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La Cámara de Comercio de Barcelona aplasta su particular rebelión de los enanos
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Los miembros críticos quedan en evidente minoría

La Cámara de Comercio de Barcelona aplasta su particular rebelión de los enanos

El pleno se zanjó con un resultado de 40 votos a favor de Valls, cinco en contra, siete en blanco y un voto nulo en una votación nominal y secreta

Foto: El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls. (EFE)
El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls. (EFE)

El pleno extraordinario que iba a crucificar a Miquel Valls como presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona se volvió ayer en contra del propio sector crítico que lo impulsó con las preguntas en las que cuestionaban su gestión. Tanto, que incluso Ramon Masià, principal opositor, intentó suspenderlo al prever que carecería de los votos necesarios, según han confirmado diversas fuentes. Pero ya no fue posible. Y Masià consiguió ayer por la tarde solo cinco votos en contra de Valls.

Portavoces de la Cámara de Comercio de Barcelona han explicado que el pleno se zanjó con un resultado de 40 votos a favor de Valls, cinco en contra, siete en blanco y un voto nulo en una votación nominal y secreta.

Fuentes conocedoras de cómo fue el debate en el pleno, calificado de muy tenso, explican que Masià consiguió el apoyo de Josep Morell, de Industrias Metalúrgicas JEM, un histórico de la entidad cameral. Otro apoyo clave fue Oriol Guixà, consejero delegado de la empresa de cobre La Farga Lacambra. Por tanto, el eje crítico lo configuraban el sector del metal aliado con Masià, sobrino del expresidente Antoni Negre, predecesor de Valls; lo que hace de Masià un gran conocedor de los entresijos camerales.

Ramon Masià había sido el más estrecho colaborador de Miquel Valls. Pero ambos se han distanciado en los últimos años, en los cuales, además, la figura de Valls ha experimentado una pujanza, como muestra que haya sido nombrado vicepresidente de la Cámara de Comercio de España.

Los 15 votos con que contaba Masià se volatilizaron a la hora de dar la cara en el pleno. Los miembros de Femcat prefirieron en su mayoría la abstención

Precisamente esta dualidad le sirvió a Masià para captar apoyos en los empresarios de Femcat, la asociación de empresarios que apoyan a Artur Mas y que abogan por la independencia. En Femcat estaban indignados con Valls por su tibio apoyo al 'Manifest del Far'. Valls envió a un segunda espada a firmar el documento de apoyo al derecho a decidir y la foto de grupo se hizo sin ningún representante de la Cámara de Comercio de Barcelona. Así que decidieron apoyar la petición del pleno extraordinario que pedían los miembros rebeldes.

De manera que lo que parecía un pataleta shakespeariana se acabó convirtiendo en una cuestión nacional, en una Cataluña en la que cualquier cosa pivota alrededor de la cuestión de la independencia. El presidente de Moventia, Miquel Martí, fue uno de los miembros que apoyaron a Masià en esta tesitura.

Pero los 15 votos con los que contaba Masià se volatilizaron a la hora de dar la cara en el pleno de ayer. Los miembros de Femcat prefirieron en su mayoría la abstención. Y Valls se reafirmó ayer en su postura de apoyar el derecho a decidir, pero no la independencia, y abogó por seguir manteniendo la “neutralidad institucional” de la Cámara en el denominado 'procés'.

Confianza renovada

Así, ayer el pleno renovó su confianza en el presidente, Miquel Valls. El pleno de la Cámara está formado por 68 empresarios, de los cuales 57 asistieron ayer, si bien cuatro personas se marcharon antes de que se llevara a cabo la votación.

Fuentes cercanas a la Cámara de Comercio de Barcelona califican la actuación de Masià de error estratégico

El pleno extraordinario se celebró por iniciativa del comité ejecutivo de la Cámara para dar respuesta a una serie de preguntas -formuladas por Ramon Masià en el último pleno antes del verano- relacionadas con el funcionamiento interno de la entidad y cuestionando la gestión económica de Valls y su equipo

Tras la supresión de las cuotas obligatorias, la situación de la Cámara de Comercio de Barcelona es complicada. Y Masià denunciaba, además, que Valls ejercía la presidencia de manera interina a la espera de que el Gobierno español convoque elecciones a las cámaras de comercio.

Error estratégico

Fuentes cercanas a la Cámara de Comercio de Barcelona califican la actuación de Masià de error estratégico. Uno, porque sin el apoyo de la patronal Fomento del Trabajo, que controla nueve vocales del pleno, no se puede hacer caer al presidente de la Cámara de Comercio; dos, porque no hay fecha de elecciones ni la habrá hasta que se forme el nuevo Gobierno español el año que viene, y tres, porque la Generalitat tiene que impulsar una ley catalana de cámaras de comercio, pero con lo tensa que está la situación catalana, esta no es precisamente una de las prioridades de la legislatura que arrancará ahora en el Parlament. Por tanto, la rebelión ya estaba condenada al fracaso desde el principio.

Además, podría acabar siendo contraproducente. Porque Miquel Valls meditaba retirarse, algo que podría cambiar ahora, o porque podría formar un delfín que desplazase a otras alternativas. Tiempo va a tener.

El pleno extraordinario que iba a crucificar a Miquel Valls como presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona se volvió ayer en contra del propio sector crítico que lo impulsó con las preguntas en las que cuestionaban su gestión. Tanto, que incluso Ramon Masià, principal opositor, intentó suspenderlo al prever que carecería de los votos necesarios, según han confirmado diversas fuentes. Pero ya no fue posible. Y Masià consiguió ayer por la tarde solo cinco votos en contra de Valls.

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