoyos o abstenciones hacer valer su postura ante el futuro ministro, ya que corresponde a esta cartera conceder las licencias de juego, sin las cuales, por muchos casinos que se construyan, no se puede operar.

Pero, probablemente, donde más pueda sentirse el cambio ante una hipotética toma de poder de Podemos y sus diferentes marcas sea en Sareb. La línea roja que estas formaciones han marcado respecto a los desahucios amenaza con trastocar todos los planes de la sociedad dirigida por Jaime Echegoyen, que está llegando a diferentes acuerdos con todo tipo de administraciones para ceder vivienda social, el último con Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona y una de las grandes vencedoras del 20-D.

Sin embargo, frente a esta política de pactos puntuales con las diferentes administraciones, podría darse un giro hacia una postura más agresiva en la constitución de viviendas sociales con los activos de Sareb, además de modificarse la hoja de ruta de desinversiones marcada por la cúpula actual de la entidad, que tiene como uno de sus proyectos estrella más inminentes sellar acuerdos con promotores locales para desarrollar bolsas de suelo.

Las empresas públicas, a la espera

Correos, Aena y RTVE son otras dos empresas públicas cuyos planes inmobiliarios pueden quedar en el aire, a la espera de conocer quién formará el próximo Gobierno, con qué apoyo y con qué planes para sus activos inmobiliarios, ya que estas tres entidades tienen actualmente ambiciosos programas de venta de activos y aprovechamiento de sus inmuebles para obtener nuevas vías de ingresos.

Del mismo modo, todos los planes de optimización del patrimonio público mediante la venta de activos inmobiliarios quedan a expensas del nuevo Ejecutivo, que será el que deberá dictaminar si, finalmente, se sacan a subasta edificios como la sede del antiguo Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC), ubicado en la madrileña calle Génova, proceso que el mercado esperaba que se abriera en las próximas fechas y que ahora ha pasado a formar parte del amplio abanico de interrogantes surgidos del 20-D.

Incertidumbre. Es la palabra maldita para los inversores, los famosos 'mercados', que siempre quieren certezas para saber dónde meten su dinero, aunque se trate de terrenos pantanosos. Por eso, el escenario que se abre tras el 20-D está siendo castigado en bolsa y se espera que genere un frenazo de las inversiones, sobre todo las procedentes de fondos internacionales, a la espera de saber quién formará Gobierno, con qué apoyos y a qué precio.

Operación Campamento Inversores Moncloa
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