Slim coloca a su guardia pretoriana al frente de Realia y jubila a Ignacio Bayón

Golpe de mano definitivo de Carlos Slim en Realia. Dos meses después de imponerse a Hispania en la guerra de opas por hacerse con la inmobliaria, el mexicano ha hecho valer su papel de primer accionista con la toma de poder del consejo de administración, un movimiento cuya principal consecuencia ha sido la salida de Ignacio Bayón, presidente de la compañía y un histórico del mundo empresarial español, hombre de máxima confianza de la familia Koplowitz y que llevaba las riendas de la inmobiliaria desde su nacimiento en el año 2000.

Junto a él también ha abandonado la compañía Íñigo Aldaz, tras haber presentado su dimisión como consejero director general. "El Consejo de Administración quiere agradecer y resaltar la gestión realizada por ambos directivos durante su permanencia en la compañía, tanto en el periodo de su creación y crecimiento, como más tarde en su mantenimiento en el periodo de crisis", ha señalado la inmobiliaria en el comunicado oficial en el que también anuncia que Bayón inicia ahora su periodo de jubilación.

Estos dos puestos han sido cubiertos por los hombres de Slim en España, Juan Rodríguez Torres, que es miembro de numerosas empresas del Grupo Carso y que ha sido nombrado nuevo presidente no ejecutivo; mientras que el también azteca Carlos Jarque, nuevo consejero delegado de FCC, se ha incorporado como dominical en representación de la constructora.

A estos dos sillones se suma el de Gerardo Kuri Kaufmann, que ya ocupaba un sillón en el consejo de Realia en representación de Carso. La familia Koplowitz, por su parte, cuenta con dos representantes, Alicia y Esther Alcocer Koplowitz. Quienes continúan en sus puestos son las consejeras independientes Carmen Iglesias y María Antonia Linares Liébana.

Nueva regla de valoración de activos

A los cambios del máximo órgano de administración se han sumado otros contables. Realia ha decidido empezar a aplicar la norma contable NIC 40, que permite valorar sus activos a valor razonable, en vez de al precio de adquisición, lo que conlleva elevar de 912 a 1.399 millones de euros la valoración de los activos, un 53% más o 487 millones de euros.

La consecuencia directa de esta modificación es que los fondos propios de la compañía, a nivel consolidado, se habrían incrementado en cerca de 367 millones de euros si la empresa hubiera aplicado esta regla en sus últimos resultados anuales, correspondientes al cierre de 2014. Como será este ejercicio cuando empiece a hacerlo, esta mejora contable vendrá reflejada en las cuentas de 2015.