Carmena se reúne con la mano derecha de Wang para desbloquear el 'Eurovegas chino'

Manuela Carmena no conoce a Rafa Benítez, entrenador del Real Madrid, ni a Dimas Gimeno, presidente de El Corte Inglés, según ha admitido la alcaldesa de Madrid en algunas de sus últimas comparecencias públicas. A quien sí le ha puesto ya cara es a la mano derecha del hombre más rico del mundo, Wang Jianlin, que quiere desarrollar el mayor proyecto inmobiliario y de ocio en la capital de España en muchos años.

Según han confirmado fuentes próximas a ambas partes, Carmena se reunió el pasado 2 de octubre con Laurent Fischler, la mano derecha del magnate asiático, máximo responsable de la división inmobiliaria de Dalian Wanda Group. Fischler aterrizó en la capital para tratar de desbloquear la disputa con el Ayuntamiento de Madrid por la fachada del Edificio España, la histórica obra arquitectónica situada en pleno centro de la capital que el grupo chino compró a Banco Santander por 265 millones de euros el pasado año.

Esa fue la primera inversión en España del multimillonario hombre de negocios, al que se le calcula una fortuna de 42.600 millones de dólares, unos 38.200 millones de euros. La segunda fue la adquisición del 20% del Club Atlético de Madrid por unos 50 millones. En cualquier caso, pecata minuta en relación al proyecto para levantar un complejo de ocio en el sur de Madrid en el que está dispuesto a invertir 3.000 millones de euros en una primera fase y hasta 6.000 en una segunda.

Fuentes próximas a la reunión aseguran que la conversación entre Carmena y Fischler fue afable y que trataron el asunto de la reforma de la fachada del Edificio España propuesta por Dalian Wanda Group y que los técnicos del Ayuntamiento rechazan, al negarse a aceptar la demolición con el fin de mantener intacto el patrimonio histórico. Pero la reunión tuvo también como tema central conocer la posición del consistorio de la capital para autorizar el proyecto conocido como el 'Eurovegas chino', en relación al intento del magnate estadounidense Sheldon Adelson de construir una ciudad del juego en los alrededores de Madrid.

El proyecto de Wang no incluye casinos ni bingos ni nada parecido, ya que está centrado en parques de atracciones, centros de ocio y un desarrollo inmobiliario que necesita el visto bueno del Ministerio de Defensa, dueño de los terrenos donde está previsto levantar el complejo, y el Ayuntamiento de Madrid. Defensa, que en las próximas semanas oficializará la subasta pública de los 2,1 millones de metros cuadrados situados en los antiguos cuarteles militares de Campamento, ya ha dado su visto bueno, puesto que sigue las indicaciones del Gobierno, quien hace un año bendijo la operación en el viaje que Mariano Rajoy hizo a Pekín.

Hasta el momento, Carmena no se ha manifestado ni a favor ni en contra de este proyecto, que supondría rehabilitar uno de los barrios que la alcaldesa definió como “maltratados” en la capital. Aunque en su programa electoral se incluía la revisión integral del planteamiento urbanístico y la fiscalización de las grandes obras, como la operación Chamartín, la exjueza ya ha mantenido reuniones con Pedro Morenés, ministro de Defensa, para analizar la construcción del complejo.

En principio, aunque la ideología les separa conceptualmente, Ahora Madrid y el PP están alineados en este macroproyecto, que supondría la creación de miles de puestos de trabajo directos e indirectos y la renovación de las comunicaciones en el suroeste de la capital, además de una fuerte entrada de dinero en las cajas de la Administración central y de la municipal. Tan solo tendrían que superar las reticencias de una asociación de vecinos y otra de ecologistas que ya han protestado por la renovación urbanística.

Según el Plan General de Ordenación Urbana, el solar de Defensa está habilitado para los usos de vivienda libre (456.520 metros cuadrados), vivienda con régimen de protección pública (418.430 m2), vivienda protegida (111.760 m2), comercio (86.340 m2) y oficinas (59.048 m2). De los 2,1 millones de metros cuadrados que tiene el terreno, se enajenarían 1,5 millones, cuya finalidad debería ser modificada por parte del Ayuntamiento de Carmena. El proyecto contemplaría la construcción de un intercambiador de transporte público y la realización de un túnel que engancharía la carretera de Extremadura con el desvío a Boadilla del Monte.