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Las grandes petroleras y mineras se dejan en bolsa 475.000 millones desde junio de 2014
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fuerte impacto de la caída del crudo y las materias primas

Las grandes petroleras y mineras se dejan en bolsa 475.000 millones desde junio de 2014

La caída del precio de las materias primas y la ausencia de un catalizador que propicie su rebote están castigando a unas empresas en las que los planes de ajuste resultan inevitables

Foto: Imagen de una torre de perforación de petróleo en California.
Imagen de una torre de perforación de petróleo en California.

La secuencia impresiona. Comienza por la materia prima más influyente y sensible de todas, el petróleo, cuya caída se acerca al 30% en 2015. Pero es que continúa con el oro, que acumula un descenso del 8% en lo que va de año. O con la plata, que cede un 9%. O con el aluminio, que baja un 20%. O con el cobre, que es un 26% más barato que hace un año. O con el níquel, cuya cotización se desploma un 40% este ejercicio. Para las compañías petroleras y mineras esta retahíla se traduce en un fuerte varapalo general en bolsa que se suma al que ya sufrieron en la segunda mitad de 2014, que fue cuando comenzó la temporada de caídas en las principales materias primas.

La cura de adelgazamiento bursátil que están sufriendo estas empresas no deja de agravarse al rebufo de las caídas del precio de los recursos básicos. En 2015, el valor bursátil de las 10 mayores petroleras y las 10 mayores mineras mengua en cerca de 280.000 millones de euros. Ampliando la perspectiva hasta finales de junio de 2014, la pérdida de valoración se dispara hasta los 475.000 millones de euros. En porcentaje, estas cifras suponen que se han hecho un 20% más pequeñas en bolsa en 2015, retroceso que alcanza el 30% desde junio del año pasado.

Más en concreto, 2015 está siendo un año especialmente duro para las mineras. De media, pierden un tercio de su valor bursátil, aunque en algunos casos, como en el de la británica Anglo American o la suiza Glencore se hunden más de un 70%, seguidas de cerca por Arcelor, cuya capitalización bursátil se reduce a 5.765 millones de euros tras dejarse un 60% en lo que va de año. A finales de 2014, Arcelor valía en bolsa 15.000 millones de euros y en junio del pasado ejercicio, 18.000 millones, con lo que ahora apenas alcanza un tercio de aquella capitalización. Otras grandes del sector minero, como BHP Billiton o Antofagasta, sufren descensos bursátiles superiores al 40% en 2015.

Entre las petroleras, la brasileña Petrobras se lleva la peor parte desde mediados de 2014, periodo en el que también ha perdido más de un 60% de valor bursátil, pero en su caso conjuga el impacto negativo del descenso del crudo con los escándalos de corrupción de varios de sus directivos. La española Repsol figura entre las más damnificadas. Su capitalización actual se limita a 15.300 millones, 5.700 millones inferior a la de finales de 2015 y 10.000 millones más baja que la de junio del año pasado. De media, las grandes petroleras reculan en bolsa un 12% en 2015.

Ajustes draconianos

La acumulación del abaratamiento de las distintas materias primas, desde las energéticas a las industriales o los metales preciosos, se refleja en los niveles a los que están bajando los índices que las agrupan. El índice de materias primas de Bloomberg lleva meses perforando sus mínimos de 1999.

Esta realidad confirma la persistencia de la caída de los precios, aunque para las mineras y las petroleras lo peor es que no se vislumbra un catalizador que pueda suponer un punto de inflexión en los precios. Con el crecimiento de los países emergentes enfriándose, con China a la cabeza, y sin que los países desarrollados crezcan con demasiada fuerza, en el mejor de los casos se prevén aumentos residuales en la demanda de materias primas.

El descenso de los precios no remite y el índice de materias primas de Bloomberg lleva meses perforando sus mínimos de 1999

"Un dólar fuerte y un crecimiento mundial restringido podrían crear presiones bajistas a corto plazo sobre los precios de las materias primas, no solamente en los metales preciosos, sino también en las energéticas y agrícolas", pronostican desde Bank of America Merrill Lynch para 2016, un ejercicio en el que creen que la segunda mitad del año puede ser más propicia para el sector. Desde Goldman Sachs, y pensando también en el próximo ejercicio, aconsejan "diferenciar entre petroleras y mineras", puesto que son más optimistas con las primeras que con las segundas.

Ante este panorama, las compañías están anunciado severos planes de ajuste. Esta semana, Anglo American ha anunciado un recorte de plantilla que afectará a 85.000 empleados, las dos terceras parte del total, así como la suspensión del dividendo durante 18 meses y la venta de la mitad de sus activos. La suiza Glencore también ha anunciado en los últimos meses distintos planes para aligerar su deuda en 10.000 millones de dólares y recortar costes, como una ampliación de capital de 2.500 millones de dólares, la supresión del dividendo, la venta de activos y el anuncio de que también reducirá su plantilla.

Entre los expertos se da por hecho que habrá más ajustes por parte de otras empresas, especialmente entre las mineras. Y que seguirán el mismo patrón: recorte de costes, reducción de deuda y supresión o reducción del dividendo.

Repsol tampoco ha sido ajena a esta realidad que atraviesa el sector. En el nuevo plan estratégico para el periodo 2016-2020, la empresa anunció un plan de desinversiones de 6.200 millones de euros y una reducción del 40% en su plan de inversiones. Además de hacer frente a los bajos precios del crudo, estas actuaciones buscarán agilizar la digestión de la compra de la canadiense Talisman.

Este miércoles, de hecho, ya dio otro paso en esta dirección. La compañía presidida por Antonio Brufau anunció, mediante un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la recompra de 1.525 millones de dólares -cerca de 1.400 millones de euros- en bonos de la canadiense, con un descuento del 14,5%, que reportará este año un beneficio de 220 millones de dólares -unos 200 millones de euros- para la petrolera española y un ahorro de costes financieros de 65 millones de dólares. Al mismo tiempo, Repsol lanzó ayer una emisión de bonos a cinco años con la que captó 600 millones de euros a un interés del 2,12%.

La secuencia impresiona. Comienza por la materia prima más influyente y sensible de todas, el petróleo, cuya caída se acerca al 30% en 2015. Pero es que continúa con el oro, que acumula un descenso del 8% en lo que va de año. O con la plata, que cede un 9%. O con el aluminio, que baja un 20%. O con el cobre, que es un 26% más barato que hace un año. O con el níquel, cuya cotización se desploma un 40% este ejercicio. Para las compañías petroleras y mineras esta retahíla se traduce en un fuerte varapalo general en bolsa que se suma al que ya sufrieron en la segunda mitad de 2014, que fue cuando comenzó la temporada de caídas en las principales materias primas.

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