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La aristocracia empresarial se rebela: "Que los políticos no jodan lo que está en marcha"
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La aristocracia empresarial se rebela: "Que los políticos no jodan lo que está en marcha"

Los empresarios están cansados de la trifulca política, de los ataques, de sus intereses particulares. "Y luego tienen la cara de acusarnos a nosotros de que solo pensamos en nuestro propio interés"

Foto: El rey Felipe VI, acompañado por el lehendakari Íñigo Urkullu, a su entrada al actor de inauguración del XVIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar. (EFE)
El rey Felipe VI, acompañado por el lehendakari Íñigo Urkullu, a su entrada al actor de inauguración del XVIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar. (EFE)

"Me salgo. No puedo escuchar más". Dentro, los representantes del Partido Popular (PP), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Ciudadanos y Podemos están exponiendo las líneas fundamentales de sus programas económicos. Es la tarde de un lunes, el del 26 de octubre, casi más veraniego que otoñal en Bilbao, donde el Palacio Euskalduna de Congresos y de la Música ejerce de sede del XVIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar. Quien ha salido, airado, enojado, es uno de esos empresarios. Y ha salido así porqueentiende que aquello no es más que palabrería y una absoluta pérdida de tiempo.

No es el único que piensa de este modo. "Cuando los escuchas, te preguntas: ¿pero en qué están pensando? ¿Dónde viven? ¿No son conscientes de lo que hemos pasado y de lo que está en juego?", lamenta otro. Es el sentimiento que deja el congreso. Que los empresarios están cansados de la trifulca política, de los ataques, de sus intereses particulares y, sobre todo, de que todo eso termine incluso poniendo en riesgo la recuperación económica ahora que por fin se están empezando a remontar los graves problemas de los últimos años. "La contradicción es total. Quienes supuestamente piensan en el interés de toda la sociedad, solo piensan en realidad en sus propios intereses. Y luego tienen la cara de acusarnosa nosotros de que solo pensamosen nuestro propio interés", lamenta ese empresario que abandonó el auditorio.

Lo expresó, con otra forma, porque eran palabras oficiales, pero mismo fondo, porque reflejaba idénticas impresiones,el presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF), Javier Moll, en el acto de clausura del congreso. Primero, ofreciendo su "colaboración constructiva" al Gobierno que resulte de las próximas elecciones. Segundo, deseando "acierto" a los partidos políticos "en esta nueva etapa que se abre".Tercero, recordándoles que ahora les toca el turno a ellos, a los políticos, porque "los empresarios ya han puesto todo de su parte" durante estos años de crisis. Cuarto,recordándoles, por si acaso lo olvidan, que "la responsabilidad es grande", con lo que no es momento de aventuras u ocurrencias políticas. Y quinto, pidiéndoles que dejen de atacarse y tengan una actitud más constructivay abierta a los pactosante la campaña electoral que queda -literalmente-"por sufrir".

"2016 puede ser difícil; estamos a otras cosas"

La relevancia de estas peticiones reside en el músculo de quienes las lanzan. Según el avance de un estudio que está realizando el IEF, en España hay 1,1 millones de empresas familiares que generan en torno a siete millones de empleos,el 70% del que crea el sector privado,y aportan un valor añadido bruto (VAB) de 262.000 millones de euros, prácticamente el 60% del que genera todo el sector privado y una cifra equivalente al25% del producto interior bruto (PIB) español.

No es para menos, teniendo en cuenta que entre los asistentes al congreso figuraban Juan Roig, presidente de Mercadona, o José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, dos de las empresas que forman parte del universo del IEF. Aunque no las únicas, porque la lista cuenta también con nombres como Mango, Planeta, Ferrovial, Barceló o Catalana Occidente.

En última instancia, tanto en los mensajes lanzados por su presidente como en los 'corrillos' privados mantenidos fuera del auditorio, aflora un deseo principal: que pase lo que pase el 20 de diciembre, esté garantizada la estabilidad. "Que los políticos no jodan lo que está en marcha", reconoce uno de los asistentes, en referencia a su temor a que arruinen la incipiente recuperación con políticas equivocadas o posiciones extremas que impidan los pactos y la formación de gobiernos estables.

Porque los empresarios reunidos en Bilbao ven el futuro con más optimismo que en ediciones anteriores,pero aún no cantan victoria. "Temo que 2016 puede ser un año difícil. Está lo de China, las materias primas... y mientras tanto, aquí estamos en otras cosas", advierte resignado un empresario catalán. Preguntado acerca de si esas otros cosas son las políticas, no responde con palabras. Asiente con la cabeza; no hace falta más.

Añoranza del 'espíritu Rodés'

Para los asistentes, el asunto político incomoda. Por eso prefieren no ser identificados ni citados abiertamente.Lo suyo, sus herramientas, son el balance y la cuenta de resultados; lafinanciación, los ingresos y los gastos. Pero ahora es inevitable que lo político emerja. No puede ser de otro modo en un año que ha viajado de los comicios autonómicos a los catalales y que ahora tiene su siguiente singladura en las generales. Por eso la preocupación trasciende al tema catalán, que inquieta en la medida en que las posiciones se han alejado hasta límites insospechados, y se proyecta sobre toda la escena política nacional, puesto que de ella dependerá lo que termine ocurriendo en Cataluña y el camino que siga teniendo la recuperación.

En todo este periplo, lo que solicitan los empresarios es altura de miras. Y tender puentes. Por eso, en la mesa final del congreso, celebrada en memoria del primer presidente del IEF, Leopoldo Rodés, fallecido en julio, algunas de las palabras que se escucharon no pueden separarse de lo que está ocurriendo en la política catalana y española. "Le echaremos de menos en un momento en el que existe tanta incertidumbre", lamentaba Mariano Puig, expresidente de Puig y Exea, quien ensalzó su capacidad para "tender puentes y su espíritu de concordia".

En otra de las preguntas que se les formuló en Bilbao, se cuestionó a los empresarios acerca desi apoyaban una reforma constitucional para cambiar el modelo territorial. El no ganó al sí, pero porescaso margen: 52% a 48%. El mensaje, tanto de esta respuesta como de todo el Congreso, es nítido.Puentes y concordia. Y no 'joder' la recuperación. Ni la estabilidad.

"Me salgo. No puedo escuchar más". Dentro, los representantes del Partido Popular (PP), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Ciudadanos y Podemos están exponiendo las líneas fundamentales de sus programas económicos. Es la tarde de un lunes, el del 26 de octubre, casi más veraniego que otoñal en Bilbao, donde el Palacio Euskalduna de Congresos y de la Música ejerce de sede del XVIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar. Quien ha salido, airado, enojado, es uno de esos empresarios. Y ha salido así porqueentiende que aquello no es más que palabrería y una absoluta pérdida de tiempo.

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