El Palacio de la Música vuelve a salir a escena tras caducar su exclusiva con Renta

A la tercera debe ir la vencida. Es el espíritu que se respira entre las paredes del Palacio de la Música, emblemático edificio propiedad de Fundación Montemadrid que ha vuelto a salir al mercado en busca de comprador, después de que Renta Corporación haya dejado caducar su acuerdo de exclusiva.

En octubre expiraba el derecho preferente que tenía la inmobiliaria presidida por Luis Hernández de Cabanyes para presentar una oferta, plazo que se ha cumplido sin que las dos partes hayan conseguido llegar a un acuerdo. Se trata de la segunda ocasión en que la transacción se cae en el último momento, ya que a principios de año fue el todopoderoso Isak Andic, dueño de Mango, quien se levantó de la mesa de negociaciones.

Entonces, el precio fue el principal motivo del desencuentro, mientras que en esta ocasión, según afirman fuentes del mercado, ha sido la imposibilidad de obtener todas las bendiciones del Ayuntamiento al proyecto que quería Renta, cuyo planes consistían en combinar un uso comercial con algún tipo de actividad cultural, un equilibrio difícil de encajar a los ojos de un Consistorio que tradicionalmente se ha identificado más con los movimientos ciudadanos en defensa del edificio.

De hecho, apenas tres días antes de las elecciones municipales que la convirtieron en alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena salió en apoyo del movimiento ciudadano organizado a través de Change.org para mantener el uso cultural del Palacio de la Música. "Hay que buscar la forma en que se pueda hacer para que no se pierda el patrimonio", dijo entonces la actual alcaldesa. "Se está perdiendo la particularidad de la Gran Vía. Es un almacén de trapo, con todos los escaparates iguales y aburridos. Ahora está despersonalizada y aburrida y hay que conseguir que sea lo que era", advirtió entonces en declaraciones recogidas por Europa Press.

El Palacio está calificado para uso terciario-recreativo, no cultural, ventana que abre una oportunidad a poner en marcha alguna actividad comercial en el edificio

Desde que se supo que Fundación Montemadrid quería vender el Palacio de la Música, diversos grupos sociales han mostrado públicamente su oposición e, incluso, han llegado a realizar dos peticiones a la Comunidad de Madrid para que declare el edificio Bien de Interés Cultural (BIC), jugada dirigida a evitar la apertura de una tienda.

El Gobierno dirigido por Cristina Cifuentes ya ha dado un paso en esta dirección con el cercano Teatro Albéniz, que será declarado Bien de Interés Patrimonial (BIP), lo que supone una grado de protección intermedia, al mismo tiempo que permite tener todos los usos que sean compatibles con la naturaleza del espacio, es decir, teatro, espectáculos, conciertos, café, convenciones... "cualquier actividad que requiera de un escenario y un público y de unas especiales condiciones ambientales y de funcionamiento", señaló Cifuentes.

Edificio emblemático

El Palacio de la Música está calificado para uso terciario-recreativo, no cultural, ventana que abre una oportunidad a poner en marcha alguna actividad comercial en el edificio. Así lo consideró el propio Andic, que llegó a diseñar la tienda estrella de Mango en este inmueble, unos ambiciosos planes que, además, requerían de un Plan Especial para ver la luz definitivia, permisos que ahora resulta más difícil imaginar debido a que Ahora Madrid se ha identificado mucho en el pasado con la defensa del uso cultural de este edificio.

Pero, la privilegiada ubicación del edificio, en el número 35 de la Gran Vía, le convierte en el emplazamiento perfecto para una gran tienda de moda, como ya se ha visto en otras operaciones, como la adquisición por parte de Amancio Ortega de la antigua sede de Prisa a Drago Capital, por 400 millones de euros, para abrir la primera flagship de Primark en el centro de Madrid. En contra de estos planes juega que el casi centenario edificio, construido en 1926, cuenta con el Nivel 1 de Protección Integral, el máximo, aunque el anterior equipo de Gobierno reconoció la posibilidad de utilizar el espacio como tienda.

Hace ya demasiados años que este edificio está sin aprovecharse. Fue en 2008 cuando se hizo el silencio en el Palacio de la Música de Madrid, una bajada de telón a la que siguió el anuncio del por entonces director gerente de la Fundación, Rafael Spottorno, de la compra del edificio con la idea de convertirlo en el segundo auditorio más importante de Madrid, sólo por detrás del Nacional de la calle Príncipe de Vergara. Sin embargo, en 2012, se paralizaron las obras y se optó por tratar de vender el inmueble. No había presupuesto para tan faraónica obra, y seguir adelante con ella suponía detraer fondos dedicados a labor social.

Tres años después, el inmueble vuelve a empezar de cero, y está otra vez negociando con potenciales interesados, siempre con la Espada de Damocles de que el edificio sea declarado Bien de Interés Cultural. Consciente de este riesgo, y convencido de que su papel consiste en ayudar a los desfavorecidos, no en aglutinar un caro patrimonio inmobiliario, la Fundación ha puesto también en venta su sede de la Plaza Celenque, junto a la Puerta del Sol, a través de un proceso abierto asesorado por Irea.

La Fundación Montemadrid cuenta con una convocatoria anual de apoyo a proyectos de ONG y tiene más de 30 centros para dependientes, personas con discapacidad o atención a drogo-dependientes cuya gestión está cedida a algunas ONG que trabajan en esos ámbitos. Precisamente, para financiar esta labor es para lo que ha decidido vender el Palacio de la Música y su sede.